Sergio Pérez, después de casi 10 años en la Fórmula 1, consiguió por primera vez en su carrera una victoria en un Gran Premio (Sakhir). Curiosamente lo logró en un año que ha sido una montaña rusa, marcada por una atípica temporada opacada por la pandemia de COVID-19 y por su sorpresiva salida de su escudería, Racing Point.
Checho, quien es un piloto acostumbrado a romper récords, no sólo acumuló un podio más en su carrera. Subirse este domingo al cajón en la pista a las afuera de Manama, capital de Bahréin, también significó un primer lugar histórico para México.
Después de 50 años, un piloto azteca volvió a escuchar su himno nacional tras superar la bandera a cuadros en primer lugar. Anteriormente lo había hecho Pedro Rodríguez en 1970 en Bélgica, luego de que tres años antes hiciera lo propio en Sudáfrica.
Este triunfo del oriundo de Guadalajara, Jalisco, fue una viva imagen de los que ha sido su año. Arrancó en la quinta posición de la carrera, pero en la primera vuelta tuvo un percance con el monegasco Charles Leclerc de Ferrari, lo que obligó a Pérez a entrar a los pits y regresó para salir en la posición 18.
Mientras Checo veía los alerones de sus rivales, en la cima se pronosticaba un nuevo triunfo de Mercedes. Ahora no era del británico Lewis Hamilton, quien dio positivo a COVID-19 y no estuvo en la pista, sino de su compatriota y sustituto George Russell.
Sin embargo, el mexicano poco a poco comenzó a escalar posiciones y para la vuelta 28 ya estaba en el quinto lugar. Más tarde, en la vuelta 64, aprovechó un error de Mercedes en los pits y se colocó como el líder de la carrera.
Estaba reñido. Russell no cedía y perseguía a Sergio con fiereza, pero en las últimas vueltas tuvo que entrar de nuevo a los pits por una pinchadura de llanta. Eso fue un heraldo que indicó que el tapatío se quedaría con su primer triunfo en la máxima categoría del automovilismo.
Su primer puesto en la Fórmula 1 ocurrió 24 años después de sus inicios en los karts. Fue 13 años después de su triunfo en la Fórmula 3. Fue nueve años después de haber firmado con Sauber, su primera escudería en el Gran Circo.
“Desde hace diez años llevo esperando este momento”, dijo Checo este fin de semana, luego de ganar la carrera. “No sé qué decir. En la primera vuelta había perdido toda opción, la carrera se había acabado para mí. Pero no desistí. Es increíble haber ganado, no me lo puedo creer”, agregó.
Y es que este año ha sido un sube y baja de emociones para Sergio, parecido a la adrenalina de los rebases de sus carreras. Empezó con su prueba positiva a COVID-19, el primero del circuito, lo que lo obligó a estar ausente en las dos pruebas de Silverstone (Inglaterra).
También fue el año donde se enteró que el alemán Sebastian Vettel tomaría su asiento en Racing Point para la siguiente temporada. Por ello, a falta de una carrera de la que termine la campaña, no tiene un lugar asegurado en la máxima competición del automovilismo para el próximo año.
El giro irónico para su carrera es que ha tenido una año fantástico en las pistas. Consiguió su décimo podio en las Fórmula 1, se subió dos veces al cajón en la temporada y superó su récord de puntos conseguidos en la categoría con 125 (sus mejores números anteriores fueron 101 puntos en 2016).
Lo bueno para el mexicano es que aún tiene una opción: Red Bull, quien ha mencionado su interés por firmarlo. Él mismo comentó hace unas semanas en conferencia que si no consigue la plaza con la escudería, tomará un año sabático para replantear su futuro en las pistas. Mientras tanto, ya sabe lo que es escuchar el himno mexicano tras una carrera en el máximo circuito automovilístico.
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