En su partido oficial N° 900, Lionel Messi no pudo quebrar al Sevilla, una de sus víctimas preferidas. Su Barcelona perdió 2-0 ante los dirigidos por Julen Lopetegui en el partido de ida por las semifinales de la Copa del Rey y quedó obligado a una remontada el en cruce de vuelta, pautado para el 3 de marzo, con la misión de acceder a la final del certamen. En el medio, el 27 de febrero, volverán a jugar, pero por la Liga de España.
En Andalucía, Sevilla fue superior, sobre todo en el primer tiempo, pero los blaugranas tuvieron sus oportunidades para convertir, sobre todo en los pies de la Pulga, de 33 años, el jugador más peligroso del conjunto orientado por Ronald Koeman. El delantero supo convertirle 37 goles en su carrera a los blanquirrojos, pero esta vez se topó con el arquero marroquí Bono, de enorme actuación.
Ya a los 10 minutos, con el cotejo 0-0, Messi tuvo la posibilidad de abrir el score: recibió un pase en globo de Antoine Griezmann por detrás de la defensa y le pegó de aire: el portero tapó con los pies la definición del atacante argentino.
La segunda chance se dio con Sevilla en ventaja, gracias a la conquista de Jules Koundé. Iban 9 minutos del complemento cuando combinó con De Jong, recibió en el borde del área y sacó un remate con efecto, que Bono sacó con una mano, cerca del palo derecho.
A los 22′ de la segunda parte volvió a intentarlo: su intento pasó cerca de la valla defendida por el guardameta, que nuevamente sacó a relucir sus reflejos ya en el epílogo. A los 90, Leo ejecutó un tiro libre bajo, al palo del arquero, que reaccionó con pericia y dejó en cero al Barcelona y a su capitán. Bonus track: el 2-0 lo convirtió Iván Rakitic, ex culé y una de las piezas del plantel que eliminó la directiva y Ronald Koeman al comienzo de la temporada.
Durante el cotejo, además, Messi mantuvo una disputa con Joan Jordán, mediocampista adversario. Tras recibir una falta, intentó agilizar la salida del tiro libre en campo contrario y el volante de marca buscó esconder la pelota. La Pulga intentó sacársela y hubo un roce. Incluso, Jordán simuló un golpe que no existió, pero el árbitro no compró la simulación.
Tanto Messi como el Barça tendrán revancha el sábado, por la Liga, frente al Alavés. Allí buscarán acortar la distancia con el líder Atlético Madrid, en el umbral del duelo de ida por los octavos de final de la Champions League contra el PSG agendado para el martes.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: