Defensa y Justicia salió a jugar la final de la Copa Sudamericana ante Lanús dispuesto a ser el gran protagonista de la jornada. El gol de Adonis Frías en el primer tiempo les permitió a los dirigidos por Hernán Crespo adelantarse en el marcador y, ya en la segunda parte, un blooper del fondo Granate los acercó a la consagración en el estadio Mario Alberto Kempes de la provincia de Córdoba.
Ya en tiempo de descuento, Washington Camacho dispuso el 3-0 definitivo que confirmó el primer título internacional de los de Florencio Varela. Sin embargo, aquella acción previa a la segunda conquista fue fundamental.
Iban 16 minutos del segundo tiempo. El Halcón seguía siendo el equipo más claro dentro del campo de juego ante un Lanús muy pasivo y la ventaja en el marcador le permitía jugar con cierta tranquilidad. Sin embargo, fue el error de Alexis Pérez el que prácticamente selló el resultado: tras un avance de Defensa que parecía controlado, el defensor de Lanús quiso jugar una pelota para el arquero Lautaro Morales, pero quedó corto. Para su mala fortuna, el que interceptó el balón fue el delantero Braian Romero, goleador del torneo, quien definió con una sutileza y decretó el 2-0.
Una vez que advirtió la resolución de la jugada, el rostro del colombiano solo denotaba decepción. Con su equipo dos goles abajo en el marcador a falta de media hora para el cierre -y con pocos recursos futbolísticos evidenciados en la tarde cordobesa-, la ilusión de la consagración comenzaba a desvanecerse.
El Granate, que supo conquistar este certamen en su edición de 2013, llegó a esta instancia con una sensible baja, ya que Lautaro Acosta, emblema y capitán del equipo, llegó al límite de tarjetas amarillas. En su reemplazo, Luis Zubeldía eligió a Lucas Vera. La otra variante que realiza el conjunto del Sur fue el ingreso del experimentado Guillermo Burdisso en la defensa en lugar de Matías Pérez. El ex Boca e Independiente había sido preservado en la vuelta de las semifinales a raíz de una molestia muscular, pero su presencia en la final no fue suficiente para que el Granate lograr dejar una mejor imagen.
Para llegar a la definición del torneo, Lanús tuvo que atravesar un duro camino, ya que tuvo que ir a la altura de Quito (Universidad Católica de Ecuador) y La Paz (Bolívar de Bolivia) e imponerse ante tres campeones de la Copa Libertadores: San Pablo, Independiente y Vélez. En tanto que los de Florencio Varela en su camino se impusieron ante Sportivo Luqueño de Paraguay, Vasco da Gama (Brasil), Bahía (Brasil) y Deportes Coquimbo de Chile.
Vale destacar que esta fue la primera final de la Copa Sudamericana protagonizada entre dos equipos del mismo país, algo que sí sucedió en la Copa Libertadores en sus ediciones de 2005 (San Pablo-Atlético Paranaense), 2006 (San Pablo-Inter de Porto Alegre) y 2018 (River-Boca).
Más allá de lo deportivo, esta edición de la Sudamericana otorgó un suculento premio económico para el ganador del trofeo que lleva ese nombre desde 2002. Defensa y Justicia se llevó 4.000.000 de dólares, mientras que Lanús obtuvo 2 millones de la moneda estadounidense.
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