Tiger Woods se recupera de la operación de emergencia a la que tuvo que someterse tras su accidente de auto y su futuro en el deporte es un misterio. A sus 45 años, y aún peleando por batir los pocos récords que se le resisten, el estadounidense sabe lo que es resucitar deportivamente, ya que en el pasado, se ha sobrepuesto a nueve operaciones de espalda y rodilla, así como a grandes escándalos por infidelidades y otros accidentes viales que le pusieron en el ojo del huracán.
Ahora afronta una rehabilitación de pronóstico todavía desconocido, después de que la mañana del martes se estrellara solo con su vehículo en una carretera al sur de Los Ángeles en un accidente del que, en palabras del primer oficial que llegó al lugar, “fue muy afortunado” de poder sobrevivir. La Policía apuntó el martes que Woods podría haber manejado a mayor velocidad de la permitida (72 km/h) en un tramo de carretera descendente y sinuoso, pero el miércoles confirmó que el golfista no enfrentará cargos por conducción imprudente.
El deportista sufrió fracturas expuestas en la parte superior e inferior de la tibia y el peroné y lesiones adicionales en los huesos del pie y el tobillo, según detalló un comunicado de su fundación la noche del martes. Pero los especialistas advierten que las lesiones óseas de este estilo pueden derivar en complicaciones más allá de los huesos y por eso estas horas son cruciales.
El Dr. Kenneth Jung, cirujano ortopédico de pie y tobillo del Instituto Kerlan-Jobe, habló con Los Ángeles Times y explicó que al ser una lesión expuesta: “La envoltura de tejido blando, o la piel, también es muy importante. Si no tiene piel que cubra el hueso, realmente no importa cómo se vea o se cure el hueso“. En este sentido, señaló que uno o dos días después de la intervención quirúrgica se revisa el tejido para detectar si hay necrosis o muerte del mismo.
Hoy en día existen procesos que permiten utilizar injertos de piel o músculos de otras partes del cuerpo para ayudar a sanar estas heridas y colaborar en su recomposición, algo a lo que los especialistas podrían recurrir en este caso. Sobre todo porque el Dr. Anish Mahajan, director médico y director ejecutivo interino de Harbor-UCLA Medical Center, informó en el parte que debieron realizar “liberación quirúrgica” de la fascia que cubre los músculos de la zona de las heridas para liberar la presión producto de la hinchazón.
A su vez, el doctor Jung adelantó que este tipo de roturas en esa zona pueden generar una artritis postraumática, lo cual agravaría la situación: “Eso generaría preocupación en mi mente no solo con el golf sino con el futuro en la vida. Eso se manifestaría como dolor y rigidez en las articulaciones del pie“. Pero para esto es necesario aguardar a ver cómo es la evolución de su cuerpo.
“Puede tener los huesos más perfectamente alineados, ciertos cirujanos ortopédicos, han hecho el mejor trabajo del mundo para alinear todo. Pero si desafortunadamente desarrollara una infección, todo se pondría en peligro”, remarcó el doctor Jung.
En este sentido, el Dr. Gregory Tennant, cirujano ortopédico del Centro Médico Kaiser en Fontana, explicó a Los Ángeles Times que se necesita tiempo para saber si habrá mayores consecuencias, ya que muchas aparecen horas o días después de que se produzca el daño: “No es raro identificar lesiones, incluso lesiones importantes, días después, cuando se tratan las lesiones iniciales de alta energía”.
Además, el médico anticipó que seguramente esté algunos meses sin caminar ya que la atención principal pasará a ser la cicatrización de sus huesos y para eso el reposo es clave. Aunque dejó en claro que el centro médico Harbor-UCLA en el que se encuentra es de los mejores que existe.
Por todo este panorama, el accidente es un nuevo revés para la legendaria carrera de Tiger, ganador de 15 torneos de Grand Slam y un total de 82 títulos de PGA, una marca solo igualada por el fallecido Sam Snead. Niño prodigio del golf, irrumpió con fuerza en el circuito en 1997 enfundándose la chaqueta verde del Masters de Augusta con apenas 21 años, en el arranque oficial de la Tigermanía que se extendería por el mundo en los siguientes años.
El californiano, uno de los grandes íconos del deporte de este siglo, dominó el circuito pese a sus problemas físicos y a los escándalos personales que estallaron en 2009, cuando se estrelló con su vehículo cerca de su casa en Florida y salieron a la luz múltiples relaciones extramatrimoniales que acabaron en el divorcio con su entonces esposa, la sueca Elin Nordegren.
Con su imagen gravemente dañada, Woods volvió a la senda de los triunfos en 2012, reencauzando una trayectoria que se vio luego frenada por las cuatro cirugías de espalda que tuvo que afrontar entre 2014 y 2017. Ese año, fue detenido cerca de su vivienda en Florida después de quedarse dormido al volante de su auto en plena calle, lo cual el golfista justificó por haber tomado una mezcla de medicamentos recetados.
En 2019, cuando pocos contaban ya con él en los torneos importantes, realizó uno de los retornos más impactantes del deporte al conquistar su quinto Masters de Augusta, su primer Grand Slam en 11 años. “Si hemos aprendido algo a lo largo de los años, es a no descartar nunca a Tiger”, advirtió el martes el expresidente estadounidense Barack Obama.
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