En una final de Copa Libertadores que parecía no tener emociones, en donde Palmeiras y Santos igualaban hasta los 97 minutos, se produjo una jugada y una expulsión que desencadenaron en el primer y único gol del partido.
Sin embargo, el protagonista de la infracción no fue ninguno de los jugadores, sino el entrenador del Peixe Alexi Stival, más conocido como Cuca, quien vio la tarjeta roja después de interponerse entre Marcos Rocha y el balón en un saque de banda.
En la acción se pudo ver el momento en que la pelota le cayó al técnico, que intentó bajarla de primera mientras veía que se acercaba un futbolista rival.
Después de dejar el balón en el piso con el pie, se agachó para tomarlo y dárselo al defensor con cierta lentitud en su accionar. Acto siguiente, el jugador se llevó por delante al entrenador desatando una pelea que no pasó a mayores.
Como consecuencia, el argentino Patricio Loustau decidió expulsar al brasileño al entender que hacía tiempo y, no conforme con la decisión del réferi, Cuca comenzó a pedir que se chequee el VAR para que se reconsidere la decisión que ya había sido tomada.
A pesar de los constantes pedidos para que revise la acción con el uso de la tecnología, el árbitro mantuvo su decisión y no acudió a las repeticiones.
Tras un cruce de palabras entre ambos protagonistas, en donde el técnico le explicaba al jugador que en ningún momento trató de ocultarle el balón, Cuca se retiró del campo, pero lejos de hacerlo hacia los vestuarios, se trepó a la grada para vivir lo que restaba del partido con los fanáticos del Santos que acudieron a la final. Río de Janeiro habilitó 2 mil invitaciones gratuitas para cada club.
Por cómo venía sucediéndose el encuentro, esa expulsión significaba que no iba a poder estar al borde del campo durante la prórroga que se avecinaba. Sin embargo, segundos después de la acción llegó un sorpresivo gol del Palmeiras.
A los 98 minutos, Breno Lopes saltó más alto que el resto de los defensas para conectar el balón de cabeza al palo más lejano de John Victor Maciel Furtado, que nada pudo hacer para evitar el quiebre en el marcador y la obtención del título del equipo rival.
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