Ni el plantel de Barcelona, enfocado en el duelo de este miércoles ante la Juventus por la segunda fecha de la fase de grupos de la Champions League, ni el capitán Lionel Messi, se expresaron sobre el nuevo gran capítulo de la crisis de la institución blaugrana, que vio este martes cómo presentaba la renuncia Josep María Bartomeu, su presidente, cercado por una moción de censura que amenazaba con desplazarlo de su puesto.
Se trató de un final anunciado luego de una cadena interminable de conflictos, con clímax en el 2-8 ante Bayern Múnich en la pasada edición de la Liga de Campeones de Europa, y en el burofax que la Pulga le envió al club para declararse en libertad de acción a un año de la finalización de su contrato. Si bien, para evitar conflictos legales, el argentino decidió permanecer bajo protesta, los vaivenes dejaron a la gestión Bartomeu herida de muerte.
Ahora una junta gestora se hará cargo de la situación hasta las elecciones que deben ser antes de que se cumplan tres meses. Quien estará al frente será Carlos Tusquets, un empresario que cuenta con un doctorado en economía de la Universidad de Barcelona que en el ámbito privado se ha destacado en negocios de hostelería (NH hoteles), energía (FERSA, hoy AUDAX) e inmobiliarios (Renta Corporación), entre otras compañías hoy cotizadas en Bolsa. Hasta hoy se desempeñaba como responsable de la Comisión Económica.
Ahora bien, ¿la salida de Bartomeu, con diferencias a toda luz irreconciliables con el capitán, puede abrirle una puerta a la renovación de Messi, una hipótesis que con su presencia sonaba totalmente imposible? Dependerá de varios factores.
En principio, el astro rosarino tiene vínculo vigente hasta el 30 de junio de 2021. Y a partir de enero, si así lo deseara, podría acordar su contrato con otro club de cara a la próxima temporada, porque la legislación lo asiste. Vale recordar que, en el momento más álgido de su crisis con Barcelona, Manchester City fue el principal interesado en contratarlo (y en menor medida, el PSG y el Inter). La clave: en este caso, los oferentes sólo deberían arreglar los haberes del jugador, porque estaría apto para negociar como agente libre.
Claro que, al mismo tiempo, las elecciones en Barcelona pueden abrir un nuevo panorama. Joan Laporta, Víctor Font y los candidatos que se presenten a los comicios tendrán margen para armar sus proyectos y, el ganador, seguramente buscará sentarse con Messi y su entorno para explicarles el rol de la estrella en otro contexto. Tal vez, uno más propicio para la voluntad del jugador de seguir compitiendo en el más alto nivel para intentar continuar conquistando títulos (especialmente la Champions League, que no alza desde la temporada 2014/2015). Una propuesta a partir de una plantilla más equilibrada (a la actual le urgen, por caso, un 9 y un central) y con jerarquía a la altura del capitán. Y sin los sismos en la gestión que se transformaron en costumbre con Bartomeu.
“Messi es el jugador más importante de la historia de nuestro club y la historia del Barcelona y Messi continuará al margen de quien sea el presidente”, declaró Emili Rousaud, ex titular del club, en diálogo con TyC Sports, mostrando su entusiasmo ante el nuevo contexto.
Con la Comisión que encabezaba Bartomeu, sobre todo en el último año, se sucedieron los focos de incendio. Desde las declaraciones de Eric Abidal culpando a los referentes de la salida de Ernesto Valverde, pasando por los roces en la comunicación de las rebajas de los salarios por el coronavirus, y el episodio del ataque en redes sociales a jugadores y opositores (con una empresa contratada por la dirigencia en el ojo de la tormenta). También, quizá lo más importante, la falta de plan en el armado del plantel para pelear todos los certámenes. Y la contratación de Ronald Koeman y la salida de futbolistas cercanos a la Pulga (como Luis Suárez y Arturo Vidal) terminaron de detonar la relación.
Pero vale recordar que quien se quiso marchar del Barcelona fue el Messi futbolista, el hombre récord, la leyenda. El Messi padre de familia, amigo, hubiera preferido que su idilio con el Barsa nunca acabara. Sus hijos Thiago, Mateo y Ciro, su esposa Antonela, están adaptados a Cataluña. Si la plataforma para explotar su talento volviera a estar en la institución en la que brilla desde hace 15 años... He ahí el secreto que deberán desentrañar los candidatos para lograr su continuidad, que con Bartomeu de por medio lucía como una utopía.
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