Con otro aplomo y la madurez que le dieron los años de experiencia, el cordobés José María López pasa por el mejor momento de su carrera. Es el piloto argentino más destacado a nivel internacional y lo ratificó con su título en el Campeonato Mundial de Endurance (WEC por su sigla en inglés). Al ser carreras de largo aliento compartió la conducción del Toyota TS50 Híbrido con el inglés Mike Conway y el japonés Kamui Kobayashi. Es la segunda categoría de pista más importante de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) detrás de la Fórmula 1, donde Pechito, como se lo conoce, estuvo cerca de correr, pero la falta de presupuesto y otros problemas se lo impidieron. Después de ganar las 8 Horas de Bahréin (cuarto triunfo en ocho fechas), desde un hotel en Dubai se prestó al diálogo en una selecta rueda de prensa con tres medios de la que participó Infobae.
Nuestro país tiene nueve campeonatos mundiales de automovilismo en pista, los cinco de F1 de Juan Manuel Fangio y los cuatro de López (se suman tres en el Mundial de Turismo). Luego aparecen las copas de la FIA de Gabriel Pozzo (2001), en el Grupo de Producción del Mundial de Rally y Orlando Terranova (2019), en la de Bajas, que es una especialidad tipo Dakar. También, Pechito es uno de los tres pilotos en toda la historia que fueron campeones mundiales en dos disciplinas: Fernando Alonso (F1 y WEC) y el noruego Petter Solberg (Mundial de Rally y Rally Cross).
-La Argentina tiene nueve títulos mundiales de pista y cuatro de ellos son tuyos ¿qué se siente?
-Me enorgullece. Me siento un privilegiado de poder lograr estas cosas. Nunca me imaginé tener cuatro campeonatos del mundo. Aún no caí y pienso que en un tiempo entenderé mejor lo que estoy viviendo. Es difícil alcanzarlo todo esto. Hace un par de años, cuando decidí salir de mi zona de confort, estaba muy bien en el WTCC y me la jugué por una disciplina diferente. Soy muy agradecido de haber tenido estas oportunidades. Tal vez porque soy humilde, es muy importante cuando te comparan con gente como Alonso y Solberg.
-¿Cómo es compartir el auto?
-Se sufre mucho más la carrera porque ves todo lo que pasa y escuchás a nuestros ingenieros que hablan sobre los problemas que puede tener el coche. Pero también aprendés a confiar en tu compañero de equipo. El año pasado se nos escapó cuando lo perdimos sobre el final. Estábamos golpeados al igual que lo pasó en Le Mans este año y el anterior. Ser campeón fue una liberación. Hasta nuestros compañeros del otro auto nos dijeron que “se lo merecen después de todo lo que pasó”.
-¿Compartir un auto resalta el facto humano?
-En el automovilismo siempre existieron los mejores equipos. Siempre hay uno. En la F1 en la época de Senna estaba McLaren, en la de Schumacher estuvo Ferrari y hoy en la de Hamilton está Mercedes. Pero en los mejores equipos están los mejores pilotos. Y siempre terminás peleando con tus compañeros de equipo y se resalta el factor humano. En el WEC está Toyota y que podamos correr con el mismo coche te permite distinguirte porque cuando tomás la conducción podés imponer tu ritmo.
-¿Cuál fue la clave para ser campeones?
-El campeonato se ganó en Spa-Francorchamps, donde logramos vencer al auto 8 (sus compañeros de equipo). Si uno analiza desde principio de año me parece que mi nivel creció mucho y hubo carreras en las que cuando hubo definirlas, como en Silverstone, en el último tramo estaba cinco segundos abajo y pude ganar. En Le Mans, donde conseguí el tercer puesto en el final a pesar de los problemas que tuvimos con el auto. Esos puntos fueron fundamentales y esto es un trabajo en equipo. Lo bueno es que sabés que tenés dos compañeros que te van a salvar las papas.
López tiene 37 años y desde los 14 que corre en el exterior. Formó parte del programa de jóvenes pilotos de Renault F1. Hizo miles de kilómetros de desarrollo sobre los autos campeones mundiales con el propio Alonso en 2005 y 2006. Cuando el español se fue del Rombo en 2007, era el turno de Pechito en la Máxima. Pero la falta de presupuesto lo dejó afuera del proyecto. Volvió a la Argentina y obtuvo cuatro títulos: TC 2000 (2008 y 2009), Top Race (2009) y Súper TC 2000 (2012).
En aquél retorno al país tenía 24 años y en el ambiente algunos de sus colegas reconocieron que “Pechito los mandó al gimnasio”. López trajo un método de entrenamiento fuerte y llamó la atención por su plena concentración antes de subirse al auto. Cómo que se transportaba antes de competir. Su performance fue notable. Sus campeonatos y rendimiento general promovieron un intento por llegar a la F1. Fue con el USF1, una escudería estadounidense que se creó para correr en 2010. Uno de sus responsables, el periodista inglés Peter Windsor, vino a la Argentina, firmó el contrato y como hubo apoyo del Estado llegaron a visitar a la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner. El equipo jamás llegó a competir y López se quedó sin nada…
Aquél golpe fue durísimo. Hasta llegó a plantearse dejar de correr. Aunque se rehizo y luchó. No bajó los brazos y volvió a ser protagonista en el automovilismo local. Su gran performance le permitió alquilar un BMW de un equipo privado del Mundial de Turismo con el que ganó una de las carreras en Termas de Río Hondo en 2013. Citroën, que entró con su equipo oficial en 2014, le echó el ojo y lo probó. Su rendimiento fue más que convincente y lo contrataron. El oriundo de Río Tercero no falló y fue tricampeón mundial entre 2014 y 2016.
