El fútbol es el deporte más popular del mundo, sin embargo en los Estados Unidos se ubica por detrás del baloncesto, el béisbol y el fútbol americano, por lo que los presidentes de esta nación no suelen ser seguidores del soccer, como allí lo llaman, sino que más bien disfrutan de otro tipo de disciplinas. Sin embargo, en esta ocasión Joe Biden parece ser la excepción a esta regla y desde la Casa Blanca habrá por primera vez una atención especial a lo que suceda cuando ruede la pelota sobre el césped.
Es que el mandatario que este miércoles asumió el cargo siempre fue un hombre vinculado al fútbol, sobre todo gracias a su familia. Sus hijos Beau, quien murió en 2015, y Hunter comenzaron a practicarlo en su etapa como estudiantes universitarios durante la década del 70, cuando se popularizó en algunos suburbios del país norteamericano, a diferencia de él, quien de joven había incursionado en el fútbol americano y en el béisbol.
Su primer acercamiento directo fue cuando Beau se convirtió en un inversor minoritario de los Philadelphia Union y colaboró en la creación del estadio. Justamente, en la reunión del edificio, Biden fue invitado para dar el puntapié inicial, algo que según recordó el ex directivo del equipo Nick Sakiewicz a Sport Illustrated, incomodaba al por entonces vicepresidente de la gestión de Barak Obama. “Él estaba como, ‘No lo sé. No estoy acostumbrado a patear cosas. Normalmente estoy tirando cosas ‘”, recordó y detalló: “Así que le estábamos mostrando. Usa el costado de tu pie. No uses el dedo del pie ‘, es como darle un consejo sobre cómo no hacer el ridículo”. Finalmente, optó porque sea una de sus nietas la que patee el balón.
Es que Joe Biden nunca jugó al fútbol: “Mis hijos tenían cinco y seis años y empezaron en una liga del condado, y pasaron de 50 a 600 en tres años. Ni siquiera creo que la escuela secundaria a la que fui tenía un equipo de fútbol “, contó en 2015. ”Beau jugó y fue capitán del equipo de fútbol... y yo nunca jugué fútbol, pero vi todos los partidos de Beau“, agregó. Esa pasión se trasladó a sus nietos, quienes en la Navidad de 2014 le pidieron asistir al Mundial que se disputaría en Brasil.
Allí viajó junto a su familia para ver algunos juegos, después de haberse reunido con mandatarios sudamericanos como la por entonces presidenta chilena Michelle Bachelet y la brasileña Dilma Rousseff, gracias a quienes advirtió que el fútbol era mucho más que un deporte: era un tema de conversación clave en este tipo de meetings. En ese momento se sorprendió incluso porque las líderes no se jactaban de su éxito económico o de su popularidad en las urnas, sino de cuántas copas mundiales tenían sus países.
Su presencia fue clave también en los vestuarios de aquel equipo comandado por Jürgen Klinsmann, a quien felicitó personalmente tras el triunfo ante Ghana en el debut y a Clint Dempsey, autor del primer tanto del encuentro.
Biden ya había viajado en 2010 a Sudáfrica para asistir al partido inaugural entre los anfitriones y México y luego para el duelo entre Estados Unidos e Inglaterra. Horas antes, según detalló en un artículo Sports Illustrated mantuvo una reunión con el presidente de la FIFA, Joseph Blaterr, y el mandamás de la federación de su país, Sunil Gulati, para dialogar sobre la posibilidad de llevar el certamen a Norteamérica.
“No vino nadie de la gente de Blatter. Así que estábamos solo nosotros tres en su suite“, recordó Gulati. “Biden estaba lanzando la Copa del Mundo por nosotros. Fue fantástico haciéndolo. Todas las pequeñas cosas cuando intentas ser amigo de alguien, lo tocas en la rodilla. Blatter dijo: ‘Bueno, solo tengo un voto’. (Biden) Básicamente dijo: ‘Sí, pero el árbitro es muy importante en todo esto’.” Justamente Estados Unidos logró tener el apoyo necesario y en 2026 será anfitrión junto a México y Canadá del Mundial.
Pero la relación del actual presidente de los Estados Unidos con el fútbol no se limita solamente al masculino. Junto a su hija, Masy, quien se desempeñó como arquera en la secundaria, estuvo presente en la final de la Copa Mundial Femenina 2015 disputada en Vancouver. Fue allí que entendió el valor de las mujeres dentro de este deporte y estableció una gran relación con la futbolista Megan Rapinoe.
En abril de 2020, la figura del seleccionado recibió a Joe y Jill Biden en una charla de Instagram Live en la que el actual mandatario le ofreció en forma de broma ser que sea candidata a la vicepresidencia. Más allá de las risas, él se comprometió para luchar por reducir la diferencia salarial que existe en el deporte masculino y femenino: “Deberías recibir el mismo salario que tus colegas que los hombres. No es una broma. Hemos estado reclamando sobre eso durante mucho tiempo “.
Por todo esto, Estados Unidos se encuentra ahora bajo las riendas del presidente más aficionado al fútbol de su historia.
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