La leyenda del fútbol Diego Armando Maradona falleció este miércoles a los 60 años de “un paro cardíaco” en su casa en Argentina, un hecho que enluta y conmueve al mundo. Muchos de los principales diarios del planeta, en todos los idiomas, despidieron a quien es considerado por muchos el mejor jugador de la historia.
Fue “un paro cardíaco antes del mediodía”, declaró a la AFP su jefe de prensa, Sebastián Sanchi. Maradona murió en su nueva residencia en Nordelta, a 40 km al norte de Buenos Aires.
Las reacciones de tristeza llovieron desde todas partes del mundo. “Algún día podremos jugar juntos al fútbol en el Cielo”, dijo la también leyenda Pelé, tricampeón del mundo brasileño, de 80 años.
“Un día muy triste para todos los argentinos y para el fútbol. Nos deja pero no se va, porque el Diego es eterno”, escribió Lionel Messi, del Barcelona FC, en su cuenta oficial de Instagram.
“Eternas gracias. Eterno Diego”, escribió Boca Juniors, el equipo de su corazón; “Ciao, Diego”, tuiteó el Nápoles italiano; “Gracias por todo, Diego”, posteó el FC Barcelona.
El presidente argentino Alberto Fernández declaró tres días de duelo nacional, y la Presidencia anunció que el velatorio será en la Casa Rosada, sede del Gobierno, desde las 6:00 a las 16:00 locales (09:00 a 19:00 GMT) “por indicación de la familia”.
Centenares de personas ya comenzaron a hacer fila en la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada (sede de Gobierno) para poder ingresar a despedir al campeón mundial en México 1986.
El féretro con los restos de Maradona llegó a Casa Rosada pasada la medianoche del miércoles, tras ser trasladado en una ambulancia rodeado de un fuerte dispositivo de seguridad, constató la AFP.
Claudia Villafañe, ex esposa de Maradona, y sus dos hijas, Dalma y Gianinna, ya estaban en Casa Rosada. Se vio ingresar al presidente de la Asociación de Fútbol Argentino, Claudio Tapia, a jugadores en actividad y retirados, compañeros de Maradona en la selección de 1986, entre otros, para la despedida privada antes de la apertura al público, informó TyC.
“Nos llevaste a lo más alto del mundo. Nos hiciste inmensamente felices. Fuiste el más grande de todos. Gracias por haber existido Diego. Te vamos a extrañar toda la vida”, tuiteó Fernández.
Personalidades como su compatriota el papa Francisco y varios líderes mundiales rindieron tributo al ídolo de los argentinos.
Como jugador fue artista y mago de la pelota. Alcanzó la cima de su carrera como el capitán de la Selección argentina que ganó la Copa del Mundo en México 1986. Fue en ese mundial donde anotó sus dos goles más célebres, en cuartos de final ante Inglaterra. El primero con la mano, la famosa “mano de Dios”, y el segundo considerado el mejor en la historia de las citas máximas.
Pocas veces en la historia un personaje del deporte alcanzó semejante dimensión internacional. Era recibido con adoración a cuanto país llegaba y le reconocían su personalidad rebelde.
“Nunca voy a olvidar mi origen”, en una villa miseria (asentamiento) al sur de la capital. Aquella cuna le forjó una conciencia en favor de los movimientos populares, y se declaró admirador de los líderes de izquierda de Latinoamérica, como el cubano Fidel Castro, de quien fue amigo. Curiosamente falleció el mismo día que el líder cubano.
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