Nobby Stiles, la gloria del Manchester United y la selección inglesa que se ganó el odio de sus rivales por su juego y terminó subastando sus medallas

“El desdentado” fue un mediocampista central que se transformó en especialista en anular rivales con modos ásperos. Ganó el Mundial con Inglaterra en el 66 y, en sociedad con Antonio Rattín, terminó forzando el uso de las tarjetas en el fútbol. Mantuvo duelos memorables con Carlos Bilardo y también festejó la Copa de Campeones de Europa con los Diablos Rojos. Murió hace una semana y fue destinatario de varios homenajes

Guardar
El reconocimiento a Stiles en
El reconocimiento a Stiles en la previa del partido entre Tottenham y Brighton (REUTERS/Julian Finney)

Pese a haber sido un volante defensivo con características físicas particulares (desdentado, casi pelado y miope), que se dedicaba a anular a los rivales habilidosos, la imagen de Nobby Stiles en la selección inglesa bailando con la Copa del Mundo en una mano, y la dentadura postiza en la otra en 1966, recorrió el mundo.

Campeón con su seleccionado inglesa del Mundial 66 y de la Copa de Campeones de Europa de 1968 con el Manchester United, Stiles está muy ligado al fútbol argentino, luego de haber protagonizado inolvidables anécdotas contra rivales de nuestro país, tanto ante la selección argentina en los cuartos de final del Mundial de 1966, como ante Estudiantes de La Plata, al que enfrentó con el Man U en la Copa Intercontinental de 1968. Falleció el 30 de octubre pasado, el día que otro futbolista argentino que tuvo una recordada actuación contra Inglaterra, Diego Maradona, cumplió 60 años.

Norbert Peter Stiles, también apodado “Nobby”, falleció a los 78 años a causa de un cáncer de próstata y un avanzado estado de demencia. Se lo conocía también como “El Desdentado” (“Toothless”, en inglés) y “El Tigre sin dientes” porque le faltaba toda la dentadura superior ya cuando jugaba al fútbol. Había perdido los dos incisivos superiores cuando era niño, cuando se cayó del sofá al gritar un gol del Manchester United, el club de su corazón.

Nació en Collyhurst, en el norte de Manchester, el 18 de mayo de 1942, y como tantos chicos de su generación y de clase obrera, vivió una dura infancia en medio de la Segunda Guerra Mundial, y le tocó atravesar tiempos de altibajos, como lo confesó en su autobiografía publicada en 2003, llamada paradójicamente “A la pelota”, cuando algunos ironizaron en que debió llamarse “Al jugador”, por su permanente interrupción del juego de los habilidosos, muchas veces con faltas, debido a su vehemencia. “Nací como un enano medio ciego que fue bombardeado por los alemanes y atropellado por un trolebús cuando tenía un año y después toqué el cielo con las manos con el título mundial”, dijo en su libro.

Stiles comenzó a destacarse en el fútbol colegial inglés como un volante de mucho despliegue, de ida y vuelta, hasta que fue fichado en septiembre de 1959 nada menos que por Matt Busby, el legendario entrenador que trataba de reconstruir el Manchester United luego del tremendo accidente de Munich que le costó la vida a gran parte de ese plantel en febrero de 1958, y llegó a ser un jugador destacado en el sub-23 inglés. Ya para ese tiempo arrastraba su problema dental, y había perdido mucha cabellera y corría con la cabeza un poco hacia atrás, una postura forzada por su miopía, que mantenía en secreto.

Apenas un año más tarde de su llegada al Manchester United, en octubre de 1960, debutó en primera contra el Bolton Wanderers en una carrera en el club que llegaría hasta 1971. Enseguida, Busby se dio cuenta de que como no huía al choque, era mejor trasladarlo como volante desde el lateral hasta el centro y su clara misión era cortar el juego de los rivales más hábiles, algo que luego se volvió un clásico, y de esta manera, favorecer el juego de posesión de sus compañeros Bobby Charlton, Dennis Law y George Best, que conformaron la “Santísima Trinidad” y por la que los tres aparecen en una estatua en los alrededores de Old Trafford.

