El experimentado defensor Adil Rami, actualmente en el Boavista de Portugal, pero con pasado en Valencia, Sevilla, Milan y Olympique de Marsella, dejó varias confesiones en una entrevista con RMC Sport. A los 34 años, el campeón del mundo con Francia en Rusia 2018 habló sobre las tentaciones que debió sortear a lo largo de su carrera. Y de la colección de camisetas de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo que reunió en su paso por la Liga de España.
“En vacaciones te encuentras con tantas mujeres fáciles, con chicos con bolsillos llenos de drogas... Si hubiese sido un poco menos fuerte mentalmente, estaba muerto. Sin mis amigos hubiera sido bastante difícil”, reveló el zaguero, ex pareja de la actriz Pamela Anderson, quien al finalizar la relación lo definió como “narcisista, monstruo y sociópata” y lo acusó de violencia de género. Entonces, el jugador se defendió: “Sé lo que quiso hacer al acusarme de eso. Cuando alguien habla primero en las redes sociales, siente que dice la verdad absoluta. Quería aplastarme. Nunca presentó una denuncia porque nunca pasó nada de eso”.
“El futbolista, atléticamente, es guapo. Tiene dinero y es joven. Sin generalizar, pero todavía hay muchas chicas, digamos, interesadas en tu dinero o en tu fama. A veces solo quieren ganar seguidores en las redes sociales para darse a conocer”, agregó Rami en la nota, con declaraciones que levantaron polvareda.
En otro tramo de la entrevista, Rami detalló cómo nutrió su museo de casacas de las dos estrellas máximas del fútbol en los últimos 15 años. El defensor jugó dos años en Valencia y dos en el Sevilla. Y en esos cuatro años se enfocó en montar un imperio de tela cargado de gloria: “Con todas las camisetas que me dieron Messi y Cristiano ya podría haber comprado una villa en Los Ángeles”.
Claro que los pedidos a repetición generaron que tuviera que agudizar el ingenio para no toparse con una negativa. Fue con CR7, entonces jugador del Real Madrid, con el que tuvo que trabajar con mayor ahínco. pero lo logró.
“La primera vez que enfrenté a Cristiano aceptó fácilmente darme su camiseta. La segunda, se lo volví a preguntar, me la dio sin problema y se llevó la mía. La tercera... Se la pedí durante el partido, se rió y me preguntó cuántas tenía ya. Aún así, aceptó dármela. Al final lo vi marchándose al vestuario enfadado y no le dije nada, pero me llamó, se quitó la camiseta, esperó la mía y me deseó buena suerte. Fue un gesto elegante”, concluyó su narración quien, a nivel clubes, obtuvo una Copa de Francia y una Ligue 1 con el Lille, y una Europa League con el Sevilla.
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