El mundo todavía no comprende lo que sucedió el 25 de noviembre a las 12 del mediodía. La muerte de Diego Maradona fue un hecho que nadie quiere aceptar. El mito se fue a los 60 años después de haber vivido las mil vidas que solo él pudo vivir.
El duelo nacional (y mundial) no alcanza para despedir a la leyenda. Como lo tituló L’Equipe en su tradicional portada, “Dios ha muerto” y el fútbol llora a su máximo exponente.
“Tengo mucha tristeza y dolor. Se fue el más grande de todos. Hablé con Claudia (Villafañe) y le expresé mis sentido pésame. Ayer nos tocó jugar y fue un momento muy duro para nosotros”, comentó el capitán de Independiente, Silvio Romero a la salida del velatorio en la Casa Rosada, donde una multitud despidió al ídolo.
El cordobés se acercó a la casa de gobierno junto con su compañero Pedro Pablo Hernández en representación del plantel del Rojo y resaltó que es “el dolor de todo el pueblo argentino”. “Todo el cuerpo técnico y el grupo le mandó fuerzas a su familias y las condolencias. Le quisimos rendir un humilde homenaje en la cancha”, cerró el goleador en referencia a la victoria sobre Fénix por 4-1 por los octavos de final de la Copa Sudamericana.
Unos instantes después, el presidente de Boca, Jorge Amor Ameal ingresó junto a Mario Pergolini, vice primero, olvidando las diferencias políticas que tuvieron en las elecciones del club del año pasado. El titular del Xeneize evitó el diálogo con la prensa al aclarar que “no era momento de hablar por tanta tristeza”. Además de los dos dirigentes, también estuvo presente Ricardo Rosica, secretario general de la entidad porteña, pero no se lo vio a Juan Román Riquelme, vicepresidente segundo y ex compañero de Diego.
Como el sentimiento no entiende de grietas, ni de enfrentamientos, el amor por Pelusa también motivó a los referentes de River a presentarse en el lugar. Enzo Francescoli y Marcelo Gallardo despidieron a Maradona en la Casa Rosada.
A 25 años del abrazo histórico que se dieron en un Superclásico, el uruguayo, de 59 años llegó cabizbajo y visiblemente golpeado. Durante unos minutos saludó a Claudia Villafañe y a sus hijas Dalma y Giannina, y luego compartió un instante con el Presidente de la Nación, Alberto Fernández en el salón de los Pueblos Originarios.
Francescoli mantuvo siempre una relación personal con Pelusa, de hecho participó en su despedida en La Bombonera y lo defendió aun siendo jugador de River. Coincidencias del destino, hoy se cumplen 25 años de aquel 26 de noviembre de 1995 cuando el Diez disputó un clásico en el Monumental que finalizó 0-0 y Enzo lo abrazó como muestra de apoyo. “El es el verdadero rey del fútbol mundial” suele decir el Príncipe al referirse a Pelusa cada vez que manifiesta su admiración hacia el más grande de todos.
El plantel de Gimnasia, último equipo al que dirigió el astro, se mostró unido en su homenaje hacia su líder. Incluso algunos protagonistas debieron consolar a Sebastián Méndez, ayudante de campo, quien no pudo controlar sus lágrimas cuando le dio su último adiós.
Con el mismo sentimiento conmovedor, José Néstor Pekerman, ex entrenador de la Selección durante el Mundial de Alemania en 2006, fue otro de los que lamentó la pérdida del mejor futbolista de todos los tiempos.
Si bien Presidencia informó que el velorio durará hasta las 16 de este jueves, podría extenderse hasta las 19, para luego trasladar el cuerpo hacia un cementerio privado de Bella Vista, donde sus restos serían inhumados, donde yacen además los restos de sus padres, don Diego Maradona y Dalma Salvadora “Tota” Franco.
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