Este lunes por la mañana fue detenido el ex presidente del Barcelona Josep María Bartomeu en el marco de la causa denominada como BarçaGate. El ex directivo, cuya renuncia al cargo se hizo efectiva en octubre del año pasado, es uno de los involucrados en el escándalo por la campaña que presuntamente se llevó adelante desde el club para desprestigiar en redes sociales a jugadores de la propia institución y a otras personas contrarias a las autoridades de aquel momento.
Según informó la prensa española, fueron en total cuatro las detenciones en el marco de la causa que investiga la Justicia. También fueron apresados Òscar Grau y Romà Gómez Ponti, CEO y director del departamento jurídico del club, y Jaume Masferrer, quien fuera uno de los asesores con más llegada a Bartomeu durante su gestión en la entidad Azulgrana.
Minutos antes de las detenciones, el club se había visto intervenido por agentes del Área Central de Delitos Económicos de los Mossos d’Esquadra, quienes registraron las oficinas del Fútbol Club Barcelona, según informaron a la agencia EFE fuentes policiales.
La Cadena Ser-Barcelona adelantó que ese procedimiento estuvo vinculado al denominado BarçaGate en el que se investiga si una empresa contratada por el club azulgrana llevó a cabo una campaña de desprestigio en las redes sociales de jugadores, entre ellos Lionel Messi, y entidades contrarias a la directiva del expresidente Bartomeu.
El diario Mundo Deportivo agregó que fueron agentes del Área Central de delitos económicos de la policía autonómica catalana los encargados de incautar la documentación y el material que puedan ser claves para el proceso de investigación.
Tanto el procedimiento en las oficinas del Barcelona como las detenciones fueron ordenadas por el juzgado número 13 de Barcelona, que investiga un presunto delito de administración desleal y corrupción.
“El Barcelona no ha contratado a ningún servicio para desprestigiar a nadie, ni a ningún jugador, ni a ningún político, ni a ningún directivo, ni a ningún ex. Es rotundamente falso. Y nos defenderemos donde sea necesario, y por todos los medios a nuestro alcance, ante quien nos acuse de este tipo de prácticas”, había dicho Bartomeu en febrero del año pasado, tiempo después de que el escándalo se hiciera público a través de una investigación llevada adelante por Cadena Ser.
En aquel momento, quien fuera presidente del Barcelona había confirmado que en 2017 el club había contratado a una empresa denominada I3 Ventures para proveer servicios de monitoreo en redes sociales al club, aunque había negado terminantemente de que este acuerdo tuviera por objetivo entablar una campaña de desprestigio. “A la pregunta de si hemos encargado el monitoreo de las redes sociales, la respuesta es SÍ, y lo seguiremos haciendo. A la pregunta de si hemos encargado desprestigiar personas o instituciones a través de la redes sociales, la respuesta es NO, y perseguiremos a quien nos acuse de ello”, señaló.
Es necesario destacar que el escándalo reveló, además, que presuntamente el Barcelona pagó un sobreprecio por los servicios de I3 Ventures y que el costo total de lo pagado a I3 Ventures fue dividido en varias facturas, todas ellas menores a 200 mil euros debido a que por debajo de ese monto no se requiere la aprobación de la comisión de control.
En febrero de 2020, la radio Cadena Ser había informado que la institución llegó a un acuerdo con la compañía I3 Ventures, la cual se encargó de crear “decenas de cuentas que se dedican a proteger la imagen de Bartomeu y la junta”, además de atacar a personas de distintos ámbitos del “ecosistema azulgrana”. Al mismo tiempo, la SER aseguró que esos mismos perfiles cargaban contra jugadores como Messi, Piqué o antiguos futbolistas como Xavi o Puyol.
Dicho suceso fue uno de los puntos clave en el quiebre de la relación entre Messi y la dirigencia comandada por Josep Maria Bartomeu. A ello se le sumó las críticas públicas de Eric Abidal (entonces secretario deportivo), los roces por la comunicación de los recortes en los salarios de los jugadores durante la pandemia de coronavirus y la errática política de refuerzos.
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