La Next Gen ya es una realidad y, al fin de cuentas, una amenaza para el histórico trío que domina al tenis desde hace más de una década. Daniil Medvedev será el representante de ellos el próximo domingo en la final del Australian Open luego de aplastar en las semifinales a otro de su generación: superó 6-4, 6-2 y 7-5 a Stéfanos Tsitsipás en apenas dos horas de juego.
El tenista de 25 años, que se aseguró ser tres del mundo a partir del próximo lunes e incluso podría dar el salto hasta el número 2, jugará una final de Grand Slam por segunda vez en su trayectoria profesional: en el 2019 arribó hasta el último partido del US Open pero cayó en cinco sets ante Rafael Nadal.
La revancha la tendrá en suelo australiano, pero la tarea hasta el momento ha sido imposible para otro colega: jugará ante Novak Djokovic, máximo ganador del Australian Open en la historia con 8 coronas y quien nunca perdió una final en este certamen.
El ruso, que viene pisando firme en este torneo, sólo padeció un partido de los seis que disputó hasta el momento: contra Filip Krajinović en la tercera ronda, contra quien debió batallar durante tres horas para llevarse el duelo en cinco sets (6-3, 6-3, 4-6, 3-6 y 6-0). En el resto de sus presentaciones precisó entre una hora y media o dos horas para despachar a sus contrincantes en tres parciales: pasaron Vasek Pospisil en su debut (6-2, 6-2 y 6-4), Roberto Carballés Baena (6-2, 7-5 y 6-1), Mackenzie McDonald en octavos (6-4, 6-2 y 6-3) y su compatriota Andrey Rublev en cuartos (7-5, 6-3 y 6-2).
Medvedev pegó en los momentos justos ante el tenista griego de 22 años que está en el 6° escalafón del ranking ATP. Quebró el servicio de su rival cuando promediaba el primer set para pasar al frente y, si bien desperdició tres bolas para cerrar el parcial, no falló en la cuarta chance. En el segundo fue contundente y sin un espacio para la duda: quebró rápido el servicio de Tsitsipás para saltar al 2-1 y luego volvió a dar un golpe del saque rival para encaminar el 5-2. En 36 minutos ese set ya era suyo.
La definición tuvo un tono más apasionante, más allá de que Tsitsipás cedió su saque en el primer game. El griego salvó dos puntos de break en el quinto game y quebró el del ruso inmediatamente para poner las cosas 3-3. Tuvo la oportunidad de saltar al 5-3, pero falló la única bola de quiebre que tuvo en ese octavo game y a partir de allí Medvedev volvió a ser una máquina: quebró en 40-15 para ponerse 6-5 y cerró el partido con el servicio a favor y otro 40-15.
El deportista helénico venía de presentar sus credenciales en los cuartos de final en un partido épico ante Nadal, pero no logró sostener su nivel y se despidió del certamen australiano.
El próximo domingo, desde las 5.30 de la mañana (hora Argentina), se definirá el título entre dos generaciones opuestas. El ruso de 25 años y 9 títulos, contra el serbio de 33 años y 81 coronas en su vitrina. Antes habrá otro partido de nivel: el sábado se jugará la final del cuadro femenino con el enfrentamiento entre Jennifer Brady (24° del mundo) y Naomi Osaka (3° del ranking).
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