Al escuchar el nombre de Saúl Álvarez, indudablemente, la afición puede pensar en uno de los máximos exponentes del boxeo mexicano en los últimos años. Debido a su meteórica carrera, con orígenes profesionales en el lejano año 2005, es imposible imaginarlo con alguna equipación deportiva ajena al pugilismo. Sin embargo, en una etapa de su vida practicó un deporte diferente al que lo volvió famoso alrededor del mundo.
En entrevista para el canal de YouTube del periodista Javier Alarcón, el Canelo se sinceró y habló sobre aquellos pasajes de su vida que no han sido tan expuestos a la luz pública. Además de su experiencia como vendedor de paletas en autobuses de transporte público y su conocido mal desempeño académico, la niñez del mexicano también tuvo acercamiento con el fútbol, deporte que pudo alejarlo de los encordados.
El fútbol es uno de los deportes con mayor arraigo y popularidad en el país. En Jalisco, estado natal de Saúl, la tradición del balompié ha llevado a la fundación de clubes como Chivas y Atlas, quienes actualmente juegan en la primera división. Sin embargo, también han existido otros equipos históricos como el Club Deportivo Oro, Club Deportivo Nacional, Leones Negros de la U de G e, incluso, la Selección Jalisco, que congregó a los mejores jugadores del estado.
El gusto por dicho deporte no pasó desapercibido por la familia Álvarez Barragán. De hecho, en la entrevista, Canelo declaró que sus padres buscaron incorporarlo a las fuerzas básicas del Atlas. De esa forma, durante su infancia, llegó a disputar partidos por obligación, aunque ya había tenido acercamientos con los guantes.
“Ya conocía el boxeo en ese momento y yo dije no, yo quiero ser boxeador, no quiero ser futbolista. De hecho, a veces yo sólo jugaba por pelearme”, declaró. De igual forma, no se considera un aficionado al fútbol, como la mayor parte de los jaliscienses. No obstante, entre los miembros de su equipo, esa pasión no pasa por alto.
“No tengo un equipo en sí a quien le voy. En el equipo, Eddy es del Atlas, 100 por ciento a morir, ahora sí que aunque ganen. Pero yo no tengo un equipo en sí. No soy muy futbolero, la verdad es que no. Siempre que la selección juega y todo, siempre estamos ahí apoyando, pero no. No soy mucho de tener un equipo o estar pendiente, pues, del fútbol”.
No siempre pensó en el boxeo como su única opción. De niño, dijo, soñaba con comprar un Ferrari y tener una casa. De hecho, pensaba que la única forma de materializar ese sueño sería detrás del volante de un monoplaza en la Fórmula 1, aunque las condiciones económicas no favorecían su incursión en las pistas.
“Pero sí hubiera sido muy difícil. Siempre dije piloto de la Fórmula 1, pero ¿con qué? Si siempre necesitas un apoyo para eso y en mi pueblo ¿dónde lo encontraba?”
No obstante, su hermano mayor fue el encargado de abrir una puerta para la familia, pues fue quien incursionó en el pugilismo. De ahí, Saúl decidió seguir sus pasos para probar suerte y los resultados ya son mundialmente conocidos. Además, los siete varones del matrimonio de Ana María Barragán y Santos Álvarez, en algún momento de su vida, llegaron a disputar alguna pelea profesional en cuadriláteros, aunque la decisión no siempre fue del agrado de los padres.
“Cuando empecé a boxear, también, a veces mi papá se enojaba porque quería que estuviera todo el día ahí trabajando, pero me le salía. Me salía a entrenar y a veces se enojaba. Hasta que llegó un momento en que le dije, ‘pues se va a enojar toda la vida porque no voy a dejar de ir a entrenar. Es lo que amo hacer y así vamos a estar toda la vida’. Entonces tenía que acostumbrarse”, afirmó.
El camino elegido por Álvarez le ha traído el reconocimiento a nivel mundial. Con una carrera profesional de 16 años, 58 peleas, 55 victorias y 37 por la vía del nocaut, el mexicano ha sido catalogado como el mejor libra por libra.
Tras una sencilla victoria sobre Avni Yildirim, el pasado mes de febrero, buscará retener su título unificado de peso supermediano frente a Billy Joe Saunders el próximo 8 de mayo de 2021.
SEGUIR LEYENDO