A veces la cabeza de los tenistas está llena de nerviosismo durante un encuentro y suelen descargar la ira golpeando la raqueta o gritando insultos al aire. Pero en este caso, durante el ATP de Acapulco, Damir Dzumhur se llevó todas las luces al tener un altercado con el juez de silla que estaba mediando su partido frente a Botic van de Zandschulp por la segunda ronda de la clasificación al cuadro principal.
Todo corría de manera normal en México hasta que ocurrió el primer cruce de palabras sobre el cierre del primer set. Las cosas quedaron tensas entre los protagonistas y al siguiente game se rompería la paz en la cancha auxiliar del torneo que otorga 500 puntos al campeón. El bosnio se acercó a la silla y gritó la única amenaza que registró el micrófono de ambiente: “¡Te voy a matar!”.
Segundo más tarde el tenista saludó al rival, tomó sus cosas y se fue de la cancha. Horas más tarde decidió escribir un comunicado en las redes sociales para intentar aclarar un poco la extraña pelea. “Es importante recalcar que no fui descalificado. Yo elegí irme de la pista de forma voluntaria”, comenzó.
Y relató la experiencia en primera persona: “Simplemente, no podía soportar que alguien me tratara así de mal, como si pudiera hacer lo que a él le diera la gana. El juez de silla influyó directamente en el partido con sus decisiones. Con 5-5 en el marcador y 40 iguales, la pelota había salido claramente, pero él se equivocó y yo perdí ese juego”.
Con más tranquilidad que la que tenía dentro de la pista, Dzumhur contó en detalle su charla con los organizadores. “Es cierto que llegué a decirle al supervisor que sentía la necesidad de pegar al juez de silla por lo que me había hecho. Él me dijo que esa no sería buena idea, ya que eso podría perjudicarme mucho y yo le dije que no me importaba porque estaba muy nervioso, pero terminé por calmarme y me fui de la pista”, agregó sobre el conflicto que se volvió viral en las redes sociales.
Más allá de su versión, el bosnio aparece como descalificado en la tarjeta oficial del partido y no como baja voluntaria. Pero lo importante es que se dio cuenta de su agresiva reacción y ofreció disculpas a todos los implicados. “Siento mucho no haber podido controlar mis emociones, porque dejé que alguien me afectara mucho y que lograra enfadarme así. Lo siento también por mi familia, por no haber mostrado que soy más fuerte que todo lo que ha pasado, pero he sido tratado injustamente y el daño hacia mí ya ha sido producido”, sentenció.
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