La muerte de Diego Maradona el pasado 25 de noviembre resignificó cada segundo de material fílmico o cada imagen poco vista, o que jamás había sido difundida masivamente. Eso ocurrió, por ejemplo, con el video que compartió el usuario de Twitter @pedromsantoro, quien viene compartiendo fragmentos de la vida del Diez. El material inédito lo muestra a Pelusa, en su etapa de Barcelona, paseando por Nueva York como un turista más, prácticamente sin fanáticos a su alrededor, algo impensado en otro país.
Con la canción “Stayin’ Alive”, de Bee Gees, en la filmación se lo puede ver a un joven Maradona, con la característica melena rebosante de rulos y hasta vestigios de acné. Claro, la excursión blaugrana se dio a mediados de 1984, con un Diego que no había cumplido los 24 años. Camina por las calles, pasea a bordo de un taxi, mira vidrieras (en una remera de los escaparates se lee “84″, el año de la visita).
Al entonces flamante capitán de la selección argentina (por elección de Carlos Salvador Bilardo, el director técnico que reemplazó a César Luis Menotti tras el Mundial de España 1982) se lo ve sonriente, suelto, liberado. El poco anclaje del fútbol en Estados Unidos de los 80 le permitía ser un anónimo en la Gran Manzana. Apenas se saca una foto, de lo que parece ser una producción para una publicación, y firma un autógrafo.
Chaleco gris, remera blanca debajo, gorra azul, pantalón largo, la imagen de aquel Maradona fue furor en las redes sociales. Estaba en el umbral de mudarse al Napoli, donde se transformó en leyenda. En la gira por Estados Unidos, en la que Barcelona se enfrentó con el Cosmos y Fluminense, y a la que fueron algunos jugadores invitados, como el mítico Mágico González (al que Pelusa admiraba), terminó de redondear su decisión de marcharse.
Y en Nápoles, al mismo tiempo, comenzaría su mejor etapa como futbolista y la más asfixiante a nivel personal, por el amor extremo de los fanáticos. El jueves pasado, en el homenaje que le hizo la FIFA durante la entrega de los premios The Best, el neerlandés Ruud Gullit contó una anécdota que detalle cómo vivía Maradona el asedio de los aficionados.
“Era triste en su interior porque no podía salir a la calle, o a las tiendas. A veces se escapaba en el auto, iba hasta Roma y volvía solo para escapar. No tenía privacidad para él. En esos momentos me sentí mal por él”, relató el ex Milan.
Por eso en Nueva York, libre, se lo veía cómodo. Su relación con Estados Unidos se rompió diez años después del video, cuando dio positivo en el control antidóping en el Mundial de 1994. En 2018 intentó volver a sacar la visa, incluso su abogado Matías Morla inició los trámites, pero el intento se enfrió después de que Diego realizara declaraciones contra el presidente Donald Trump.
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