Uno de los recintos más icónicos de la Ciudad de México, el Estadio Olímpico Universitario de Ciudad Universitaria (CU), cumple 68 años de su creación este 20 de noviembre. Recinto deportivo que alberga una historia universitaria y del país.
Los arquitectos Augusto Pérez Palacio, Jorge Bravo Jiménez y Raúl Salinas Moro fueron los encargados en diseñar el estadio del pedregal. Debido a las condiciones topográficas naturales del terreno y la ambición arquitectónica, cavaron y hundieron la construcción; buscaron que el proyecto tuviera una estructura sencilla con la capacidad de apreciar el espacio abierto de alrededor y poder captar la luz.
Una de las características principales del estadio es su forma ovalada que asemeja al cráter de un volcán, construido con la misma piedra volcánica del terreno. Su vista panorámica deja apreciar el cerro del Ajusco, los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl, además del edificio de Rectoría y la Biblioteca Central en cualquiera de sus secciones.
Las obras de construcción iniciaron el 7 de agosto de 1950, para tenerlo listo lo más pronto posible, las obras demandaron jornadas laborales de 24 horas, cerca de 10 mil obreros participaron en el proyecto. Además, el arquitecto Pérez Palacio contó con la ayuda de personal especializado, técnicos especialistas, ingenieros, incluso la colaboración del entrenador de fútbol americano, Roberto Tapatío Méndez y el profesor Jorge Molina Celis, decano de atletismo universitario.
Para la decoración exterior y proyecto cultural participó el artista plástico Diego Rivera con la creación del mural “La Universidad, la familia y el deporte en México” donde representa el México prehispánico y el México moderno unidos por el deporte, la Universidad, la paz y la familia.
De acuerdo con la doctora en arquitectura, Lourdes Cruz González Franco, los primeros artistas plásticos contemplados para los murales del recinto deportivo fueron: Luis Ortiz Monasterio y David Alfaro Siqueiros. Al no concretarse nada con ninguno de los dos, Pérez Palacio contactó a Rivera, quien sin dudarlo aceptó.
El mural cubriría el exterior del estadio en toda su totalidad, para el diseño del escudo de la Universidad Nacional Autónoma de México Rivera utilizó piedras de colores naturales como tezontle, piedra de río, tecali, mármol, entre otras. Pero el proyecto plástico de Diego Rivera no se concluyó, únicamente se concretó la fachada oriente del estadio.
Meses después, el 20 de noviembre de 1952 el recinto abrió sus puertas al público general para celebrar la segunda edición de los Juegos Juveniles Nacionales. El entonces rector Luis Garrido y el presidente en turno, Miguel Alemán, comandaron la ceremonia de inauguración a la Dedicación de la Ciudad Universitaria.
Nueve días después de la inauguración, el estadio fue sede del clásico de fútbol americano entre Instituto Politécnico Nacional y los Pumas de la UNAM disputaron encuentros de americano como locales en el estadio.
A partir de ese momento el recinto albergó grandes eventos deportivos como las Olimpiadas de 1968, fue la cede de inauguración con la famosa llama olímpica del pebetero durante el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz.
También se convirtió en la casa oficial del Club Universitario de fútbol Soccer, Pumas juega como local en las canchas del Estadio Universitario donde han disputados partidos de liguilla y finales.
El 29 de junio de 2007 fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO junto con el resto de las instalaciones de Ciudad Universitaria esto representa que el Estadio Universitario está protegido para la preservación total de sus instalaciones.
Dentro de la historia del Estadio Olímpico Universitario no todo ha sido deporte, para el terremoto de septiembre del 2017, el 19S, el lugar funcionó como centro de acopio de víveres. La comunidad estudiantil, protección civil y la sociedad mexicana en general unieron fuerzas para recolectar y almacenar los suministros que llegaron al estadio. En las gradas donde hubo festejos y euforia por el triunfo deportivo, hubo manos y responsabilidad social para ayudar a los damnificados de aquel terremoto.
Con la llegada del Covid-19 a México y la suspensión de actividades presenciales en diversos ámbitos, el pasado mes de agosto, el estadio funcionó como una sede segura para la realización del examen de admisión a nivel superior de 2020, este año concursaron 84 mil 947 aspirantes. Por primera vez en la historia, el Olímpico Universitario funcionó como cede de examen a licenciatura.
MAS SOBRE ESTE TEMA: