No hay libro ni documental que alcance para contar la vida de Diego Armando Maradona. Es que el astro que alcanzó la gloria máxima al consagrarse campeón del Mundial de México 1986 con la Selección trascendió la barrera del fútbol hasta volverse uno de los mayores íconos de la era moderna.
La fama a nivel global que tiene el Diez lo ha llevado a protagonizar situaciones insólitas que, seguramente, ninguna otra persona pueda experimentar dado al magnetismo y admiración que genera, ya sea en Argentina o en cualquier otra parte del globo. Aquí, cinco anécdotas inéditas e increíbles del astro, que el viernes 30 de octubre cumplió 60 años.
Cumbre de presidentes en el funeral de Fidel Castro
Luego de que el 25 de noviembre de 2016 se confirmara la muerte de Fidel Castro, su hermano Raúl, entonces presidente de Cuba, informó ante los medios del mundo que el funeral tendría lugar en Santiago de Cuba nueve días más tarde, el 4 de diciembre. Varios mandatarios de Latinoamérica volaron hasta la isla del Caribe para despedirlo.
Obviamente, Maradona se iba a hacer presente en el último adiós. “Estoy muy triste. Murió un amigo, alguien que me ayudó mucho en Cuba. Fue un gran consejero. Fidel fue como un segundo padre para mí”, había expresado Diego desde Zagreb, Croacia, donde se encontraba acompañando al equipo argentino de Copa Davis que finalmente se quedaría con el título.
Una vez llegado al Cementerio Santa Ifigenia para acompañar los restos de Fidel, Diego fue agrupado con los dignatarios extranjeros, casi como si se tratase de un líder mundial más. “Una de las cosas que más me impresionó de todo lo que viví con Diego fue el entierro de Fidel Castro. En una mesa estaban sentados siete presidentes de Latinoamérica y Diego, ahí con ellos charlando a la par. Tuve la posibilidad de presenciarlo”, relata Matías Morla, abogado del Diez, quien fue fiel testigo de aquella cumbre entre los políticos más importantes de la región y el ex futbolista.
“Fue un momento único que seguramente pocas personas en el mundo vivieron, y no creo que yo lo vuelva a vivir. Eso de estar con siete presidentes: estaban Lula da Silva, Dilma Rousseff, Rafael Correa, Evo Morales, Nicolás Maduro, Rafael Ortega, Raúl Castro y Diego... son cosas que ves y no lo podés creer. Esas siete personas, que son las que manejaban todo Latinoamérica. Son cosas que uno no puede estar preparado para vivir y en Maradona es algo reiterado. Un momento único y excepcional que pude presenciar gracias a este genio”, detalla.
Claro que para entender estos privilegios que solo tiene alguien como Maradona, hace falta adentrarse un poco más en la intimidad de Pelusa, y no solo en su faceta como gran jugador que fue. Así lo explica su apoderado: “Diego no es la pelotita con el pie, eh. Diego también es la cabeza, tenía conversaciones con Fidel Castro a la altura del comandante. Tuvo conversaciones con Chávez a la altura. El contacto era asiduo porque Diego está a la altura intelectual de cualquier persona, y sin haber estudiado”.
Los nervios de Gianni Infantino
Para entender el clima que había previo al primer encuentro entre Diego y Gianni Infantino hay que explicar el contexto: un año antes, Joseph Blatter había sido suspendido como presidente de la FIFA a raíz de los casos de corrupción que lo involucraban, por lo que la entidad máxima que regula el fútbol mundial debía encontrar un nuevo gobernante. Las elecciones se definirían entre dos candidatos, por un lado el italiano Infantino, secretario general de UEFA, y, por el otro, el príncipe Ali bin al Hussein, presidente de la Federación de Fútbol de Jordania.
Diego, enemistado con la FIFA desde su etapa como jugador, se había expresado públicamente a favor del Príncipe y lideró la campaña electoral del jordano con el objetivo de reunir los votos necesarios para su llegada al trono. “Diego estaba haciendo la gira, confederación por confederación para conseguir votos. Pero, al final, Alí se bajó porque ya no le podía ganar a Infantino, y le pasó sus votos”, señala Morla a modo de anticipo de lo que vendría después.
París, junio de 2016. Ya habiendo asumido en su nuevo rol, Infantino se encontraba en Francia para presenciar la Eurocopa que se iba a disputar allí. Fue así que antes del inicio del certamen y aprovechando la presencia de Maradona en Europa, invitó al campeón del mundo de 1986 a su hotel para reunirse con él.
“Era increíble que se pudieran llegar a juntar. El tema era si se iban a llevar bien o mal porque Diego había dicho cosas de Infantino por la televisión, se habían matado públicamente, y yo pensaba que se iba a pudrir todo. Entonces ahí me contactan para reunirlos en París. Cuando llegamos al lobby del hotel, yo subí para verlo a Infantino, que me preguntó si estaba todo bien. Infantino estaba tenso por cómo podía reaccionar Maradona, y a Diego si vos le decís que no se pelee con alguien va y se agarra a piñas, por eso lo tenés que dejar y ver qué pasa. Entramos a la habitación de Infantino y, por suerte, salieron de ahí amigos. Quedaron bien por un tiempo, hasta que después tuvieron sus diferencias. Lo increíble fue ver que el presidente de la FIFA se preocupaba por cómo iba a reaccionar Maradona”, remata.
La (única) foto con David Beckham en Dubai
Previo al desembarco en Dorados de Sinaloa en 2018, Maradona sorprendió al mundo del fútbol al ser anunciado como presidente honorario del Dinamo Brest de Bielorrusia, un puesto particular para alguien que venía de dirigir el Al Fujairah de Dubai y que buscaba seguir desempeñándose como DT. Sin embargo, el Diez aceptó el desafió y se preparó para dejar los Emiratos Árabes Unidos y viajar hacia Europa Oriental.
Claro que, como toda aventura al lado de Diego, se presentó un hecho particular en la previa de su llegada al país soviético. “Estábamos sentados en el aeropuerto de Dubai, antes de viajar para Brest, cuando cae un tipo con una tormenta de facha terrible. Cuando veo bien era David Beckham, que vino y le pidió una foto a Diego. Nos la sacamos y se fue. Mirá que conozco un par de personalidades importantes, pero Beckham es impactante”, comienza la anécdota Morla, como si fuese algo de todos los días que una leyenda del fútbol como el inglés se acercara con la inocencia de un niño fanático para quedarse con un recuerdo de su ídolo.
Pero la escena continuó: “La espera fue larga, así que fuimos a desayunar y, en eso, mientras estábamos comiendo, Beckham vuelve y le pide otra foto a Diego. Ahí Diego se para, lo frena y le dice: ‘Pará, David, basta. Ya nos sacamos una, ya está'... Me quedó eso, lo cortó a Beckham, ja”.
El día que dejó plantado a Vladimir Putin
La imagen dio rápidamente la vuelta al mundo: Fabio Cannavaro, Ronaldo, Samuel Eto’o, Pele y Maradona, entre tantas otras leyendas, junto con Vladimir Putin en la previa del sorteo del Mundial de Rusia 2018.
Parte de la historia ya es conocida y hasta el diálogo fue tomado por las cámara de televisión. Diego se acerca al presidente de Rusia y, fiel a su estilo, rompe el hielo pidiéndole una foto. “Todos los muchachos vinieron para verlo a usted y quieren una foto, pero Ronaldo es tan tímido que me dijo por favor que venga yo a hablar con Putin”, le explicó, traductor mediante, al mandatario.
Claro que la instantánea esconde dos perlitas que son reveladas por Morla: “Por procedimiento, nadie puede tocarlo a Putin. Diego fue y lo agarro del cuello para sacarse la foto. Se reían todos al ver eso. Los jugadores le tenían miedo, no lo abrazaban ni nada para sacarse fotos y Diego fue y lo agarró”.
En tanto, la otra porción del encuentro con el magnate ruso fue ese mismo día pero más temprano. “El encuentro con Putin fue muy complejo. Inicialmente, se armó la visita en el Palacio del Kremlin con Diego a la mañana. Vinieron el secretario de Putin y toda su gente a buscarlo al lobby del hotel donde estábamos hospedados, así que subí a la habitación para despertarlo. Ahí, me dice que él, de traje y a la mañana, no iba a ningún lado. Bajo de nuevo y me dicen que tiene que ir así por protocolo. Vuelvo a subir y me dice que no va: ‘Está todo muy lindo con Putin, pero que me espere a la tarde’. Cuando bajé, el asistente, que hablaba español, me dijo algo que fue muy grave para mí: ‘¿Me lo estás diciendo en serio?’. Claro, pensó que era un chiste: ‘¿En serio que deja plantado a Putin?'. Yo le decía que no lo dejaba plantado, sino que iba a la tarde. ‘Estamos hablando del presidente Vladimir Putin en el Palacio de Kremlin’, como diciendo que estábamos locos. Después, se encontraron con Putin y se moría de risa. Salió todo bien", describió.
El “perdón de rodillas” del papa Francisco
En mayo de 2015, en la previa de las elecciones de la FIFA, y de cara a lo que sería un nuevo Partido por La Paz (uno de sus organizadores era precisamente Maradona), Diego se encontraba en Roma junto con el príncipe Ali bin Al Hussein, quien le manifestó sus deseos de conocer al papa Francisco. Fue así que, con el Diez como intermediario, se pactó un encuentro entre el jordano y el Santo Pontífice de la Iglesia católica. Pero no todo salió como se esperaba.
“El Príncipe, por protocolo, no te puede pasar a buscar. Entonces, quedamos con Diego en ir directo al Vaticano y encontrarnos ahí con Ali y Bergoglio. ¿Qué pasó? Que el príncipe entró por una puerta con el Papa y nosotros estábamos esperándolos en otra, en la que había un tipo cuya única función era dejar pasar a los que estaban en el listado. Dicen que cuanto menos poder tenés, más soberbio sos. Bueno, el tipo le dijo que no a Maradona", describe el abogado.
La impaciencia de Pelusa, sumada a su fastidio por no poder reunirse con el Papa hizo que decidiese subirse a la camioneta que los había llevado hasta ahí y volver al hotel. “Le pedí que esperara, que yo iba a hablar, pero cuando me fijé solo estaba agendado Ali y no Maradona. Así que nos fuimos al hotel", continúa.
“El Papa mandó un emisario al hotel para que Diego fuera de nuevo al Vaticano, pero Diego no quería volver. Vino un cardenal a las 12 de la noche al hotel Hilton de Roma para explicarle a Diego que el Papa lo quería atender. Así que fuimos al otro día. Francisco lo recibió y me acuerdo que dijo dos frases que me impactaron mucho. Primero, le dijo: ‘Si te tengo que pedir perdón de rodillas, lo hago’. Y después le tiró: ‘Llegó el argentino más importante del mundo al Vaticano’. Obviamente, estaba todo bien. Ahí fue la famosa foto en la que se los ve a los dos agarrados de la mano. No podía creer que el Papa le pidió perdón porque habían agendado mal la cita”, concluye.
Seguí leyendo: