Lewis Hamilton revalidó su título mundial por tercera vez consecutiva después de ser el primero en cruzar la bandera a cuadros en el GP de Turquía y a pesar de salir desde el sexto lugar en la parrilla, una posición de largada extraña y producto de las complicadas clasificaciones previas que se llevaron a cabo los días anteriores.
El británico hizo historia en esta edición después de alcanzar su séptima corona, lo que le permitió igualar al alemán Michael Schumacher como el máximo campeón de todos los tiempos. A su vez, a lo largo de este torneo que aún le restan tres circuitos para el final, también superó las 91 victorias del Kaiser y se sitúa en lo más alto como el más ganador de la Fórmula 1.
Hamilton firmó su décima victoria del año, elevando a 94 su propia plusmarca de triunfos en F1, al ganar por delante del mexicano Sergio Pérez (Racing Point), que acabó segundo una carrera en la que el alemán Sebastian Vettel (Ferrari) fue tercero.
El astro inglés se anotó matemáticamente este domingo el sexto de los pasados siete Mundiales con Mercedes, que unió al que había logrado en 2008, con McLaren.
“No tengo palabras. Naturalmente siempre comienzo agradeciendo a todos y no tendría esta oportunidad si no hubiera estado en este equipo. Estoy muy orgulloso de ellos. Quiero agradecer a mi familia. Este sueño comenzó cuando era chiquito y esto era lo que quería, cumplir esto. No dejen que nunca alguien diga que no puedes cumplir con tus sueños, que nunca te paren, no te rindas”, aseguró el flamante campeón de la F1 desde el podio.
Ya no tiene a nadie por delante. Nacido el 7 de enero en Stevenage (Hertfordshire), Hamilton había batido el récord de ‘poles’ de Schumacher (68) hace tres años, en Monza (Italia). Mejoró el de victorias (91) el último fin de semana de octubre en Portimao (Portugal). Antes, en Montemeló (Barcelona) había batido el de podios (155). Y este domingo igualó, al exhibirse en mojado, con otra victoria la última gran plusmarca que detentaba el ‘Kaiser’: nadie supera ya sus siete Mundiales.
Con la que este domingo certificó la consecución del sexto de los últimos siete campeonatos. Seis coronas que, añadidas a la de 2008 con McLaren, lo convierten en heptacampeón del mundo. Igualando a Schumacher, que ganó los dos primeros (1994-95) con Benetton, antes de encadenar la racha triunfal de cinco (2000-2004) con Ferrari.
De Hamilton ya se ha escrito todo hace tiempo. De los complicados que fueron sus inicios; y de la importancia que tuvo en su carrera, pero también en la configuración de su carácter, su padre, Anthony -separado de su madre, Carmen, cuando el niño contaba dos años-. Cuando aún no se había acuñado el término ‘bullying’, fue él lo apuntó a clases de kárate, como defensa del acoso escolar.
Sainz, que había arrancado decimoquinto, culminó una sensacional remontada y acabó quinto, detrás del monegasco Charles Leclerc (Ferrari) y un puesto por delante del holandés Max Verstappen (Red Bull), sexto este domingo en la pista de las afueras de Estambul.
El tailandés Alexander Albon (Red Bull) fue séptimo, por delante del inglés Lando Norris, colega de Sainz en McLaren, que marcó la vuelta rápida en carrera.
El canadiense Lance Stroll, el compañero de Checo en Racing Point, perdió ocho posiciones y, después de arrancar desde la ‘pole’ acabó en novena posición una prueba en la que también puntuó el australiano Daniel Ricciardo (Renault), que concluyó décimo.
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