Fue una velada que no terminó de completar las expectativas que había generado en la previa. La pelea del año se diluyó en un duelo cargado de tensión que atentó contra el espectáculo. Teófimo López dominó el comienzo del combate y llegó fuerte al final para imponerse por decisión unánime sobre Vasiliy Lomachenko, con lo que unificó los títulos de los ligeros.
El hondureño aprovechó un lento inicio del ucraniano para ir edificando una ventaja notable en puntos. Finalizó la contienda con un destacado desempeño en el duodécimo asalto, dejando a Lomachenko ensangrentado y abajo en las tarjetas de los jueces.
Nacido en Brooklyn, López representó en los Juegos Olímpicos de Río 2016 a Honduras, el país de sus padres, y en su última presentación su conquista fue celebrada en el país centroamericano: se convirtió en campeón unificado de la categoría. Además, logró algo que pocos consideraban que podría hacer, ya que su dominio frente al experimentado boxeador que reúne las mayores virtudes técnicas en la actualidad fue notable.
Así, Teófimo López (16-0) sumó los tres títulos que tenía Lomachenko (15-2) en su poder al cinturón que había obtenido el año pasado. Con su victoria se transformó en el monarca indiscutible de las 135 libras.
Los jueces le dieron el triunfo por 119-109, 117-111 y 116. 112, tras el combate realizado en el centro de conferencias del MGM Grand, transmitido por Combate Space. Cabe señalar que The Associated Press dio en su anotación 117-111, también en favor de López.
El púgil de 23 años se mostró más rápido y fuerte que Lomachenko, de 32, quien obtuvo dos oros olímpicos como amateur y quien era considerado uno de los mejores boxeadores profesionales, libra por libra.
Sorpresivamente, López fue el mejor boxeador, y demostró que también hubiera podido poner fin al combate antes, pero el destino quiso llevar el duelo hasta el último round. Incluso el ucraniano terminó con una hemorragia arriba de un ojo en el duodécimo episodio. “Tuve que cavar profundo”, dijo el hondureño luego de lograr su objetico. Y agregó: “Sabía que a él le iba a llevar mucho tiempo alcanzarme”.
Lomachenko, quien cayó sólo una vez en casi 400 contiendas como amateur y había sufrido únicamente un revés como profesional, piensa que su desempeño fue mejor que lo reflejado por los jueces. “Definitivamente no estoy de acuerdo con las tarjetas”, remarcó antes de retirarse con el dolor que le provocaron los puños del hondureño y la frustración de haber perdido sus coronas.
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