Tras los duros golpes en el Mundial de Indianápolis 2002 (cayó ante Argentina por 87 a 80) y en los Juegos Olímpicos de 2004 (pierde con los albicelestes en semifinales por 89 a 81) -sumado a que en el Mundial de 2006 finalizó en el tercer puesto-, el Team USA buscó iniciar una especie de refundación de cara a los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 de la mano de un nuevo entrenador: Mike Krzyzewski.
El coach decidió apostar por algunas jóvenes figuras, como LeBron James, Dwyne Wade, Carmelo Anthony y Dwiht Howard y rodearlos con experimentados, como Jason Kidd y Kobe Bryant. En una charla con JJ Redick y Tommy Alter en el podcast The Old Man & The Three, el entrenador develó una inédita anécdota sobre cómo era la mentalidad ganadora que tenía el ex Los Angeles Lakers y el respeto que tenía sobre Manu Ginóbili.
“Estábamos tratando de crear una cultura en la Selección. Kobe, Chauncey Billups y Jason Kidd fueron convocados para darnos liderazgo sobre los LeBron y Carmelo. Estábamos preparándonos para Beijing, yo estaba en Las Vegas con mi staff unos dos días antes de que llegue el equipo y escucho que golpean la puerta. Era Kobe. Me dice ‘Coach, ¿podemos hablar un minuto?’ Le dije que sí, y fuimos a una sala privada. Le pregunté qué necesitaba. Me dijo: ‘Te tengo que pedirle un favor’. Sí, ¿qué favor? ‘Quiero defender al mejor jugador perimetral de cada rival que enfrentemos’. Él era el máximo anotador de la NBA, el mejor jugador de la liga en ese momento. Había tenido siete partidos de 50 puntos. Sabía que tenía que cambiar un poco y ser un líder”, comenzó su relato, dejando en claro la ambición que tenía el cuatro veces ganador del anillo de la NBA con la franquicia californiana.
Coack K, además, afirma que durante ese momento vio una similitud con MJ: "Me vio con esos ojos, él y (Michael) Jordan te destruían con la mirada. Se inclinó hacia delante y dijo ‘Coach, prometo que los voy a destruir'’'.
“Entonces, en la primera práctica él no lanzó ni un tiro. No tomó un solo tiro. Se preocupó de defender. Le pedí que se calme y me dijo ‘Coach, te prometí que los iba a destruir’. Entonces le contesté: te ví destruir equipos con tu ataque, ¿podrías lanzar el maldito balón? Y sonrío y me dijo que fui el único entrenador que le pidió que lance al aro”, esbozó, provocando una sonrisa en el resto de los participantes de la charla.
Según el entrenador, Koben, en su cabeza, ya estaba realizando un esquema de lo que podría suceder en el torneo y puntualizó en lo importante que sería el duelo ante la selección argentina, equipo que venía de quedarse con la medalla de oro en Atenas 2004. “¿Saben qué estaba haciendo? Él había visualizado que para ganar la medalla dorada tendríamos que vencer a Argentina, sea en las semifinales o en la final, y él quería defender a Ginóbili. Él ya tenía eso claro. Se iba a preparar para defender a Ginóbili, no era simplemente dejarle un ejemplo a sus compañeros. Entonces después jugamos con Argentina en las semifinales, le estamos ganando por 20 puntos y Ginóbili se lesiona. Pensamos que ganaríamos por 40, pero pasó a ser un partido de seis puntos, porque ahora a él no le interesaba nadie. Así era él, Dios lo bendiga. Lo amo. Él y LeBron construyeron una relación que era necesaria para crear la cultura. Estoy muy orgulloso de los dos por haber hecho eso”, concluyó.
En ese partido, el Dream Team ganó por 101-81, con Bryant aportando 12 puntos, dos robos y dos rebotes en 32 minutos. Manu, por su parte, apenas jugó seis minutos, tirando 1-4 de campo para sumar sólo dos puntos.
Luego, en la final, los norteamericanos vencieron por 118 a 107 a España para volver a conquistar la presea dorada. La Generación Dorada, en cambio, derrotó a Lituania por 87 a 75 y logró meterse en el último peldaño del podio.
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