-¿Cómo te rehiciste después de las frustraciones por la F1?
-Me encontré en mis mejores momentos no habiendo estado en la categoría máxima. Fue por lo que peleé en mi carrera y dejé todo por conseguirlo. Pero lo superé y eso fue porque seguí creyendo en mí. Eso me llevó a estar donde estoy. No todos tienen la suerte de mantenerse y competir en el primer nivel internacional después de que se caiga una opción de F1. Disfruto mucho y lo más importante es que hay vida después de la F1. Hay cientos de pilotos a los que les gustaría estar en mi lugar.
-¿Cómo ves en perspectiva todos estos años?
-Fueron muchos cambios y desafíos. Me gané un lugar en Citroën. En el WTCC pensé que había llegado un techo. Me di cuenta de que, si realmente quería superarme, tenía que seguir. Surgió la posibilidad de Toyota y tuve varias pruebas para poder quedarme. A mi cabeza y mi cuerpo le quedan mucho más.
-Se te ve muy fuerte de personalidad ¿eso lo trabajaste con los años?
-Primero hay una muy buena formación familiar. Mi padre tiene una fuerte personalidad y como él siempre fue fierrero desde chico me acompañó. Ahí aprendí a dedicarme de lleno a esto y desde muy chico supe lo que quería. Me fui a Europa a los 14 años y no me quedó otra que ser fuerte para adaptarme lo más pronto posible.
-Fuiste compañero de Alonso y corriste contra Hamilton ¿qué pensás de ellos?
-A Fernando tengo la suerte de haberlo conocido un poco más porque compartimos equipo en Renault y en Toyota. Siempre le dije en broma que “no pidas tanto que acá (por Toyota) el único que tiene tres campeonatos del mundo soy yo”. Cuando fue campeón del WEC me la devolvió a modo de chiste. A Lewis lo conozco menos, pero compartí pistas con él. No deja de sorprenderme las cosas que hace. Sobrepasó los límites de la F1. Tiene un feeling único con el auto. Hay gente que dice que gana porque tiene el mejor auto, pero uno lo ve a Bottas con un coche igual y en Turquía terminó a una vuelta.
Por sus méritos en el WTCC, en 2017 fue convocado por el Toyota Gazoo Racing (TGR) que es la división de carreras de la marca japonesa. Se trata de una organización global que también ganó en 2019 el Dakar y el Mundial de Rally. Además, tiene dos equipos oficiales en la Argentina, en el Súper TC 2000 y en el Top Race, donde lidera sendos campeonatos. Luego de varias pruebas Pechito fue seleccionado entre diez pilotos de primer nivel internacional, entre ellos algunos ex F1. Estuvo cerca de ganar las 24 Horas de Le Mans en 2019 y 2020. Va por la revancha en 2021. Y su título en el WEC resultó un aliciente importante.
-¿Ganar las 24 Horas de Le Mans es tu máximo objetivo?
-Sería la frutilla del postre poder ganarla. Siento que tengo cosas para ganar y Le Mans es un objetivo máximo.
-¿Qué podés contar del nuevo auto?
- No puedo decir mucho. Es diferente y más lento, pero me entusiasma mucho. Se ve como un prototipo. Pudimos hacer muchos kilómetros. De acá a fin de año vamos a tener más pruebas (N. de la R: en la próxima temporada se cambia el reglamento y se renueva el parque de los sport prototipos).
-¿Qué fue lo que más te impactó desde que llegaste a Toyota?
-La pasión y compromiso que tienen por el automovilismo. No me deja de sorprender. Ver 700 personas trabajando en su fábrica es increíble. Asombra toda su infraestructura y tecnología. Construir un auto de WEC con los motores híbridos (a combustión y eléctricos) no es cualquier cosa.
-¿Cómo imaginás el automovilismo del futuro?
-Estamos en un momento de incertidumbre donde no sabemos qué va a pasar. Parece ser que el tema va hacia el lado eléctrico como la Fórmula E. El DTM (Campeonato Alemán de Turismo) también va por ahí. Lo híbrido marcó un camino. Uno se tiene adaptar a esos cambios.
-¿Y desde Europa cómo se ve a la Argentina?
-Es un momento muy especial. Se ve mal al país. Escucho a mi familia y veo que el virus nos afectó mucho, como a todo el mundo. Puedo decir que en Europa estamos igual. Se abrieron las restricciones y ahora se volvió a cerrar. Pero pudimos volver a trabajar y hacer lo que nos gusta. Con esto de la pandemia aprendí a valorar mucho más todo.
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