La revolución Guardiola en el Barcelona no solo se transformó en títulos y honores para el club catalán, las enseñanzas del entrenador que luego enfiló hacia otros equipos de Europa también se aplican en otros campos que no son deportivos. Es que el estilo Pep Guardiola también se inculcó a otras disciplinas y su filosofía sobre manejo de grupos, liderazgo y gestión del talento ha sido estudiada y debatida en eventos empresariales, congresos de emprededores y escuelas de negocios.
Josep Guardiola i Sala nació en Sampedor, Barcelona, el 18 de enero de 1971 y su carrera futbolística nació también en el Futbol Club Barcelona, donde jugó como mediocampista. Más allá de los títulos que ganó con su club, también fue medalla de oro con la selección española en los Juegos Olímpicos de 1992. Como volante, se retiró en 2006 en Dorados de Sinaloa en México.
Pero Pep Guardiola entrenador ha superado con creces al jugador. En cuatro años que dirigió al Barcelona (2008 al 2012) obtuvo 14 títulos, incluso logró seis en un mismo año, un récord que no igualó ningún otro director técnico en el mundo. Luego, de 2013 a 2016 al frente del Bayern Munich logró siete títulos más. Desde 2016 a la actualidad, ya en Inglaterra, ganó otros ocho trofeos. A Pep parecen no afectarle las mudanzas, ni los cambios de idioma, donde va, gana.
El año pasado fue distinguido como el mejor entrenador del siglo en la gala de los Globe Soccer Awards que se celebró en Dubai. El técnico del City se impuso a Ferguson, Zidane y Mourinho en la votación final. Analítico y abierto cuando se enfrenta a las entrevistas, Pep suele dejar frases que encierran en pocas líneas su pensamiento. Infobae seleccionó veinte definiciones del español que está cumpliendo medio siglo de vida. Estas sentencias de Guardiola tienen ropas deportivas, pero su contenido trasciende al fútbol y pueden aplicarse a otros ámbitos.
“La herramienta más educativa que yo he tenido ha sido a través del deporte. He aprendido a aceptar la derrota, que otro es mejor, a levantarme tras no haber hecho bien las cosas, esforzarme para hacerlo mejor…”.
“Nunca pido nada especial a mis jugadores. Sólo que hagan lo que saben y sean atrevidos. Sin atrevimiento, no se sacan adelante los partidos importantes”.
“A veces es mejor perder 1-0 en una ida de eliminatoria que finalizar 0-0. Con la derrota te exiges meter goles; con el empate, no sabes si atacas o defiendes”.
“Yo no estoy seguro y muchas veces lo que intento hacer es teatralizar con los jugadores que la sé cuando no la sé. Y que ellos entiendan que tengo las verdades para que tengan solidez cuando salen ahí fuera. A veces te preguntan cosas de la vida y tomas el papel de padre o de hijo y le das el consejo que te darías a ti mismo”.
“Si vas al contacto vas a perder en un 90% de las ocasiones. Evita ese contacto. Sé más rápido y más inteligente”.
“Jugar al fútbol sin objetivos te hace ser más vago”.
“Juzgo a mi equipo por las intenciones, no por el resultado”.
“Cuando no ganas, dudas. Pero solo dura medio día, unas pocas horas. Después de eso, recuerdo lo que me gusta, la forma en que me gusta jugar con mi equipo e insisto. Y recuerdo que no hay deporte en el mundo en el que un equipo gane todo el tiempo”.
“Aquellos que dudan de todo son aquellos que más aciertan”.
“¿Quién es más completo que Messi? Es el mejor en todo, en el trabajo, en asociarse, en entender el juego. Es simplemente el mejor futbolista que he visto y veré”.
“El secreto de un buen equipo es el orden. Todos deben saber lo que tiene que hacer”.
“Dicen que es más fácil cambiar de mujer que de equipo de fútbol… Y es cierto”.
“Necesito abrazar a mis jugadores y explicarles, necesito convencerles, no hay cosa más maravillosa que intentar meterles tus ideas en las cabezas a tus jugadores”.
“¿Qué caracteriza a un buen entrenador? Lo que los jugadores dirán de él cuando todo haya terminado”.
“Los jugadores no son tontos: si te ven dudar, te lo pillan al instante; y si a veces no lo tienes claro, no les hables, vete a tu casa y al otro día, cuando lo tienes claro, les hablas. Son intuición pura los futbolistas, huelen la sangre, cuando te ven débil, te clavan la espada”.
“Lo que te hace crecer es la derrota, el error”.
“Perdonaré a los jugadores que no acierten, pero nunca les perdonaré que no se esfuercen”.
“Lo más maravilloso de mi profesión es imaginar el partido que va a suceder mañana”.
“Hay frases que he escuchado y que no las creo. ‘Hay que correr poco, el que debe correr es el balón’, por ejemplo. No: aquí hay que correr mucho. Soy menos romántico de lo que a muchos les parece”.
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