Este martes se disputó el segundo boleto para la semifinal de la Liga de Campeones de la Concacaf. Tigres y New York City FC terminaron su duelo pendiente, intentando colarse junto con Olimpia de Honduras en la antesala de la final.
El equipo regiomontano, además de intentar terminar con la sequía de títulos internacionales, tenía que sanar las heridas que dejó su eliminación en los cuartos de final este semestre en el torneo local. Los felinos fueron superados por Cruz Azul, quien finiquitó la serie en el encuentro de ida en el Volcán, casa de los universitarios.
En cambio, el club de la Ciudad que Nunca Duerme tenía que mejorar sus resultados de la temporada, donde terminó en la quinta posición de la Conferencia Este. No trascendieron en el certamen estadounidense al ser eliminados por Orlando City en penales en las primeras fases de los Playoffs.
Sin embargo, tenían que enfrentarse al equipo mexicano más ganador de la última década y sobreponerse de ligera desventaja en el marcador global. Los de la Sultana del Norte sacaron la victoria por la mínima (0-1) en Estados Unidos, por lo que los neoyorquinos tenían que empatar al menos en el global para seguir con sus aspiraciones de levantar la copa.
Por ello, el entrenador Ronny Deila colocó a sus mejores hombres en la cancha, a pesar de que su plantilla fue golpeada por el coronavirus. Sus pupilos tenían que incomodar a los universitarios, arrebatarles el balón y acercarse a la portería que defendió Nahuel Guzmán.
Para su mala fortuna se toparon con un obstáculo del tamaño de la Estatua de la Libertad: la experiencia en el banquillo de Ricardo “Tuca” Ferretti. Planteó un partido cerrado, sin que sus dirigidos regalaran un solo centímetro de campo, y cazando una jugada en contragolpe que aumentara su ventaja.
El planteamiento del brasileño dio frutos a la primera media hora del encuentro (30′). Pisando el balón para quitarse un rival, Luis Quiñones se abrió espacio desde la banda para mandar un centro. El receptor fue André-Pierre Gignac, quien mandó el balón al fondo de las redes con un certero cabezazo (1-0).
El dominio felino era evidente en la cancha. Los de Nueva York no encontraban caminos que los dirigieran a la portería rival y la desesperación no podía ocultarse en sus rostros. Su eliminación era inminente.
Pero el sueño de buscar el pase al Mundial de Clubes se fue apagando en el complemento, con el segundo gol de la escuadra de Monterrey (49′). Luis Quiñones de nueva cuenta superó la banda derecha y mandó un centro raso para Leo Fernández, quien cerró la pinza con un taquito (2-0).
Si el tercer gol en el marcador global no era suficiente, Rafael Carioca terminó por destruir las aspiraciones de los neoyorquinos (64′). Quiñones, que fue un diablo en la banda, mandó un centro para el brasileño. Éste último aprovechó para vencer al arquero Luis Barraza con un certero remate de cabeza (3-0).
Sin embargo, la feria de goles no terminó ahí. En un contragolpe, Gignac recibió un balón largo, pero al verse acorralado levantó la cabeza y pasó para Javier Aquino, que hizo un recorrido de portería a portería. El mexicano dribló dentro del área y fusiló al guardameta con un disparo cruzado para anotar el último del encuentro (4-0).
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