No son tiempos para nada sencillos, la pandemia de coronavirus sigue vigente y el mundo sigue adaptándose a este contexto para evitar contagios. Eso fue lo que sucedió en el Australian Open, en pleno partido de Novak Djokovic en la cancha central: el inicio de la cuarentena estricta obligó al número 1 del mundo a esperar a que se evacúe el estadio para completar su partido.
El Gobierno del estado Victoria, la región de Australia más azotada por el COVID-19, decretó este viernes un confinamiento de cinco días a raíz de un rebrote. Esto lógicamente implica una prohibición para los espectadores en Melbourne a partir del sábado. Y justo cuando Djokovic se enfrentaba en el Rod Laver Arena al estadounidense Taylor Fritz (27°), empezaron las restricciones y las gradas tuvieron que vaciarse para continuar el partido.
El juego se retrasó 20 minutos durante el cuarto set hasta que todos desalojaron las instalaciones deportivas de Melbourne Park. Luego Nole selló una trabajada victoria por 7-6(1), 6-4, 3-6, 4-6 y 6-2 en la tercera ronda, a pesar de una lesión en el costado abdominal que lo tiene en duda para la próxima fase: su rival de octavos de final será Milos Raonic.
El primer Grand Slam del año había comenzado con asistencia parcial de público pero a partir de este sábado el torneo se quedará sin aficionados por cinco días, adaptándose a las medidas tomadas para evitar que se descontrole el brote de 13 positivos locales vinculado con la denominada cepa británica. El orden de juego proseguirá con su programación estipulada.
“Grandes y pequeños eventos deportivos profesionales funcionarán únicamente como un lugar de trabajo normal, pero no tendrán la función de un torneo de entretenimiento porque no habrá público. El trabajo, además, se reducirá al mínimo con la intención de mantener un ambiente seguro”, explicó en Daniel Andrews, gobernador de Victoria.
El Abierto de Australia, que generalmente se disputa entre mediados y finales de enero, fue retrasado unas semanas en esta edición para que los jugadores cumplieran con la cuarentena obligatoria. Todo marchaba bien hasta que apareció un brote vinculado a un trabajador de un hotel de Melbourne. El gobernador Andrews espera que esta estrategia, que ya fue utilizada en las últimas semanas en las ciudades de Brisbane y Perth, sirva para frenar los contagios.
Esta medida que entra en vigor a partir del sábado pondrá en confinamiento domiciliario a los casi 6,7 millones de habitantes de Victoria, el segundo estado más poblado del país y cuya capital es Melbourne, donde se juega el prestigioso torneo de tenis.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: