“Lanús no tiene el poderío económico de River o Boca. Ni que hablar de un club europeo. Para tener dentro de nuestro plantel a un diferente, a un crack, lo tenemos que crear nosotros”.
Este axioma se repite en cada entrevista que brinda un dirigente de Lanús al ser consultado por su cantera. Desde hace varios años que el conjunto del sur del Gran Buenos Aires entendió que la única manera de poder pelear mano a mano con los mejores clubes de la región es realizar una inversión a largo plazo, la cual ahora da sus frutos, llevando al Granate nuevamente a una final continental. Este sábado, desde las 17, buscará conquistar su segunda Copa Sudamericana ante Defensa y Justicia.
Este proyecto, que comenzó a pisar fuerte con el “Vamos, vamos los pibes” que se coreó en la previa a la coronación de su primer título a nivel local en 2007 de la mano de Ramón Cabrero, ahora tiene como cabeza principal del primer equipo a Luis Zubeldía, quien era el ayudante de campo del ex futbolista español. Sí, el discípulo va tras los pasos de su maestro.
Pese a perder a varias piezas clave y gran parte de la estructura del equipo titular (Marcelino Moreno -Atlanta United-, Lautaro Valenti -Parma de Italia-, Nicolás Pasquini -Estudiantes-, Agustín Rossi -Boca-, Ezequiel Muñoz -Independiente- y Carlos Auzqui -Talleres-), el estratega pampeano decidió apostar con fuerza por los más jóvenes.
Si se tiene en cuenta el once que goleó por 3 a 0 a Vélez en la vuelta de las semifinales del torneo continental, sólo 4 de los titulares (el colombiano Alexis Pérez, Facundo Quignon, Nicolás Orsini y el inoxidable José Sand) no eran surgidos de la cantera granate.
En el arco se encuentra Lautaro Morales, quien pese a que su DNI acusa 21 años parece un verdadero veterano por su manera de manejar los tiempos de los partidos. El joven portero, que deslumbró a Lionel Messi durante una gira con la Selección argentina, se convirtió en una verdadera garantía y fue vital en la serie contra el Fortín (contuvo un penal en la ida).
Por los costados de la defensa aparecen Braian Aguirre (20) y Alexandro Bernabei (20). Café tuvo su bautismo en la élite defendiendo el costado izquierdo nada más ni nada menos que ante el San Pablo de Dani Alves. Sus buenas actuaciones lo convirtieron en una fija gracias a su polifuncionalidad. Hoy aparece como el lateral derecho titular. El zurdo, que debutó con un gol ante Talleres antes de la pandemia, cuenta con una velocidad que lo convierte en una daga a la hora de contragolpear. Ante las lesiones de Guillermo Burdisso, en la zaga central también asoma Matías Pérez (21).
En la zona media se encuentra un futbolista que pareciera tener los días contados en el fútbol argentino. Se trata de Tomás Belmonte (22), un volante ideal para lo que se busca actualmente en Europa. Pese a nacer como un volante de marca, cuenta con un alto promedio de gol (en la actual Sudamericana lleva cinco tantos) y un despliegue descomunal. El Toto tiene oportunismo para pisar el área por sorpresa, pero cuando tiene que meter no se sonroja a la hora de raspar a un rival.
Otro que es seguido muy de cerca desde el Viejo Continente (el club recibió varios sondeos desde la Serie A y la Premier League) es Pedro De la Vega (19). Ya asentado en el equipo titular, el Pepo es un arma interesante para Luis Zubeldía, ya que puede lastimar por todo el frente de ataque.
El otro nacido en las infantiles del club es el capitán Lautaro Acosta. El Laucha, con su sentido de pertenencia y experiencia, comanda y guía a los canteranos junto a su gran ladero, el Pepe Sand, goleador histórico de la institución. El delantero nacido en Glew estuvo presente en cinco de los seis títulos de la institución, mientras que el correntino en cuatro.
Entre las primeras opciones en el banco de suplentes también se destacan otros chicos de inferiores, como Lucas Diosito Vera (23), Facundo Paloma Pérez (21) y Franco Lauchita Orozco (19 -¡lleva cuatro goles y una asistencia en 12 partidos!-).
La situación económica provocada por la pandemia del coronavirus aceleró un poco los procesos y llevó a Zubeldía a hacer debutar a alrededor de 20 futbolistas, los cuales consiguieron muy buenos resultados en la Zona Complementación A de la Copa Diego Maradona. Entre ellos se destacan Pablo Aranda (19), Ousmane N’Dong (21, senegalés), Julián Aude (17), Lucas Besozzi (17), Kevin Lomónaco (19), Juan Pablo Krilanovich (18) y Lucas Varaldo (20). Y hay más, ya que entre los relevos también están Nicolás Thaller (22), Matías Esquivel (21) y Gastón Lodico (22).
Lanús, uno de los clubes que más futbolistas aporta a las juveniles de Argentina, en 2019 ganó cuatro de los seis títulos de las divisiones inferiores (6ta, 7ma, 8va y 9na). Además, es el último campeón de la Reserva, de la mano de Rodrigo Acosta, el hermano del Laucha.
En el Granate apuestan por una fuerte captación desde infantiles gracias al “Mundialito”, un torneo que los del Sur crearon hace 20 años y no para de darle frutos. Por ejemplo, en la edición de 2019, participaron más de 1000 clubes de 31 ligas de la provincia de Buenos Aires. De este certamen salieron talentos como los de Sebastián Blanco, Lautaro Laucha Acosta y Diego Valeri.
En enero de 2019 el club hizo dio otro paso adelante en la formación de sus jóvenes al contratar a Marcelo Roffé (trabajó junto a José Néstor Pekerman en Argentina y Colombia) para liderar el Departamento de Psicología junto a Fabián Esteban. El psicólogo, mediante innovadores talleres, busca incrementar el rendimiento de los chicos dentro del campo de juego. Mejorar la toma de decisiones, visualizar el partido y anticiparse a ciertos movimientos, evitar la frustración ante el error para continuar adelante o mejorar la concentración.
“Gracias a una gestión de Roffé, vino a dictar unas clases de ajedrez el secretario de la Asociación Argentina. Ahí trabajaron diferentes aspectos, como el aspecto táctico y la concentración. Incluso la toma de decisiones. Los chicos entendieron que en una final vos podés poner en jaque a tu rival, y que él también a vos, y que hay que tratar de salir de esa situación. Fue productivo. No ganamos las finales por eso, pero sí ayudó muchísimo. De eso no tengo dudas”, afirmó Mariano Arcorace, presidente del fútbol juvenil, en una nota a Infobae luego de los cuatro títulos en inferiores.
La frase “ADN Granate” que se lee apenas uno ingresa al hall principal de la pensión de Lanús no es casualidad. La institución apuesta por sembrar un sentido de pertenencia dentro de los chicos, ya que la gran mayoría de los profesores son ex jugadores de la institución. Además, en las paredes se pueden apreciar remeras enmarcadas de jóvenes del club que pasaron por la Albiceleste y las puertas de las habitaciones están ploteadas con gigantografías de los jugadores de la cantera que actualmente se encuentra en la Primera.
Un distintivo a la hora de trabajar en las divisiones inferiores de Lanús son las canchas de césped sintético que posee en el polideportivo ubicado en Ramón Cabrero y Héctor Guidi (el mismo lugar en donde queda el estadio), lo que les permite no perder días de entrenamientos pese a las condiciones climáticas. “Acá si llueve se trabaja igual. La mayoría de los clubes del país no tienen y deben trabajar en un gimnasio. Según un informe que una vez nos acercó Claudio Vivas, el equipo que tiene césped sintético le saca entre 30 o 40 días al año a sus competidores. Y un año de trabajo, normalmente, tiene 270 días de entrenamientos”, justificó Mariano Arcorace.
Más allá del organigrama futbolístico (coordinador general, sub-coordinador, un entrenador y un preparador físico en cada categoría, un encargado de GPS, un coordinador de profesores y un encargado en captación), el Granate cuenta con tres médicos, dos kinesiólogos, dos nutricionistas y dos psicólogos. “En Lanús es obligatoria la condición escolar. Nosotros les pedimos las carpetas, controlamos que hagan las tareas y les solicitamos los boletines”, concluyó.
Este proyecto, que hoy contribuyó de sobremanera para que Lanús llegue a la final de la Sudamericana, también lo ayudó a consolidarse entre los mejores del país. En los últimos 15 años ganó el Apertura 2007, la Sudamericana 2013, el torneo local de 2016 (en la final goleó a San Lorenzo), la Copa Bicentenario ante Racing y la Supercopa Argentina ante River. Además, fue subcampeón local en tres oportunidades (Clausura 2006, Clausura 2011 e Inicial 2013), llegó a la final de la Copa Libertadores 2017 y cayó en dos oportunidades en semifinales de la Copa Argentina.
En un país donde se vive del día a día, donde mantener un entrenador durante más de un año parece una quimera, Lanús demuestra que los proyectos aún existen.
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