La NBA anunció el domingo temprano que apartó a los jugadores Joel Embiid y Ben Simmons, figuras de los Philadelphia 76ers, por precaución apenas ocho horas antes del arranque del juego en el State Farm Arena de Atlanta (Georgia), en una decisión que reavivó los cuestionamientos de las estrellas de la liga, incluido LeBron James, a la celebración del All-Star en plena pandemia de covid-19.
“Antes de viajar a Atlanta, los jugadores de Philadelphia Joel Embiid y Ben Simmons tuvieron contacto con un individuo que hoy se confirmó que dio positivo por coronavirus”, había explicado la liga de baloncesto norteamericana en un comunicado. Ambos jugadores debían ser rivales en el partido de exhibición.
Doc Rivers, técnico de los Sixers y responsable del Equipo Durant, decidió entnces que Embiid fuera sustituido en el quinteto inicial por Zion Williamson, el joven ala-pívot de los New Orleans Pelicans, quien a sus 20 años, se convirtió en el cuarto jugador más joven en ser titular en un All-Star, después de LeBron James, Kobe Bryant y Magic Johnson.
De acuerdo con medios de prensa estadounidenses, la persona con la que estuvieron en contacto Embiid y Simmons fue su barbero personal en Filadelfia. Tras dar positivo en una primera prueba, el peluquero fue sometido a un examen adicional este domingo que confirmó el contagio.
“La participación de otros All-Stars y miembros del equipo técnico de los Philadelphia 76ers en Atlanta no está afectada porque ellos no estuvieron expuesto al individuo en Filadelfia”, dijo la NBA. Según los protocolos de prevención del coronavirus de la liga, cualquier jugador que dé positivo en una prueba de covid-19 o haya estado en contacto estrecho con una persona contagiada debe ponerse de inmediato en cuarentena.
Una treintena de partidos han sido aplazados desde el inicio de la temporada el 22 de diciembre producto de estos protocolos. En una conferencia de prensa virtual, Doc Rivers dijo que la NBA les informó sobre la situación de Embiid y Simmons la noche del sábado. “El hecho de que no puedan jugar es una decepción para ellos, pero lo más importante obviamente es su salud”, afirmó el técnico de los Sixers, líderes de la Conferencia Este con 24 victorias y 12 derrotas.
Además de Embiid y Simmons, otros jugadores escogidos para el All-Star no pudieron participar por culpa de lesiones, como el propio Kevin Durant (Brooklyn Nets), Anthony Davis (LA Lakers) y Devin Booker (Phoenix Suns).
El anuncio de la celebración del Juego de las Estrellas en medio de la pandemia de coronavirus había generado duras críticas de algunas de las mayores figuras de la NBA, entre ellos LeBron James (LA Lakers). “Es como una bofetada en la cara” para los jugadores, dijo en febrero la superestrella de los vigentes campeones, que recordó que la NBA se había comprometido a darles una semana entera de descanso en esta cargada temporada.
Este domingo temprano, LeBron había señalado que la ausencia de Embiid y Simmons era “muy desafortunada” y había recalcado que seguía pensando igual sobre la realización del evento: “Obviamente, que algo así pasara es algo que todos pensamos que podría suceder”, y agregó entonces: “Adoro nuestra liga y jugar al basquetbol al más alto nivel (...) Pero creo que, bajo estas circunstancias que estamos pasando con la pandemia y la temporada, lo podíamos haber mirado de una forma diferente. Pero está fuera de mis manos”.
James Harden, figura de los Brooklyn Nets, también había reiterado el domingo que en general, este Juego de las Estrellas fue un poco forzado: “Es un evento de un día, es bastante duro. Toda esta temporada es tan difícil. Un montón de locuras están sucediendo”.
El comisionado de la NBA, Adam Silver, se defendió el sábado de las críticas asegurando que los jugadores estarían seguros en la “mini burbuja” que habían preparado en Atlanta. Los protocolos de seguridad para este evento dictan que todos los jugadores debían aterrizar en esta ciudad la noche del sábado en vuelos privados y únicamente pudieron permanecer en su hotel y en la cancha antes de partir el mismo domingo.
Embiid y Simmons viajaron el sábado en vuelos privados separados a Atlanta y desde su llegada no estuvieron en contacto con ningún otro jugador, reportó el medio digital The Athletic. Únicamente unos 1.500 invitados pudieron acceder al State Farm Arena, con capacidad para unos 21.000 espectadores.
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Con información de AFP