Aún así, Busby no tenía empacho en sacrificarlo cuando era necesario y un ejemplo fue el de la victoria 3-1 ante el Leicester City en la final de la FA Cup de 1963, cuando ni siquiera lo convocó pero que a su vez, sirvió como para que consiguiera regularidad en el equipo desde allí en adelante, y terminó siendo una pieza importante para ganar el título de la “First Division” (la antecesora de la Premier League) en 1965.

Stiles enfrenta a la Pantera
Stiles enfrenta a la Pantera Eusebio en la semifinal de la Copa del Mundo de 1966 (Derek Cattani/Shutterstock)

Pero si hubo un partido importante para Stiles en el Manchester United, que le sirvió para consolidarse, fue ante el Tottenham, que contaba con uno de los mejores jugadores ingleses del momento, Jimmy Graves. La idea de Busby era colocar ese día a Maurice Setters, su volante central defensivo, para marcarlo, pero no pudo jugar y recurrió al muchacho desgarbado y sin dientes, que cumplió y los “Diablos Rojos” ganaron 3-2.

Desde ese momento, Stiles comenzó a mostrar personalidad y no le importó nada de sus rivales. Fue igual por todos ellos, con la idea de cortar su juego. Lo mismo daba Graves que Eusebio, el español Amancio, o los italianos Rivera o Mazzola, o el alemán Overath, el uruguayo Rocha o el argentino Ermindo Onega, pero también con sus propios compañeros del United Law o Best cuando los tuvo que enfrentar jugando para Inglaterra contra Escocia o Gales. Y empezó a ser odiado por todas las hinchadas, menos, claro, la suya. En Italia lo llegaron a llamar “Nosferatu”, en Alemania, “El Ogro inglés”.

Si bien escondió por mucho tiempo su miopía, ésta fue descubierta por el arquero Harry Gregg (considerado un héroe porque en el accidente de Munich salvó de la muerte a un bebé y a su compañero Bobby Charlton), cuando éste se asustó al notar que su compañero no podía distinguir los naipes con los que estaban jugando en la concentración y, preocupado, fue a contárselo al DT Busby, quien logró la confesión del volante. Sin embargo le dijo que aunque su problema iba creciendo, no estaba dispuesto a jugar con anteojos (algo que sí permitía el reglamento). Esto fue resuelto por el entrenador, que le encargó lentes de contacto, que para entonces eran una novedad.

En ese mismo 1965 en el que Manchester United ganó la Liga, Stiles fue citado por primera vez a la selección nacional, que se preparaba para ser anfitrión en el Mundial del año siguiente. El 10 de abril fue probado por el entrenador Alf Ramsey en un 2-2 ante Escocia en Wembley y pudo mantener su lugar en ocho de los nueve partidos siguientes con un gol ante Alemania Occidental incluido. Finalmente, dio otro paso al quedar en la lista definitiva de los veintidós para la Copa del Mundo.

Stiles jugaría todos los minutos del máximo torneo con la misión de siempre: acabar con el habilidoso rival. Ya para el último partido de la fase de grupos, y tras una dura entrada al francés Jacques Simon, estuvo a punto de ser excluido de su selección, pero intervino su entrenador Ramsey. “El Comité de la Federación Inglesa había dictaminado, sin decirlo explícitamente, que yo no podía volver a jugar, que Inglaterra tenía que dar el ejemplo conmigo porque era un lastre. Sin embargo, Alf llegó a amenazar con renunciar en medio del Mundial si no lo dejaban utilizar a los jugadores que él consideraba necesarios. Estaba preparado para renunciar en medio de un Mundial sólo por mí. No lo supe hasta que murió… Qué gran hombre fue”, afirmó en una entrevista.

