Lewis Hamilton suele ser noticia por ser el máximo referente de la Fórmula 1 de los últimos quince años. En 1993, con ocho años, empezó a correr en karting y en esa temporada se dio un hecho particular con su ídolo, Ayrton Senna. El inglés estuvo 38 días de 2021 sin contrato con Mercedes y el gancho llegó luego de un largo tire y afloje entre él y el equipo alemán. Una situación parecida se dio entre el recordado astro brasileño y McLaren hace 28 años, cuando el por entonces tricampeón mundial no renovó su vínculo. Pero luego tuvo un contrato con un pago parcial en las primeras cinco carreras y, antes de la sexta carrera, inclinó la balanza a su favor tras una increíble historia.
Luego del ecuador de 1992, Honda, por entonces proveedora de motores de McLaren, anunció su retiro para el siguiente ejercicio. Senna supo que el “corazón” de su auto, ese que le permitió ser monarca en 1988, 1990 y 1991 ya no lo iba a acompañar. En 1992, más allá de seguir con los impulsores japoneses, vivió la frustración de rendirse ante la superioridad de la combinación Williams-Renault y la revolucionaria suspensión activa del FW14B, uno de los mejores autos de la historia y con el que el inglés Nigel Mansell aplastó ese año.
El León Mansell no arregló el número con Sir Frank Williams y se fue a correr al CART (hoy IndyCar) donde fue campeón en 1993. Su lugar fue ocupado por Alain Prost, el archirrival de Senna que puso la siguiente cláusula: al único piloto que no quiso como compañero fue a su “ex” de McLaren. Por eso no debe sorprender que Hamilton haya solicitado un pedido de veto para su futuro compañero si es que sigue en 2022 en Mercedes. Muchas cosas se repiten en la Máxima.
El paulista supo que el pleito estaba definido y que el Profesor ya era campeón antes del arranque. Con cierta impotencia y sin que McLaren haya podido arreglar con Renault para tener sus motores, la motorización de Ford no fue un consuelo. Senna entendió que el ciclo con el equipo de Woking estaba cumplido. Entonces la renovación de su contrato fue una novela (como la de Hamilton con Mercedes).
En la actualidad Lewis chicaneó a los alemanes por redes sociales. Hace 28 años, Ayrton fue a los bifes. Cerca de la Navidad de 1992 viajó a Arizona para visitar a su amigo y compatriota Emerson Fittipaldi (bicampeón de F1 en 1972 y 1974) y probó un auto del CART, auto que tenía como patrocinante a la misma tabacalera de su auto en la F1. ¿Se imaginan hoy revuelo que sería verlo a Hamilton probando un auto de la IndyCar...?
“Aún no estoy comprometido con ningún equipo porque estoy considerando seriamente lo que debería hacer y lo que es mejor para mi carrera”, dijo Senna después de la prueba. “Una opción es no competir en 1993 y pensar en Indy. Ahora me iré a casa y lo pensaré tranquilamente y veré qué posibilidades puedo tener para el futuro inmediato. Debo dejar claro que no me comprometo a nada”, recordó el sitio Autosport. Un largo verano sudamericano e invierno europeo se avecinó...
Hasta que hubo una reunión cumbre en Ginebra en la que participaron el jefe de McLaren, Ron Dennis; los principales hombres de marketing de Marlboro, John Hogan y Graham Bogle (principal sponsor del equipo inglés), el propio Senna y su representante, Julian Jakobi.
Dennis esgrimió que como pasaron a ser clientes de Ford, solo tenían para pagarle cinco millones de dólares. “Entonces Ayrton dijo: ‘Está bien. Haré las primeras cinco carreras, y eso es todo’. Y así fue como surgió lo de cobrar un millón por carrera. No dijo, ‘Quiero un millón por carrera’, simplemente dijo ‘Solo haré las primeras cinco carreras”, recordó Jakobi.
