No solo quienes fueron sus compañeros, sus rivales también recordaron con cariño a Diego Armando Maradona en el día de la muerte del astro argentino. Uno de los que destacó al Diez por su pasión dentro y fuera de la cancha fue el inglés Gary Lineker, quien lo enfrentó en aquel recordado partido de la Mano de Dios, pero también del Gol de Siglo, en el Mundial de México 86.
“Él es adorado en Argentina. Siempre tenía un enorme séquito a su alrededor”, contó Lineker, que actualmente es comentarista de la TV de su país.
El ex futbolista recalcó que Diego sentía “un pasión increíble por el juego” y graficó esta afirmación con un episodio que dio vuelta al mundo: “Recuerdo un partido de Boca, él tenía su palco en la Bombonera y estaba con su familia. Una de sus hijas lo sostenía mientras el pasaba su cuerpo por fuera del balcón, lo sostenía para que accidentalmente no cayera”.
“Nunca pensé que pudiera ver a alguien parecido a Diego en cuanto a la habilidad con la pelota. Messi es muy similar en muchas cosas: argentino, pequeño y zurdo, pero Diego era increíble”, sostuvo.
Lineker también rememoró la vez que compartió equipo con Maradona en un encuentro amistoso en el que ambos estuvieron junto a otras figuras de la talla de Michel Platini en el combinado del “Resto del mundo”.
“Hizo jueguitos hasta el centro de la cancha, cuando llegó hasta ahí siguió jugando y, de repente, pateó la pelota muy fuerte hacia arriba. Espero a que cayera y la volvió a patear hacia arriba. Así varias veces, en total, lo hizo 13 veces. Al otro día yo lo intenté con otros compañeros en Barcelona y como mucho pudimos hacerlo fue tres veces”, relató el inglés, que agregó: “Nunca vi a alguien con un afecto tan hermoso por la pelota”.
Maradona y Lineker fueron rivales en el recordado partido que enfrentó a Argentina e Inglaterra en el Mundial de México 1986. El europeo no quiso hablar del recordado tanto de la Mano de Dios, sino que prefirió enfocarse en ese que fue considerado el Gol del Siglo.
El ex futbolista sostuvo que el nacido en Villa Fiorito pasaba a los rivales “como si no estuvieran ahí” y aseguró que la acción fue más maravillosa aún si se tiene en cuenta que el césped del estadio Azteca no estaba en las mejores condiciones. “Fue lo más cerca que estuve en mi vida de querer aplaudir el gol de otro, cosa que no hice porque hubiera sido destruido en la vuelta a casa”, admitió.
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