Barcelona jugó un gran partido y Lionel Messi fue el que se puso el equipo al hombro. Como suele ocurrir, el capitán estuvo muy activo desde el inicio ante cada ataque y con la convicción de que se podía lograr otra remontada histórica ante el Paris Saint Germain. Por supuesto, el 4-1 sufrido en la ida en condición de local hizo que la prueba no fuera para nada sencilla. Y mucho menos si el encuentro de vuelta de los octavos de final de la Champions League comienza en desventaja, por el tanto de Mbappé de penal, tras una infracción sobre Icardi a los 30 minutos.
Antes, a los 4′, La Pulga había avisado con un remate dentro del área que fue despejado por tres defensores, pero a los 23′ ocurrió la mejor aparición. Primero con un centro rasante de Dembelé, que no llegó por poco para empujar al gol, y luego con una chilena que tampoco tuvo el final esperado. También pudo convertir de tiro libre, pero esta vez su remate salió por encima del travesaño.
Sin embargo, la acción más importante personal de la primera etapa llegó 12 minutos después, cuando logró el empate parcial tras un potente disparo de media distancia. Messi recibió de Pedri y sacó un impresionante remate que se hizo inatajable para Keylor Navas, por la fuerza del mismo y por la parábola que tomó la pelota, que se coló en el ángulo superior derecho.
Fueron los mejores momentos del Barcelona, con el capitán como bandera. Hasta que llegó una inmejorable oportunidad por el penal sancionado sobre Griezmann. Luego de que el VAR confirmara la falta, el Diez se dispuso a rematar con fuerza, pero con la mala fortuna de que pateó parte del césped y que Keylor Navas adivinó el lugar al lanzarse hacia la derecha y despejar con los pies. Iba el segundo minuto de descuento y el equipo español no pudo ponerse arriba del marcador.
En el complemento, Messi se retrasó para colaborar en la recuperación y volvió a mostrar muy buenas sociedades con Pedri y Griezmann ante cada avance. A los quince, La Pulga contó con una jugada muy clara para marcar tras un pase filtrado de Jordi Alba. El capitán recibió en el área chica rodeado de marcas y cuando se dispuso a rematar ante el arquero, apareció el despeje justo de Marquinhos. Fue otra acción muy clara que desaprovechó el Barcelona.
El equipo español continuó con el dominio del partido. Siguió intentando por las bandas, por el centro y con envíos aéreos. En uno de los intentos, Dembelé hizo una gran jugada personal y asistió a Messi otra vez en posición de centrodelantero, pero nuevamente Danilo y Marquinhos aparecieron para despejar justo al córner.
Lionel Messi nunca dejó de intentar. PSG casi no atacó en toda la etapa y sólo se limitó a agruparse atrás y a esperar que los minutos pasaran. El dominio de pelota fue todo del Barcelona, pero el gol, o mejor dicho, los goles no llegaron y el empate se transformó en eliminación para el Barcelona.
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