LeBron James, Kevin Durant, Kawhi Leonard, Anthony Davis o James Harden, entre otros pocos, son nombres que toda franquicia de la NBA quisiera tener. Los Angeles Lakers, Brooklyn Nets, Angeles Clippers y los Houston Rockets son algunos de los afortunados que pueden contar con uno de ellos entre la plantilla y depende de cada propietario hacer que se sienta lo más cómodo posible allí.
Mientras que algunos se enfocan en lo económico y deportivo para mantener las buenas relaciones con sus estrellas, otros le otorgan libertades que no están al alcance de todos. Es el caso del último de esta lista, La Barba, quien según revelaron recientemente, se convirtió prácticamente en el “jefe de la organización”.
El escolta de 31 años, a base de buenos resultados y excelentes actuaciones, se transformó en el emblema del equipo de Texas, a tal punto que, para mantenerlo contento, se le concedieron distintas atribuciones las cuales pudieron molestar a más de uno dentro del plantel.
“Si tienen varios días libres, todo el mundo lo sabe: James volará a otro lugar y se divertirá”, aseguró un miembro del cuerpo técnico de la temporada pasada desde el anonimato a “ESPN”
Aquel es uno de los puntos innegociables de un contrato de palabra que se estableció entre la franquicia y su máxima estrella. Si los Rockets jugaban en Los Ángeles, en Phoenix o en cualquier otra ciudad del agrado de Harden, el equipo debería permanecer durante una noche o hasta el día siguiente. Incluso también se le permitía irse a Las Vegas en un jet privado entre juego y juego si encontraba un lugar en el calendario.
“Sabíamos quién era el jefe de la organización”, aseguró un ex entrenador asistente de los Rockets y todos en el microambiente conocían las reglas: “Esa era parte del trato cuando aceptabas ir a Houston. Jugadores, entrenadores, directivos... todos lo sabían. Y no culpo a James. Él hacía lo que le permitían hacer”.
Otra de las facultades que se le otorgó fue la de involucrarse en el armado del equipo, desde el entrenador hasta la elección de sus compañeros. Así lo hizo al momento de impulsar el despido de su entrenador Kevin McHale o las salidas de los jugadores Dwight Howard y Chris Paul, aseguraron a “ESPN”.
Otra de las incidencias que protagonizó La Barba a nivel institucional fue sobre la llegada de Russell Westbrook, después de pasar 11 años en los Thunders de Oklahoma (en donde habían jugado juntos). Tal como cuenta la prestigiosa cadena deportiva, Harden se puso firme y prácticamente obligó a los directivos a contratarlo, ya que de no hacerlo, exigiría un canje. Fue así que los Rockets intercambiaron a Paul y varias selecciones de primera ronda por él para que forme parte del equipo en la temporada 2019-20, una negociación que se consideró muy elevada.
“Se conseguía todo lo que Harden pedía”, afirmaba otro testigo desde el anonimato a “ESPN”, “sólo es James siendo James”, agregaba.
Sin embargo, Westbrook sólo duró un año junto a Harden después de que el 2 de diciembre pasado se conociera su traspaso al Washington Wizards a cambio de John Wall. Al parecer, el poder y las libertades que tenía su compañero terminaron de horrorizarlo. Ambas estrellas ya no podían compartir el mismo techo.
“Los Rockets le entregaron la organización a James, y ahora tienen que vivir con las consecuencias”, sentenció un ex entrenador asistente de Houston. Todo para mantener feliz a su estrella, quien a pesar de ser siete veces elegido para jugar el All-Star Game y el MVP del 2018, no logró darles un anillo durante sus ocho años en Texas.
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