Argentina, Italia, Emiratos Árabes, Bielorrusia, China, Cuba... Maradona tenía negocios diversificados en varios rincones del planeta; su nombre, una marca global, oficiaba como la llave para todas las puertas. Y también en Venezuela, donde trabó relación, primero, con Hugo Chávez, y luego supo defender el régimen de Nicolás Maduro.
El relevamiento sobre sus bienes, contratos, cuentas e ingresos ante la puja por la sucesión en curso confirma que los lazos con Venezuela eran múltiples. Lo ratificó Mauricio D’Alessandro, abogado de Matías Morla, apoderado del astro hasta el día de su muerte, el pasado 25 de noviembre.
El tema es que, según pudo averiguar Infobae, el Estado venezolano y las empresas en las que Pelusa tenía participación le adeudan, por distintos conceptos, más de 50 millones de dólares.
Una de las acreencias nunca percibidas por Diego tiene dos años de mora. Se trata de su participación en el canal Telesur durante la Copa del Mundo de Rusia 2018. “Hay una suma importante en dólares. Claramente, por la relación que tenía Maduro con Maradona y Morla, si todos los herederos se ponen de acuerdo, es fácilmente percibible”, aseguró D’Alessandro en diálogo con radio La Red. La cifra rondaría alrededor de los 4 millones de dólares.
“Hay otros negocios de Maradona que tienen que ver con el abastecimiento de materias primas, commodities a Venezuela, en operaciones que tienen que ver con trueque con otros commodities como el petróleo. Es decir que Maradona tenía una trader radicada en Europa en sociedad con otras personas que se ocupaba de negocios de intercambios de cereales por petróleo. Eso tiene un valor comercial, la empresa. Y también tienen negocios que se están produciendo en este mismo momento”, describió el abogado.
Infobae constató que el Diez tenía participación, por ejemplo, en una empresa cerealera y en una fábrica de harinas. ¿Por qué la deuda creció a ese nivel? Porque quedaron pendientes cuantiosas liquidaciones.
“Era una dinámica normal que se le acumularan cifras grandes por cobrar. Pero en algún momento del año Diego viajaba a Venezuela, lo destrababa, y el monto se achicaba”, cuentan quienes lo trataban a diario al ex capitán de la selección. Pero aquel acercamiento para que el dinero fluyera ya no podrá ser posible. Y serán sus herederos los que intentarán percibir la deuda. La última excursión por tierras bolivarianas se había dado en enero.
Maradona no solo supo respaldar al gobierno de Venezuela a través de declaraciones públicas o posteos en su cuenta de Instagram: viajó en el umbral de las elecciones en más de una oportunidad para apoyar al oficialismo, primero con Hugo Chávez en el poder, y luego con su sucesor, Nicolás Maduro, que el día de su muerte lo despidió con una carta.
“Ha desaparecido un amigo, un hermano: un Gigante dentro y fuera de la cancha. El Pueblo de Venezuela está de corazón junto a ustedes, sus hijas e hijos, y junto al hermano Pueblo Argentino”, firmó.
“Desde el inicio de su carrera, sí fue claro que Diego iba a hacer historia en la cancha, y vaya que lo hizo. Con la Albiceleste y con todos los clubes en los que jugó, escribió literalmente páginas de oro, páginas imborrables. Estoy entre quienes consideran a Diego el más grande futbolista de todos los tiempos: hay un antes y un después de Maradona, un antes y un después del crack de la prodigiosa zurda, del artista inigualable, del barrilete cósmico que sigue y seguirá volando alto. Rebelde, irreverente, pero sobre todo un genuino patriota. Un indoblegable combatiente por la causa de la unidad de la Patria Grande”, reza otro tramo de la misiva.
Entre los más de 200 objetos con valor afectivo y económico que Maradona había ordenado traer de su experiencia en Dubai, y que hoy esperan por la sucesión en un contenedor bajo custodia en la localidad de Beccar, provincia de Buenos Aires, también se encuentran regalos del régimen bolivariano, como una camisa que perteneció a Chávez y vestimenta que Diego utilizó en sus visitas al país.
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