Adebayo Akinfenwa es uno de los futbolistas más populares de Inglaterra y lo más llamativo es que para alcanzar la fama no necesitó jugar en la Premier League. El delantero defiende los colores del Wycombe Wanderers desde 2016 y su contextura física le ha permitido ser reconocido por los fans y por sus colegas en su país. Pero esta semana, el gigante de ascendencia nigeriana contó que hay un enrome sacrificio detrás de su trabajo en los terrenos de juego.
Es que el atacante que llegó a pesar más de 100 kilos cumplirá en mayo 39 años y su meta es jugar al menos una temporada más para poder seguir ahorrando dinero para poder mantener a su familia. “Quiero jugar hasta que tenga 40 años, lo que significa que tendría que estar una campaña más, pero será a final de curso cuando tome la decisión”. Es que una trayectoria en el ascenso del fútbol británico no le ha permitido recaudar millones como suelen hacerlo las grandes estrellas: “Hay una percepción de que cuando has sido futbolista profesional durante varios años ya eres financieramente estable, pero la realidad es que no. Un porcentaje muy pequeño de futbolistas ganan mucho dinero y cuando cumplen 35 ya no tienen que trabajar nada más, mientras que los jugadores de divisiones inferiores simplemente van contrato a contrato”.
Estas declaraciones las realizó después del partido que disputó ayer ante el Tottenham por la FA Cup que acabó con derrota para su equipo por 3 a 1. Tras el duelo recibió las felicitaciones del técnico José Mourinho y del jugador coreano Son Heung-min, quienes lo reconocieron por su sacrificio.
“El otro día estaba en la bicicleta estática haciéndome preguntas y pensaba ‘esto me está matando’, pero todo el mundo tiene algún propósito en la vida. Mi inspiración es el miedo a no poder dar de comer a mis hijos. Si ganara la lotería, seguramente me sentaría en la playa. Pero tengo que perseverar en lo que hago”, reveló en relación al dolor que siente su cuerpo por la exigencia a la que lo somete a diario.
“Tengo que tratarme la rodilla en cada partido y hay veces que al día siguiente de jugar pienso que me voy a retirar”, admitió, pero se mostró feliz de haber podido ser artífice de una larga carrera: “La gente me decía que era muy grande para ser futbolista profesional y aquí estoy, con 38 años, después de dos décadas como jugador habiendo marcado más de 200 goles”.
En relación a su futuro, contó que no seguirá una carrera como director técnico y que hay algunas propuestas que le interesan: “Tengo algunos proyectos con Netflix y Amazon. No creo que los banquillos sean para mí pero me gusta la parte de mentor que tiene este deporte y que muchas veces no se tiene en cuenta”.
Este fue un gran año para Akinfenwa porque en julio logró ascender con el Wycombe Wanderers a la EFL Championship (segunda división), aunque para llegar a eso tuvo que atravesar momentos difíciles. Su etapa más complicada fue en 2016, cuando jugaba para el Wimbledon y disputó los playoff de ascenso contra el Plymouth Argyle. Pese a marcar un gol en aquella final, ya sabía que abandonaría el club londinense e hizo una petición a través de los medios: “Creo que técnicamente soy desempleado, así que cualquier entrenador que quiera contratarme que me mande un Whatsapp”.
Fue en ese momento cuando firmó con el Wycombe Wanderers, club con el que ha conseguido dos ascensos, primero de la League Two (cuarta división), luego a la League One (tercera) y ahora al Championship, que es la puerta de entrada a la Premier League.
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