Los Chicago Bulls de Phill Jackson, ganadores de 6 anillos con Michael Jordan como principal figura, fueron uno de los mejores equipos en la historia de la NBA. Pese a contar con grandes estrellas, la labor del entrenador fue muy valorada por saber gestionar los egos dentro del vestuario y evitar las peleas dentro de un plantel con basquetbolistas con fuertes temperamentos y muy diferentes personalidades.
Uno de los casos más emblemáticos es el de Dennis Rodman, quien llegó a la institución en 1995 tras un irregular paso por San Antonio Spurs y ser una pieza clave dentro de los “Chicos Malos” de los Detroit Pistons. El Gusano supo definirse como “adicto al sexo”, y confesó que a lo largo de su carrera deportiva (que incluyó 14 años en la liga de baloncesto más competitiva del mundo, en la que cosechó cinco anillos de campeón -dos en Detroit y tres con los Bulls-) estuvo con “más de 2.000 mujeres, de las cuales al menos 500 no eran prostitutas”.
Un claro ejemplo de esto fue lo que el propio interno contó en el documental The Last Dance. El deportista se acercó al entrenador y lo sorprendió con un particular pedido: unas mini vacaciones en plena temporada para escaparse a Las Vegas junto con Carmen Electra, su pareja de entonces.
En una entrevista concedida a un medio croata, su ex compañero Toni Kukoc se refirió a su particular forma de vivir y “cuidarse” durante las temporadas. “No podía aguantar su ritmo. Sólo pude salir con él una vez de fiesta, porque después necesitabas entre siete y 10 días para recuperarte del ritmo salvaje que llevaba”, comenzó su relato.
El balcánico, que obtuvo dos medallas de plata en los Juegos Olímpicos (Seúl 1988 y Barcelona 1992), campeón del mundo en Argentina 1990 y tercero en Canadá 1994, era un obsesivo del juego y siempre buscaba descansar para estar en óptimas condiciones. “Estábamos cuatro de nosotros con él y lo primero que pidió para beber fueron 40 chupitos de vodka y 10 cervezas. Le pregunté si iba a venir más gente y me dijo que no, que era importante para mantener el bar abierto. Aquella noche todas las personas que estuvieron en el bar tuvieron bebida y comida gratis a cuenta de Rodman”, sentenció.
Entre algunas de las más célebres frases de Rodman aparece cuando reconoció que ni el complejo de entrenamiento de la franquicia de Illinois se salvó de sus aventuras. “Tuve relaciones sexuales en todas y en cada una de las habitaciones del Berto Center. En la sala de pesas, en la cancha de entrenamiento... era una locura. Cuando lean esto mis compañeros van a decir ¡maldición! pero lo cierto es que nos fue bien”, expresó.
Entre sus excéntricos relatos sexuales aparecen tres que no terminan nada bien: Rodman asegura que “se rompió el pene” tres veces en su vida.
No obstante, con el tiempo descubrió que a la hora de demostrar sus condiciones como rebotero y defensor experto, el sexo antes de los partidos le resultaba contraproducente. “Lo hice dos veces en mi vida y nunca supe que esto te arruinaba cuando jugabas un partido. Traté de tener sexo toda la noche antes de un duelo. No salió demasiado bien. El entrenador me dijo en el primer cuarto, cuando iban sólo siete minutos: ‘Dennis, tengo que hablar contigo, una vez que te tomas la noche libre... Sé lo que hiciste anoche’”, rememoró.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: