Este domingo terminó Tour de Flandes y el neerlandés Mathieu Van der Poel se consagró como el más rápido por delante de su eterno rival, el belga Wout Van Aert, en Oudenaarde, al sur de Gante (Bélgica). La tradicional carrera europea, que había comenzado con un accidente multitudinario, cerró con un desafortunado choque que empañó el final.
Es que en el tramo final, los dos líderes estaban siendo perseguidos por el campeón del mundo, el francés Julian Alaphilippe, quien sufrió una dura caída tras chocar con una moto de la organización y tuvo que acabar de inmediato su participación en el certamen. Mientras que los dos grandes favoritos de esta Ronde se fugaron hacia la meta en soledad durante los siguientes 35 kilómetros.
La historia podría haber sido diferente sin la caída de Alaphilippe, quien cuando estaba al frente de la carrera junto al dúo, salió despedido de su bicicleta tras impactar con una moto de la organización, dejando como resultado fracturas en la muñeca derecha.
“Julian Alaphilippe chocó con una moto y (...) fue transportado al hospital de Renaix, donde las radiografías mostraron fracturas de los metacarpos 2 y 4 de su mano derecha”, explicó su equipo Deceuninck en un comunicado. “El lunes será operado en el hospital de Herentals” (norte de Bélgica), añadió.
Con Alaphilippe fuera de combate, Van der Poel y Van Aert se relevaron sin atacarse para saldar cuentas en el sprint una semana después de que el belga criticara a MVDP. “Aparentemente prefiere que yo pierda antes que ganar él mismo. Quizá ha olvidado que ya he ganado mucho”, había declarado Van Aert después de la Gante-Wevelgem, enfadado con el trato especial que le reservó Van der Poel. El noruego Alexander Kristoff, que fue el más rápido del segundo grupo, completó el podio como el año pasado.
Al suelo tras un pinchazo a 50 kilómetros de meta, Van der Poel remontó en solitario el año pasado para conectar finalmente con el grupo de cabeza, sin poder seguir el ataque decisivo del italiano Alberto Bettiol. Sensación del año 2019, el neerlandés se impuso en la Amstel Gold Race, su primer gran éxito en ruta. A los 25 años, este domingo se confirmó, imponiéndose en el Tour de Flandes, el cierre de estas semanas de clásicas, muy afectadas por el covid-19. La París-Roubaix es el único ‘monumento’ que no se disputará este año, anulada por razones sanitarias.
Un contexto que ha desteñido la gran cita del ciclismo belga, privada este domingo de su millón de fieles en los bordes de la carretera. Los espectadores no podían estar en la salida, ni en la llegada, ni en las subidas, ni en los sectores de pavés. Las reuniones se limitaban a cuatro personas.
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Con información de AFP