La selección inglesa debía enfrentar a la argentina por los cuartos de final en Wembley y se conocía lo duro que podía ser el conjunto albiceleste que dirigía Juan Carlos Lorenzo y que ya había conseguido empatar sin goles ante la potente Alemania Federal de Franz Beckenbauer y Gerd Müller en la fase de grupos, 0-0.

Los locales dominaban pero no podían definir el partido cuando, tras una de las tantas faltas de Stiles a Ermindo Onega, el capitán argentino, Antonio Ubaldo Rattín se quejó ante el árbitro alemán Rudolph Kreitlein pero no lograban comunicarse por lo que el partido estuvo suspendido varios minutos hasta que fue expulsado, en medio de un clima caliente de gritos de “animals” por los aficionados locales. Con un jugador de más, recién en el minuto 77 llegó el gol decisivo de Geoff Hurst que determinó el pase de los ingleses a la semifinal, y ese episodio es el que dio lugar a que en el siguiente Mundial, en México 1970, comenzaran a utilizarse las tarjetas amarilla y roja.

El homenaje a Stiles el
El homenaje a Stiles el día de su muerte, el pasado 30 de octubre (REUTERS/Paul Ellis)

En la semifinal esperaba Portugal con Eusebio como gran figura, pero se encontró un Stiles que lo persiguió por toda la cancha, lo molestó y así Inglaterra pudo llegar a la final. Las lágrimas de impotencia de “La perla de Mozambique” certificaban lo ocurrido. Había podido marcar un gol, pero de penal y cerca del final, cuando ya los locales ganaban 2-0 con doblete de Bobby Charlton.

Ya tras la polémica final, ganada por Inglaterra a Alemania federal por 4-2, apareció aquella imagen de Stiles con la Copa Jules Rimet en una mano y su dentadura postiza en la otra, bailando espontáneamente. Treinta años más tarde, esa escena fue recordada en la letra de la canción “Three Lions” de Frank Skinner y David Baddiel.

El Mundial de 1966 sigue siendo lo más importante que me ha pasado en la vida. Todo el mundo quiere tener un pedacito mío gracias a eso. Para ser sinceros, no estoy tan ocupado como el resto de mis compañeros pero vaya adonde vaya, uno se da cuenta de que aquello significó mucho para mucha gente. No solamente para gente de mi edad, sino también para los amigos de mis nietos. Me miran y me dicen ‘Eh, tú eres ese tipo sin dientes que bailó alrededor de Wembley, ¿no?’. De alguna forma acabas perteneciéndole a todo el mundo”. Le dijo en 2002 al diario británico The Guardian.

Tras el Mundial, la imagen de Stiles en la selección inglesa se fue deshilachando, especialmente tras haber sido muy criticado en una derrota ante Escocia en 1967, que le costó salir de la titularidad, aunque volvió a estar entre los veintidós para México 1970.

La presión tanto en Inglaterra como en la prensa internacional, que se quejaba de sus duros marcajes, hizo que Ramsey le fuera quitando protagonismo y perdió el puesto ante Alan Mullery, del Tottenham, quien fue el primer inglés expulsado de la historia en la semifinal de la Eurocopa de 1968, ante Yugoslavia. Al estar suspendido Mullery, Stiles pudo disputar el último partido de su equipo, por el tercer puesto, y en el Mundial de 1970 no llegó a jugar ni un solo minuto.

Stiles también consiguió más éxitos en el Manchester United, al integrar el primer equipo inglés en conseguir una Copa de Campeones de Europa (ahora Champions League) en 1968, cuando otra vez tuvo que marcar a Eusebio, del Benfica. Realizó aceptablemente su trabajo, pero ya sin la eficacia de dos años atrás en el Mundial y cuando estaban 1-1 en esa final, la “Päntera Negra” se le logró escapar, quedó mano a mano con el arquero Alex Stepney pero el remate final terminó con la pelota en el estómago de su rival y posteriormente los “Diablos Rojos” ganaron 4-1.

