El controvertido tenista australiano Nick Kyrgios admitió que ha llegado a encontrarse en una “situación sombría y solitaria” en el curso de los últimos años, cuando luchaba contra la depresión provocada por el ritmo incesante del circuito ATP.
“No pienso que la gente comprenda hasta qué punto el tenis puede ser (un deporte) solitario”, declaró este domingo en una entrevista al Sunday Telegraph de Sídney de Australia.
“Estás solo en la pista. No puedes hablar con nadie. Debes encontrar la solución tú mismo. Llevaba mal este aspecto”, explicó el jugador de 25 años, que ha protagonizado varias situaciones controvertidas en la cancha.
Su comportamiento en el Masters de Cincinnati en agosto de 2019 le valió una multa de 113.000 dólares, lo que le llevó después a calificar a la ATP de organización “corrupta” antes de retractarse.
“Me acuerdo de haberme despertado en Shanghái hace un año, eran las cuatro de la tarde y estaba todavía en la cama, con las cortinas cerradas. No quería ver la luz del día”, describió el jugador, actualmente 45º del mundo, añadiendo haber estado “seriamente deprimido” por momentos en el pasado.
“Tenía la impresión que nadie quería conocerme como persona, que se me veía simplemente como el tenista a utilizar. No me sentía capaz de confiar en nadie. Era un lugar solitario y sombrío”, resumió Kyrgios.
“Mucha gente me metía presión, y yo también me metía mucha presión. Perdí toda la alegría de jugar y era incontrolable. Se me fue de las manos”, añadió.
“Me convertí en depresivo debido a lo que pensaba que debía ser (...) Me daba miedo salir ahí fuera y hablar con la gente porque pensaba que les decepcionaría al no estar ganando partidos”, afirmó el jugador nacido en Canberra, que decidió este año no participar en el US Open ni en Roland Garros por la pandemia del covid-19.
Kyrgios cuestionó por otra parte a algunos de sus colegas, como el número uno mundial, el serbio Novak Djokovic, acusándolos de no tomar la situación suficientemente en serio. El australiano aprovechó esta pausa para implicarse en la colecta de fondos en favor de las víctimas de los incendios que sufrió su país el pasado año, así como en su fundación por los niños desfavorecidos.
“Lo extraño de verdad (estar en el circuito). Pero no vivo ni respiro tenis. Hay otras cosas que me gustan hacer”, concluyó.
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