El penal es uno de los momentos más decisivos del fútbol. Es un duelo 1 vs. 1 en un deporte de 11 en el que dos adversarios se enfrentan cara a cara sin que nadie se entrometa. Si bien esta acción sea parte del deporte, en realidad es un instante en donde la fortaleza mental prevalece por sobre cualquier otra característica, por lo que el juego queda de lado. Los nervios suelen disputar un partido aparte para el ejecutante y es por eso que a lo largo de los años los arqueros han ido buscando la manera de sacar de sus cabales a sus oponentes para propiciar algún error.
Es así que algunos porteros optan por hablarle a quien va a patear la pelota mientras la acomoda, otros intentan intercambiar palabras innecesarias con el árbitro para que el tiempo se extienda y así las dudas afloren, hay quienes buscan la mirada de su rival constantemente para imponerles inseguridad y así las estrategias se acumulan.
El reglamento es claro, los arqueros deben tener al menos un pie sobre la línea de cal cuando se ejecuta el tiro, pero antes pueden hacer lo que les plazca, siempre y cuando no achiquen distancia con el punto de penal. Es por eso que muchos eligen correr de palo a palo, algunos gritar y señalar hacia un poste, invitando al pateador a buscar ese lado en su remate, y ahora parece haber un nuevo método.
Álvaro Jiménez, juvenil de la División de Honor del Racing de Santander, lleva atajados tres de los últimos cuatro penales que le han pateado y el recurso que utiliza se ha viralizado. El arquero elige arrodillarse sobre la línea mientras el jugador espera por la orden del juez y durante su carrera hacia el esférico. Su postura hace creer al ejecutante que el gol será más sencillo de convertir ya que él no podrá despegarse del suelo y volar hacia uno de los costados, sin embargo, justo antes de que patee, todo cambia.
El ágil guardamenta que parece abatido se pone de pie y esa fuerza que utiliza para levantarse la aprovecha para despegar hacia un lado. En el video que se hizo viral en un partido contra el Atlético Perines, justamente hace eso y logra contener sin problemas el disparo bajo que iba hacia su derecha, aunque al no haber sido tan esquinado ni potente le resultó sencillo.
Pese a que la estrategia de Jiménez puede ser discutida, lo cierto es que los números lo avalan ya que sólo le han convertido uno de los últimos cuatro penales. Habrá que ver si el joven mantiene esa revolucionaria forma de posicionarse frente a la pelota o si decide cambiar y volverse más tradicional con el correr del tiempo.
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