Ya en la semifinal, Stiles se había hecho cargo de Amancio, del Real Madrid. Bobby Charlton contó en el canal de TV del Manchester United, muchos años después, que no se sentía en condiciones de repetir las palabras que Stiles le dijo al español a la salida del túnel en el estadio Santiago Bernabéu. En el total, “El Desdentado” ganó dos Ligas inglesas, una FA Cup, una Copa de Campeones de Europa y un Mundial.

Al ganar la Copa de Campeones con el Manchester United en 1968, le dio la posibilidad de enfrentar a Estudiantes de La Plata, campeón de la Copa Libertadores de América de ese año. Dirigidos por Osvaldo Zubeldía, los platenses no se quedaban atrás a la hora de las faltas y el carácter y uno de los duelos más esperados para la noche del partido de ida en la Bombonera era justamente el de dos combativos, Stiles y Carlos Bilardo, que irían por la misma zona de juego.

Los argentinos ganaron 1-0 con gol de Marcos Conigliaro y a los 79 minutos, el árbitro paraguayo Hugo Sosa Miranda expulsó a Stiles por un patadón al “Narigón” que motivó su suspensión para la revancha en Old Trafford.

Antes de aquella final, a Bilardo le ardían los ojos y le pidió a un colaborador que le pusiera unas gotas de colirio, pero al rato, sus ojos ardieron mucho peor. “No veía nada”, confesó más tarde y fue cuando comprobaron que se habían equivocado de gotero. Le habían puesto unas gotas para fondos de ojo. “Si el partido contra el Manchester United hubiese sido de día, no habría podido jugar”, admitió.

En un salto, durante el partido, Bilardo y Stiles chocaron y el inglés perdió una lente de contacto. “Cuando se repuso, me pegó una patada y como el árbitro lo vio, lo expulsó”, contó Bilardo, quien ironizó “Todos esperaban nuestro duelo, pero no sabían que íbamos a jugar casi ciegos”. En realidad, la entrada de Bilardo fue muy dura y provocó la salida de la lente de contacto, que lo dejó miope, y luego, se dijo que Bilardo la pisó en el césped y la rompió. Stiles buscaba inocentemente la lente, acompañado por jugadores de Estudiantes, que así ganaban tiempo porque los platenses ya estaban en ventaja.

El baile de Nobby Stiles
El baile de Nobby Stiles (con su dentadura en la mano) en los festejos de Inglaterra por el título de 1966 (John Varley/Shutterstock)

Ya en la vuelta, empataron 1-1 en otro clima de hostilidad muy parecido al de dos años antes en el Mundial y otra vez al grito de “animals” y con la expulsión de Best y de Hugo “Tato” Medina. Juan Ramón Verón puso en ventaja a Estudiantes, que se dedicó a cortar mucho el partido, con faltas reiteradas y ni el gol del final de Morgan alcanzó al Manchester United para revertir el marcador de la ida.

En 1971, con apenas 28 años, tuvo que dejar el Manchester United para firmar por el Middlesborough pero las tarjetas que fue acumulando lo hicieron ir saliendo del más alto nivel del fútbol inglés y dos años después, ya era jugador-entrenador del Preston North , donde tuvo de compañero al después también destacado periodista en España Michael Robinson, quien lo describió al columnista del diario As de Madrid, Alfredo Relaño, como “un ingenuo bizcochón al que hacían diabluras. Le metían barro en la punta del botín, con lo que acababa sangrando en los dedos del pie y luego le decían que lo que sucedía era que el pie estaba creciendo. Entonces se calzaba un número más y no le hacían lo mismo. Volvía a su número y se lo volvían a hacer, y así, sucesivamente. Y ora vez le inundaron de pescados el motor del coche, y estuvo días desmontando los asientos y el baúl para tratar de saber de dónde salía aquella peste, sin descubrirlo. Por lo visto, era un buenazo, de esos que luego se transforman en el campo de juego”.

