Dillian Whyte se tomó el sábado en Gibraltar su revancha contra el ruso Alexander Povetkin para alzarse con el título de campeón interino de pesos pesados del Consejo Mundial de Boxeo (CMB). Ante 500 fans en la colonia británica del sur de España, el púgil de 32 años noqueó a su adversario en el cuarto round. En agosto pasado, Whyte mandó a la lona a Povetkin, de 41 años, en dos ocasiones, pero el ruso le ganó por nocaut en el quinto asalto.
“Estoy simplemente triste de no haber terminado en el primer asalto”, declaró Whyte tras su victoria a la cadena de televisión británica Sky Sports. “Es un tipo duro pero sentí que podría haber terminado el combate antes”, aseguró. “Creo que puedo ganar a cualquiera. Quiero el título mundial”, agregó el británico.
El flamante campeón terminó el duelo con un derechazo letal al rostro de su contrincante que lo dejó sentado en la lona con la espalda contra las cuernas. El juez se acercó a contar hasta diez, pero cuando vio el tambaleo de sus piernas decidió terminar la pelea al mismo tiempo que desde el rincón del ruso habían arrojado la toalla para que todo acabe. Inmediatamente después de eso, tuvo lugar una escena que se hizo viral.
Es que el británico apenas celebró con su esquina y pidió que le alcancen un banquito para asistir a Povetkin, quien aún estaba buscando algo de aire mientras su equipo lo ayudaba. Luego, White tomó una esponja y mojó la cabeza de su oponente, con quien se quedó hasta asegurarse de que estuviese un mejor estado.
Tras el combate Whyte explicó que tiene un gran respeto por el ruso, quien fue campeón y olímpico y europeo: “Creo que es un gran boxeador ha ganado todo lo que se merece”, comentó en diálogo con Sky Sports, justo en el momento en el que el equipo del perdedor le acercó los pantalones del boxeador como obsequio. Pese a la capacidad de su adversario, el campeón explicó que el entrenamiento que realizó fue clave y le permitió estar a la altura de los movimientos que le proponía sobre el cuadrilátero.
Su gesto se viralizó como ejemplo de fairplay y dejó en claro que en el boxeo no es necesario odiar al rival para noquearlo. Además, con esto demostró que pese a la violencia que se utiliza entre las cuerdas para obtener el triunfo, siempre el espíritu deportivo prevalece.
Durante la víspera del combate del sábado, Whyte había declarado que si ganaba a Povetkin y se alzaba con el cinturón de campeón interino del CMB, podría pelear por el título unificado de los pesados. En este caso, se enfrentará al vencedor del futuro combate que opondrá a otros dos boxeadores británicos, Anthony Joshua y Tyson Fury.
La revancha entre Whyte y Povetkin estaba inicialmente programada para noviembre pasado, pero el ruso se enfermó de covid-19 y el combate fue pospuesto hasta enero, pero las restricciones decretadas por la pandemia obligó a posponer de nuevo el combate.
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