En diciembre de 2020, el grupo organizador del Abierto Mexicano de Tenis (AMT) en Acapulco, encabezado por Raúl Zurutuza, se reunió con el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, para estudiar la posibilidad de realizar el torneo en 2021 con público.
A pesar de que el semáforo rojo imperaba en la región y las proyecciones no eran favorecedoras en cuanto contagios, la organización impulsada por Grupo Pegasso asumió los riesgos de pérdidas económicas potenciales y llegó a un acuerdo con el gobierno del estado para realizar el torneo de tenis más importante de América Latina.
Sin contar ni siquiera con el 50% de aforo y con las restricciones de algunos países en sus viajes a México, la posibilidad de terminar con pérdidas económicas era latente; sin embargo, la realización del torneo se explica por dos aristas: la reputación del AMT y la promoción de Acapulco como destino turístico.
En entrevista para El Economista, el director general de Mextenis, Raúl Zurutuza, afirmó que la meta estaba mucho más dirigida en no perder dinero y “salir tablas” del evento, con el principal objetivo de preservar los 28 años de historia que tiene el certamen, fortalecer su imagen global y beneficiar al estado.
Desde el año 2000, el torneo se disputa en el puerto de Acapulco y con la de este año, ya son 21 ediciones que se celebran de manera consecutiva, lo que ha provocado mayor trascendencia a nivel global y se ha consolidado como parte fundamental de la gira de tenis por Latinoamérica.
Como miembro de la serie de torneos ATP World Tour 500, la responsabilidad por mantenerse vigente es primordial y su realización significa un golpe de seguridad sobre lo que este evento puede ofrecer a los tenistas y al público de cara al futuro.
Grupo Pegasso y Mextenis no están solos en el reto de la organización, pues cuentan con el apoyo de Mundo Imperial y del Estado de Guerrero, principales interesados en regresar la actividad turística en la zona e impulsar el desarrollo económico de Acapulco y sus habitantes.
Seyed Rezvani, director general del Grupo Mundo Imperial, propietario de la sede donde se realiza el torneo, señaló para la revista Forbes que ve en este torneo la oportunidad para reactivar la economía en el puerto de Acapulco. Las facilidades logísticas que ha dado para seguir las medidas de prevención sanitaria por parte de la ATP son prueba de ello.
Además de reservar una torre completa para los atletas y conformar una burbuja donde el riesgo de contagio sea mínimo, Mundo Imperial se ha encargado de impulsar innovaciones tecnológicas en accesos, alimentos y pagos, así como de buscar certificaciones de prevención dentro del inmueble, como la obtenida por parte de Preverisk, consultoría internacional para la prevención de riesgos en el sector turístico.
En el caso del estado de Guerrero, la realización de un evento de este calibre tiene un impacto económico fundamental en el crecimiento de Acapulco. De acuerdo con la Secretaría de Turismo de Guerrero, en años anteriores la semana del torneo dejó más de 750 millones de pesos en derrama económica.
Además de contar con el apoyo del estado sureño, los acuerdos comerciales en patrocinios y la venta de derechos televisivos en más de 150 países han hecho que sea viable realizar el Abierto Mexicano Telcel 2021, pues el cálculo por la realización del evento en años anteriores asciende a los USD 6.5 millones, unos 134 millones de pesos mexicanos.
Para amortizar en gastos, la gran afectada fue la rama femenina del torneo. Luego de 20 ediciones consecutivas, el torneo individual y en parejas de la Asociación Femenina de Tenis (WTA) tuvo que ser cancelado por la dificultad de garantizar los premios económicos y brindar la logística necesaria en el inmueble.
De acuerdo con el sitio especializado Sportekz, los premios monetarios en la rama varonil del 2020 se distribuyeron de la siguiente forma: Ganador: 367 mil dólares; finalista: 184 mil dólares; semifinalistas: 93 mil dólares; cuartos de final: 48 mil dólares; segunda ronda: 24 mil dólares; primera ronda: 13 mil dólares.
En el caso de la rama femenil, en el 2020 la ganadora se llevó únicamente 43 mil dólares; finalista: 21 mil dólares; semifinalistas: 11 mil dólares; cuartos de final: 6 mil dólares; segunda ronda: 3 mil dólares; primera ronda: 2 mil dólares.
A pesar de los esfuerzos por realizar el Abierto Mexicano de Tenis 2021, la edición quedará marcada por no contar con la WTA en el certamen, aunque en el panorama general, la sensación en la organización es de victoria por poder organizar un evento con tales exigencias monetarias y generar una derrama económica sobre suelo mexicano en plena pandemia.
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