Los 72 tenistas participantes del Abierto de Australia obligados a cumplir 14 días de estricta cuarentena en un hotel en Melbourne (Australia) no recibirán un trato especial, confirmó este lunes el primer ministro de Victoria, Daniel Andrews.
La negativa se produjo después de que el número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic, enviara una carta al presidente de la Federación Australiana de Tenis, Craig Tiley, con una lista de peticiones respecto a las condiciones de cuarentena de los jugadores. Los competidores y sus equipos fueron aislados y tienen prohibido salir de sus habitaciones de hotel para entrenar, después de que varias personas en tres vuelos chárter diesen positivo por COVID-19.
“La gente es libre de redactar listas de peticiones, pero la respuesta es no”, dijo Andrews ante los periodistas en Melbourne, donde se disputará el Grand Slam oceánico a partir del 8 de febrero. “Sé que varios jugadores han hablado sobre las normas. Las normas se aplican a ellos como se aplican a todos los demás, y todos fueron informados sobre eso antes de que llegaran. No hay un trato especial aquí porque para el virus no hay nadie especial, así que para nosotros tampoco”, indicó.
Andrews anunció además que habían identificado otros cuatro casos positivos relacionados los vuelos, incluido un tenista no identificado, lo que eleva el total a nueve. Los tres vuelos chárter del Abierto de Australia procedían de Abu Dabi, Doha y Los Ángeles.
Según un informe de la web española de tenis Puntodebreak, las peticiones de Djokovic incluían menos días de aislamiento, la opción de confinarse en casas privadas y mejor comida. Todos los jugadores ya estaban obligados a someterse a una cuarentena de dos semanas al llegar a Australia, pero se les concedió una exención para entrenar al aire libre durante varias horas al día. Ahora, los pasajeros de los vuelos afectados no podrán salir de su habitación durante dos semanas.
Algunos tenistas han recurrido a Twitter para expresar su frustración por los 14 días de aislamiento total. “Lo que no entiendo es por qué nadie nos lo dijo. Si una persona a bordo sabe que todo el avión debe confinarse, se lo pensaría dos veces antes de venir aquí”, tuiteó la jugadora kazaja Yulia Putintseva.
Mientras, la francesa Alize Cornet tuvo que disculparse este lunes por una crítica en Twitter en la que describió las restricciones como “una locura”. “Después de mi último tuit (eliminado), siento que necesito disculparme con vosotros, los australianos”, escribió Cornet. “Sus reacciones a este comentario sin tacto me hicieron darme cuenta de lo que pasaron el año pasado y cuánto sufrieron. Estoy un poco nerviosa por todo esto y será mejor que cierre la boca”, añadió.
El año pasado, unos 4,9 millones de residentes en el área metropolitana de Melbourne sufrieron un confinamiento de 112 días en un intento por frenar una segunda ola creciente de la pandemia. La mayoría de las restricciones se levantaron a finales de octubre.
El lunes, Melbourne registró su duodécimo día consecutivo sin casos de transmisión comunitaria de COVID-19. Las únicas nuevas infecciones fueron las cuatro llegadas internacionales al Abierto de Australia, todas en cuarentena de hotel.
La comisionada australiana de COVID-19, Emma Cassar, dijo el domingo que algunos de los jugadores en cuarentena se arriesgaban a enfrentarse a multas de hasta 20.000 dólares australianos -15.300 dólares estadounidenses-, y puso como ejemplo un tenista que abrió la puerta de su habitación de hotel para hablar con alguien en el pasillo. Cassar también dijo que ya han llegado todas las personas que necesitaban viajar a Australia para el torneo.
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(Agencias)