El Ministerio de Exteriores del Reino Unido acusó este lunes a los servicios de inteligencia militares de Rusia (GRU) de haber llevado a cabo ciberataques contra los organizadores de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio 2020.
Agentes rusos fijaron como objetivos de sus “reconocimientos cibernéticos” a miembros de la organización del evento deportivo, empresas de logística y patrocinadores relacionados con ellos, indicó el Foreign Office (El Ministerio de Relaciones Exteriores británico) en un comunicado.
“Las acciones del GRU contra los Juegos Olímpicos y Paralímpicos son cínicas e imprudentes. Las condenamos en los términos más enérgicos”, afirmó el ministro de Exteriores británico, Dominic Raab, que aseguró que Londres continuará trabajando con sus aliados para “identificar y contrarrestar futuros ciberataques maliciosos”.
Los Juegos de Tokio se iban a celebrar a mitad de este año, pero debido a la pandemia coronavirus se han pospuesto hasta julio de 2021. Por su parte, el Gobierno japonés afirmó este martes que no se pueden “pasar por alto” ciberataques “maliciosos” como el que fue denunciado en las últimas horas desde Londres, aunque los responsables olímpicos dijeron que no han observado un “impacto significativo”. El diario británico The Times informó que las autoridades aseguraron que agentes rusos simularon ser ciberdelincuentes norcoreanos y chinos con la intención de conseguir venganza en la investigación por dopaje del equipo olímpico ruso.
Londres, sin embargo, aseguró que esta no es la primera vez que detecta intromisiones similares y que el GRU ruso ya llevó presuntamente a cabo ataques contra la organización de los Juegos de invierno de Pyeongchang, en 2018. La intención en este caso era generar un ataque que borraría datos de computadoras con un software malicioso y “potencialmente” podía paralizar la competencia, aseguró el citado medio.
Este ataque es el último de una serie de intentos de piratería informática contra las organizaciones deportivas internacionales que, según los funcionarios occidentales y los expertos en seguridad cibernética, han sido orquestados por Rusia desde que estalló el escándalo del dopaje hace cinco años. Desde ese entonces, el país fue excluido de los principales eventos deportivos.
Estados Unidos también se unió a las denuncias y el Departamento de Justicia inculpó a seis miembros de la unidad que habían desempeñado un papel clave en dichos ataques, además de haber participado en otros como el de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018 en Corea del Sur.
“Durante la ceremonia de apertura, lanzaron el ataque de malware ‘Olympic Destroyer’, que borró datos de miles de computadoras que soportaban los Juegos, dejándolas inoperables”, explicó John Demers, fiscal general adjunto de Estados Unidos.
El subdirector del FBI, David Bowdich, aseguró que “el FBI advirtió en repetidas ocasiones que Rusia es un adversario cibernético altamente capaz, y la información revelada en esta acusación ilustra cuán penetrantes y destructivas son realmente las actividades cibernéticas de Rusia”.
Mientras que desde Moscú niegan rotundamente las acusaciones, en Japón, Katsunobu Kato, jefe del Gabinete y ministro portavoz del Gobierno, prefirió evitar hacer comentarios específicos y advirtió que las autoridades están adoptando medidas de seguridad para evitar este tipo de ciberataques a los JJ.OO. teniendo en cuenta que “es un evento que atrae la atención mundial”.
Hace unas semanas atrás, el escándalo por dopaje en Rusia volvió a recrudecer con el testimonio que brindó Grigory Rodchenkov, un químico ruso arrepentido que fue clave en la creación del “cóctel Duchesse” (cóctel de la Duquesa) de esteroides anabólicos que era casi indetectable. Exiliado en Estados Unidos, aseguró que teme por su vida tras haber sido la llave para descubrir el programa de dopaje de ese país que decantó en la sanción a nivel mundial para sus deportistas en diferentes competencias.
Con información de AFP Y EFE
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