El duelo de este fin de semana entre los Catalans Dragons y los Leeds Rhinos de la Superliga de Betfred de rugby league fue escenario del escándalo producto de una agresión del jugador Joel Tomkins de la que existen pocos antecedentes. El británico, que fue criticado en las redes sociales, se perderá lo que resta de la temporada.
Cuesta creer lo que las imágenes muestran del encuentro en el minutos 55, cuando en su afán por provocar a un rival con el que disputaba la pelota, Tomkins le metió sus dedos en el ano, generando de inmediato la reacción de Richie Myler y varios de sus compañeros, que estuvieron a punto de tomarse a golpes de puño.
La agresión fue calificada como desleal por varios usuarios en Twitter que criticaron al jugador de 33 años, quien no es un inexperto en el rugby league, sino que lleva años jugando en varios equipos como Wigan Warriors y Hull Kingston Rovers.
Un panel disciplinario presidido por el juez Chris Batty con los miembros secundarios Russ Bridge y Jon Hamer tardó siete horas en decidir su castigo, pero finalmente optó por darle ocho fechas de suspensión, por lo que no podrá disputar las semifinales del certamen ni la hipotética final, en caso de que sus compañeros clasifiquen a esa instancia. El resto de las jornadas las cumplirá cuando comience la temporada 2020/21. A su vez, deberá pagar una multa de 500 libras, unos USD 663.
Pese a esto Tomkins emitió un comunicado para defenderse y negar las acusaciones: “Mi conciencia está completamente tranquila sobre esto, no hay absolutamente ninguna manera de que haya intentado hacer lo que me acusan. No niego que mi mano termina en el trasero de Richie Myler, pero fue completamente involuntario. He estado jugando el juego durante 16 años y no es algo que se me pase por la cabeza ni por la mente de ningún jugador. Es una acusación seria y para que alguien te acuse de ello, debería tener la certeza de que tu intención era hacerlo”.
“Espero que la gente no me juzgue por un cuadro congelado. Podrían pasar por la mayoría de los juegos y ver tacleadas donde los brazos y las manos de los jugadores terminan entre las piernas del oponente y, si se detiene, se vería mucho peor de lo que realmente son. Si ven las imágenes de este tackle, consideren que estoy en una posición incómoda en un tackle, estoy tratando de mantenerlo en el suelo, miro hacia abajo y en la lucha mi mano termina en su trasero. He hecho miles y miles de tackles a lo largo de los años, sin haber sido acusado nunca de nada como esto. Espero que la gente pueda creer que fue completamente accidental. E incluso si la gente quiere creer que fue intencional, ¿creen que sería tan estúpido si lo hiciera tan descaradamente con 20 cámaras apuntándome?”.
En la conferencia de prensa posterior al partido, el entrenador Steve McNamara minimizó la acción: “Esto fue una pequeña distracción en términos de lo que tuvimos que hacer anoche, pero aparte de eso, eso fue todo”.
Un antecedente parecido ocurrió en 2001 cuando John Hopoate fue suspendido 12 fechas por haberle metido los dedos en el trasero a tres rivales durante un partido en Australia. En aquella ocasión, al igual que ahora, se determinó que esa agresión es Grado F, la más grave de todas.
El rugby league es un deporte en muchos aspectos similar al rugby, con la gran diferencia que en éste los equipos son de 13 vs. 13 por lo que los encuentros suelen ser bastante más dinámicos. Éste se ha vuelto muy popular en Australia y otros países de Oceanía, pero también en Gran Bretaña.
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