La aplicación del VAR (Video Assistance Referee) revolucionó el fútbol. Es una herramienta concebida para hilar fino en jugadas dudosas y que les ayude a los árbitros a dirigir mejor. La tecnología llegó darle más elementos a la hora de impartir justicia. Sin embargo, con el correr del tiempo nació la polémica por el uso de esta variante. Un curioso caso se dio hoy en el partido de vuelta por los octavos de final de la Champions League donde el Borussia Dortmund empató 2 a 2 con el Sevilla, y gracias a su triunfo (3 a 2) en el choque de ida en España, logró su paso a los cuartos de final.
A los tres minutos del complemento, Erling Haaland convirtió un gol, pero el árbitro Cüneyt Çakir revisó la jugada por el VAR para estudiar una falta previa a Fernando. Aunque el juez turco, mientras la estaba analizando, le pusieron en la pantalla una jugada anterior donde el propio Haaland cayó en el área del Sevilla luego del contacto de Jules Koundé. Para sorpresa de todos el juez decidió marcar penal, a pesar de no ser la instancia por la que recurrió al VAR. Los jugadores de ambos equipos no entendieron qué pasó hasta que Çakir hizo la típica seña tras la revisión en la pantalla y determinó la pena máxima.
El referee le puso amarilla a Koundé por la falta a Haaland, quien pateó el penal y su tiro de zurda fue esquinado y abajo, a la izquierda del guardameta Bono que atajó el disparo, luego la pelota dio en el palo y en una segunda instancia el marroquí le impidió el gol al noruego. Hubo un despeje que promovió una contra del elenco español que podría haber terminado en gol, pero fue controlada por la defensa del conjunto germano. No obstante, Çakir pitó y detuvo otra vez las acciones y no porque el mediocampista del Borussia, Thorgan Hazard, cayó al piso, es que le avisaron que Bono se adelantó en el penal y lo hizo ejecutar otra vez. Ahí Haaland no perdonó.
Por si le faltara pimienta a todo lo que pasó, en un clima de máxima tensión entre los futbolistas del equipo español, en el festejo de los jugadores del Dortmund hubo algunos del Sevilla que lo fueron a buscar a Haaland porque tras convertir fue y le dijo algo a Bono, cuyos compañeros lo interpretaron como una falta de respeto.
En el momento de la controversia el partido estaba 1 a 0 a favor del Dortmund. Recién se iniciaba la segunda mitad y el Sevilla aún tenía posibilidades de revertir el panorama con la mínima diferencia. Pero los alemanes se pusieron 2 a 0 arriba en una instancia clave y los españoles ya se vieron obligados a convertir tres tantos para forzar un eventual alargue, que estuvo cerca, ya que consiguieron la igualdad en dos en el sexto minuto del tiempo adicional.
Sin dudas fue una llave dramática, inolvidable y polémica nuevamente por cómo se implementó el VAR.
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