Jorge Sampaoli empezó a despedirse del Atlético Mineiro, ya que acordó su llegada al Olympique de Marsella en lo que resta de la temporada 2020/2021 de la Ligue 1. El entrenador argentino saludó al club y a los hinchas del Galo mediante una carta que publicó en sus redes sociales. Cuando resta una fecha para terminar el Brasileirao, el equipo del santafesino marcha tercero en la tabla (65 puntos), pero no tiene chances por el título cuya definición quedó para Flamengo (71) e Inter (69).
El podio parcial del conjunto de Minas Gerais fue ratificado ayer con el triunfo sobre la hora como de visitante por 3 a 2 a Sport Recife, donde el técnico nacido en Casilda gritó de forma desaforada y trató de ladrón al juez de línea y casi termina a los golpes. Resta una fecha para culminar el campeonato, donde en la mencionada misiva Sampaoli se lamenta no poder hacerlo con el público presente, como a lo largo de la competición a causa de la pandemia por COVID-19.
Hizo hincapié en la identidad de su equipo donde destacó que siempre jugó de la misma manera sea de local o de visitante. Y espera que el camino de “pensar solo en el arco rival sea una ideología”.
Esta novedad se da un marco de la reciente incorporación de Nacho Fernández a las filas del club. De hecho, el ex mediocampista de River había sido solicitado por Sampaoli y luego de performance en el certamen nacional se generó expectativa por su llegada.
El ex técnico de la selección argentina, ya utilizó esta vía para despedirse de un club brasileño. Fue en su anterior paso por el Santos en 2019.
En su llegada a Francia, tendrá un duro desafío ya que el elenco de Marsella marcha séptimo en el campeonato y por ahora está afuera de las competiciones europeas.
La carta de Jorge Sampaoli:
El 2020 ha sido durísimo para la humanidad. Nosotros intentamos ser creativos y quisimos construir un equipo que, al encender la tele, les hiciera olvidar por un rato la tristeza. No nos propusimos simplemente ganar, quisimos que fueran felices.
No hubo un solo día en Atlético Mineiro que abandonáramos nuestra idea sobre el fútbol. Este equipo ha tenido la grandeza de jugar dentro y fuera de casa como si fuera lo mismo. Jamás renunciamos a pensar en el arco rival. El Galo ha puesto su corazón en todo el país. Eso me da un orgullo impresionante. Deseo que sea una ideología que quede en el club. El fútbol brasileño tiene un talento infinito y me reencontró con la belleza del juego en una marca que me quedará para siempre.
Llegó el final. El jueves será el último partido. Me queda la nostalgia de no haber podido dirigir con el estadio lleno. Sé que nos hubiéramos emocionado muchos. Quería vivir esos videos que había visto de una hinchada alentando sin parar.
Quiero agradecerle a todo el club. A los jugadores, por su entrega. A todos los empleados de la institución, por dejar el alma por este proyecto. A los directivos, por darnos grandes condiciones para poder trabajar. A la ciudad, por habernos tratado tan bien.
El Galo está destinado a pelear grandes cosas. Sé que los triunfos ocurrirán. Los quiero mucho y les deseo que sigan caminando con el corazón como guía.
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