Al respecto, el entonces director de operaciones de McLaren, Martin Whitmarsh, aseguró que “¡Recuerdo que era un millón de dólares la carrera!”.
A pesar de la superioridad de Williams, Senna sacó a relucir el factor humano y ganó en Brasil ante el delirio de su gente y en Donington Park, Inglaterra, sede del Gran Premio de Europa, donde bajo la lluvia (su especialidad), superó cuatro autos antes de cumplir la primera vuelta. En las cinco primeras carreras estuvo a tiro en la lucha por el campeonato. La presión que tuvieron Dennis, Marlboro y compañía llegó por las nubes. A partir de las sexta fecha, Ayrton ya no tuvo contrato...
El resto del vínculo fue mucho más difícil, ya que Senna exigió un millón de dólares por carrera y quedaban once en disputa. La salvación de la tabacalera llegó, pero con una cláusula de extinción que exigió el brasileño: si el dinero no llegaba antes de cada carrera, él no se presentaba al autódromo. La firma fue en el tradicional callejero de Mónaco, donde Ayrton ganó y se transformó en el más vencedor en el Principado con seis éxitos, marca aún imbatible.
“El momento de mayor tensión fue en julio”, recordó Jakobi. “Era la segunda parte del contrato, pero aún con la misma cláusula, y como el dinero no llegó, Ayrton se quedó en casa. Creo que era el Gran Premio de Francia (4/7). Ayrton debía volar de San Pablo a Frankfurt en un vuelo comercial de Varig. Luego sus pilotos iban a recogerlo en un jet privado y llevarlo a Magny-Cours”.
“El dinero no llegaba, y el problema era enorme. Estaba en la oficina de nuestro abogado en Londres a medianoche y Ron hablaba por teléfono. Preparamos todo tipo de borradores para rescindir el contrato, porque el dinero no había llegado el miércoles previo a la carrera”.
“Pero Ron dijo ‘no vamos a rescindir el contrato, sé que Ayrton está en el avión. Me han informado de que está en el avión y ha salido de Sao Paulo”.
“Aproximadamente media hora después sonó el teléfono, y era Ayrton. Lo pusimos en el altavoz. Ron estaba al otro lado del teléfono y Ayrton dijo: ‘Todavía estoy en Brasil, Ron’. La respuesta fue: ‘No, no lo estás, el avión ya salió’.
“Y Ayrton dijo: ‘Sí, lo estoy. Estoy en Río. Estoy en la oficina del jefe de policía en el aeropuerto y no volveré al avión hasta que me confirmes que me mandas el dinero. Lo que Ayrton había hecho era conseguir que el piloto del avión Varig hiciera escala en Río. Todos los demás pasajeros seguían en el avión y él se bajó para hacer la llamada. Creo que Ron le hizo una promesa personal, no logro recordar exactamente qué fue, pero lo resolvimos”, contó Jakobi.
Senna viajó a Francia donde ganó Prost y logró la segunda de cuatro victorias al hilo que lo catapultaron a su cuarto y último título. En el resto de la temporada el brasileño no pudo hacer mucho y como anécdota quedó la reconciliación con el francés. Fue en la última victoria de Ayrton, en el Gran Premio de Australia, donde lo tomó del brazo al Profesor y lo saludó en el podio.
Previo a esa carrera Senna cobró su último millón de dólares y redondeó un global de 16 millones (misma cantidad de compromisos). Aquella carrera en Adelaida fue también su última vez con McLaren y en 1994 pasó a Williams para poder correr con el mejor auto de la categoría, aunque ya no era el mismo por los cambios reglamentarios que hubo para esa temporada por las restricciones técnicas.
Ayrton se hizo valer y prevaleció en la negociación. Al punto de no querer correr. Por esa época un pequeño inglés dio sus primeros pasos en la pista, Hamilton. 28 años más tarde se dio una historia parecida entre ambos. Los dos estuvieron por un tiempo desvinculados de sus equipos y ganaron sus pulseadas, como hacen los numero uno.
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