Posteriormente, dirigió al Vancouver Whitecaps de Canadá y regresó a Inglaterra para hacerse cargo del West Bromwich Albion, para terminar incorporándose a las divisiones inferiores del Manchester United hasta que se jubiló. En 2010 volvió a ser noticia mundial cuando se conoció que había subastado en Escocia sus medallas de campeón del mundo y de Europa. Se rumoreó entonces que estaba en apuros económicos pero no era cierto. Sostuvo que como tiene dos medallas y tres hijos –uno de ellos, John, jugó en el irlandés Shamrock Rovers en los Ochenta-, le parecía más práctico dejarles en herencia el dinero más que las preseas. Esas medallas las terminó adquiriendo el Manchester United por 200.000 libras.

Stiles jugó 28 partidos internacionales con la selección inglesa y 388 con el Manchester United. En 2000 fue nombrado Miembro de la Orden del Imperio Británico después de una campaña mediática que no entendía cómo cinco de los componentes del equipo que ganó la Copa del Mundo en 1966 no habían sido condecorados todavía: Alan Ball, Roger Hunt, Ray Wilson y George Cohen eran los otros cuatro. Ya son varios los fallecidos de la selección inglesa que ganó su única Copa del Mundo en 1966: Bobby Moore, Alan Ball, Ray Wilson, Gordon Banks, Martin Peters y Jack Charlton.

Stiles también fue elegido para ingresar al Salón de la Fama del Fútbol Inglés en 2007.

“Nos entristece mucho enterarnos de la muerte de Nobby Stiles, que fue miembro de nuestro primer equipo que consiguió la Copa de Campeones de Europa. Fue un titán de la historia del club, apreciado por su corazón y su personalidad dentro y fuera del campo. Lo echaremos de menos profundamente”, comunicó el Manchester United. La Premier League dispuso un minuto de silencio en su homenaje en cada partido de la fecha del pasado fin de semana.

MÁS SOBRE ESTE TEMA:

Guardar

Últimas Noticias

La lapidaria crítica del campeón argentino que desafió a Tyson: “Es un gallina, por eso pelea con un Youtuber”

Walter “El Bombardero de Beccar” Masseroni guarda consigo una impactante historia, y también un sueño que lleva casi cuatro décadas. Los detalles
La lapidaria crítica del campeón

Los lazos eternos de Senna con Argentina: competencias de karting, un podio con Reutemann, su idilio con Fangio y la única visita al Autódromo de Buenos Aires

El tricampeón mundial tuvo amigos argentinos desde sus inicios. Sus vuelos transpolares para visitar el país. La cena con el Chueco, el trunco encuentro con Michael Jackson y otras anécdotas
Los lazos eternos de Senna

Humberto Mariles, el ídolo olímpico acusado de narcotráfico

Su historia está llena de claroscuros. Bicampeón olímpico, alcanzó el estatus de héroe nacional. Nadie ha podido replicar sus hazañas. Pero en su faceta de militar poderoso e influyente, fue encarcelado y acusado de narcotráfico
Humberto Mariles, el ídolo olímpico

Un misterio que lleva tres décadas sin resolverse: los guantes ensangrentados que cambiaron el juicio de O.J. Simpson

El ex astro de la NFL murió este jueves a los 76 años. Hace casi 30 años fue juzgado por el brutal crimen de su ex pareja y un amigo. La historia de una prueba que prometía ser clave y lo terminó salvando
Un misterio que lleva tres

Golpes en el casco y abandono en una estación de servicio: los polémicos métodos del padre de Max Verstappen para convertirlo en campeón de la F1

El ex piloto Jos Verstappen buscó en su hijo lo que él no pudo ser. En el camino lo expuso a situaciones límites y hasta a maltratos. Una relación tensa, pero inquebrantable
Golpes en el casco y
MÁS NOTICIAS