Miguel Calero llegó a Pachuca en mayo del 2000 y se quedó para siempre.
“El Cóndor”, como le apodaban, ganó cuatro títulos de Liga MX con el equipo de los Tuzos tras haber conquistado dos títulos de liga en Colombia, uno con el Deportivo Cali y otro con Atlético Nacional, pero ni su tórrido romance con el equipo mexicano de la Bella Airosa se comparó con su amor por la selección colombiana, con la que ganó la Copa América 2001.
Calero hizo historia en el fútbol mexicano, un país que lo arropó y elogió su grandeza, al grado de guardarle un luto especial cada 4 de noviembre del 2012, fecha en la que perdió la vida a los 41 años por una trombosis, enfermedad que poco antes lo había obligado a retirarse del fútbol.
En total conquistó 15 títulos entre clubes y selección cafetera, siendo esa Copa América en el 2001, en que terminaron invictos, su más grande logro, curiosamente alcanzado ante la selección mexicana, a la que derrotaron 1-0 en la gran final.
Llamaba la atención que Miguel Calero saliera a defender su meta con gorra y también que su atlético cuerpo se asemejara al de un super héroe de los comics. Esto lo hacía especial y diferente.
“El Cóndor” voló más de una vez para salvar al equipo hidalguense. Se jugaba la jornada 2 del torneo mexicano de 2002, Pachuca perdía 3-2 en la cancha del estadio Huracán contra Jaguares de Chiapas, cuando en el último tiro de esquina del partido de forma sorpresiva apareció el colombiano, quien se levantó por los aires, conectó el esférico y lo envió al fondo de las redes para conseguir el empate final.
Otro episodio heroico en su carrera fue en las semifinales en contra de las Chivas del Clausura 2006, cuando los hidalguenses solo necesitaban de un gol para acceder a la final del futbol mexicano. Llegó un centro y pese a una ilusión óptica, el balón se fue al fondo de las redes, las cámaras se fueron con el portero que festejaba, después se supo que su compatriota Aquivaldo Mosquera fue el anotador, pero Calero festejó como si hubiera sido él.
Un momento que quedó en la historia del fútbol mexicano fue cuando el Pachuca conquistó la Copa Sudamericana en el 2006. El colombiano era el capitán del club y lideró a su equipo para que en Chile derrotaran a Colo Colo. El colombiano fue fundamental en ese torneo por sus atajadas que significaron el campeonato.
Su deceso se decidió en un hospital, donde Calero tuvo su última gran batalla en vida. Luego de haber sufrido una trombosis que lo alejó de las canchas definitivamente, un segundo ataque cerebral fue fulminante, los médicos declararon muerte cerebral, un daño irreparable que orilló a la muerte al mítico guardameta colombiano del Pachuca.
El histórico portero de los Tuzos dejó a dos hijos, Miguel Ángel y Juan José, quienes están siguiendo su legado pero en posiciones diferentes, pero con el mismo amor a la pelota que caracterizó a su padre, quien será siempre recordado con sus gorras y paliacates para cubrirse del sol durante los cientos de partidos que disputó.
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