La vida de Beatrice Vio quedó marcada para siempre cuando todavía era una niña que estaba dando sus primeros pasos en el deporte. Tenía 12 años cuando contrajo una enfermedad que afectó a sus extremidades. Bebe se contagió de un vecino que tenía meningitis porque un médico le recomendó a sus padres que no la vacunaran por su juventud. Esa decisión tuvo un desenlace impactante para el futuro de la italiana.
La situación médica de Vio se complicó: la enfermedad evolucionó a una necrosis que provocó que los especialistas tuvieran que amputarle los antebrazos y las piernas por debajo de sus rodillas. Estuvo internada más de tres meses y allí fue donde comenzó a rehabilitarse. Tuvo que aprender a utilizar sus nuevas prótesis. Tuvo que aprender a vivir su nueva vida.
Hoy, más de una década después de haber renacido, Bebe se transformó: pasó de ser una adolescente enferma a convertirse en un ícono del deporte mundial. Gracias a su mentalidad arrolladora, forjó una imagen que superó su condición de atleta paralímpica y que le permitió sentarse en la misma mesa con otras grandes personalidades, como el ex presidente de los Estados Unidos Barack Obama, o hasta tener su propio modelo de muñeca Barbie.
Desde Italia, la campeona de los Juegos Paralímpicos en Río 2016 habló con Infobae para repasar su conmovedora historia de vida. “Era muy joven cuando me afectó una meningitis grave y no podía creer que me estuviera pasando. Mi familia y yo estábamos muy asustados y no estábamos preparados para esa situación, pero nos unimos y enfrentamos las dificultades todos juntos, apoyándonos mutuamente en los momentos más difíciles. ¡Juntos lo logramos!”, recordó Bebe sobre cómo logró sobreponerse a la enfermedad con la ayuda de su familia.
El deporte fue una de las claves para que Vio lograra una recuperación tan rápida. “Siempre he estado enamorada del deporte”, dice. A los 5 años, cuando estaba en su primera clase de vóley, la italiana se escapó del gimnasio e ingresó sin quererlo a una sala diferente. “Conocí a un gran maestro de esgrima que me preguntó si quería probar... después de 10 minutos me enamoré de este increíble deporte”.
Tanta fue la fascinación de la italiana por la disciplina que el poder volver a practicarla fue el combustible que la motivó a recuperarse de su enfermedad con una mayor rapidez. Su padre trabajó con un centro ortopédico para crear las prótesis necesarias pero, al principio, Bebe no proyectó el cambio de tener que sentarse en una silla de ruedas para hacer su deporte.
“Desde joven soñaba con participar en los Juegos Olímpicos. Y, después de mi enfermedad, lo único que me hacía feliz eran las ganas de volver a esgrimir. La esgrima de pie no era posible, pero no quería probar la esgrima en silla de ruedas. Lo consideraba un deporte para discapacitados”, advirtió Vio.
“Pero no era así. Mis padres planearon un entrenamiento de esgrima en silla de ruedas y me gustó mucho, más que el deporte como lo hacía antes de mi enfermedad”, agregó.
Después de cuatro meses en el hospital, la joven nacida en un municipio de la provincia de Treviso volvió a entrenarse. Dos años más tarde, se calzó sus prótesis especiales y compitió por primera vez con el objetivo de cumplir su sueño de estar en el mayor escenario en el mundo del deporte. Pero, por su juventud, el entrenador de la selección italiana no la convocó para ser parte del equipo en los Juegos Paralímpicos de Londres 2012.
Todo cambió con el paso del tiempo para Bebe. Cuatro años más tarde, en Brasil, tuvo su primera experiencia como atleta paralímpica. Compartió la Villa con miles de otros deportistas adaptados y gracias a su capacidad se coronó campeona. “¡Los Juegos Paralímpicos de Río han sido una experiencia increíble! ¡No puedo explicar la emoción de participar en el evento deportivo más grande del mundo!”, dijo.
En Río 2016, Vio ganó todos los combates. Con la referencia de haberse consagrado campeona del mundo el año anterior, la esgrimista italiana superó a todas las candidatas para quedarse con la dorada. “Ese año fue muy agotador para mí porque en julio hice el examen final en la escuela secundaria y en septiembre fui parte de los Juegos Paralímpicos. Tenía muchas ganas de hacer ambas cosas bien y tuve que trabajar duro para tener éxito. Entré de día y estudiaba de noche. Además, desde que fui el portador de la antorcha en Londres 2012 con el rol de “representante de los futuros atletas paralímpicos” sentí la responsabilidad de mostrarles a todos que con trabajo y responsabilidad, cualquier resultado se puede lograr. ¡Soñé tanto con conseguir la medalla de oro porque trabajé duro para conseguirla!”, le contó Bebe a Infobae.
Después de ser campeona paralímpica, su historia se hizo viral. Aquella chica que había contraído una de las meningitis más duras, sobrevivió a la enfermedad para convertirse en una imagen a seguir por otras personas con discapacidad. ¿Cómo capitalizó esa popularidad para generar conciencia entre sus seguidores?
“Para mí, el deporte es una parte fundamental de la vida de todos y puede ayudar a socializar y tomar coraje. Intento usar mi visibilidad para hablar sobre el mundo paralímpico y la discapacidad. ¡Todos pueden practicar deporte!”, fue el mensaje que eligió la italiana para marcar el valor del deporte en su vida.
Es más, para Bebe, la mejor forma de mostrarle al mundo cómo es la vida de una persona con discapacidad es abriéndose para que el otro pueda verlo. “A veces las personas adultas tienen miedo de mi prótesis. Yo solía quitarme los brazos y dárselos a las personas que me miraban. Pensaban que yo estaba loca, pero lo que quería era mostrar que es algo normal y así se acercan a la discapacidad”.
Además de utilizar sus redes sociales para visibilizar su forma de vida y de entrenar, Beatrice también trabaja para ayudar a los jóvenes que sufrieron alguna amputación. Juntos a sus padres creó ART4SPORT, una fundación que establece el deporte como terapia y que asiste a las personas para integrarlos a la sociedad a través del deporte.
“Fue fundada en 2009 para ayudar a todos los niños amputados que estaban en mi misma situación”, expresó Bebe, que tuvo al atleta sudafricano Oscar Pistorius y al ex piloto de automovilismo y luego reconvertido en ciclista adaptado Alex Zanardi como sus ejemplos para alcanzar la gloria deportiva.
Este 2020 no iba a ser un año más para Vio. Iba a significar la oportunidad de revalidar su medalla dorada paralímpica en los Juegos de Tokio 2020, pero el avance de la pandemia de coronavirus obligó a la postergación del evento para 2021. Más allá de la cancelación de su máxima competencia, el deporte adaptado disfrutó del estreno de un documental que muestra el detrás de escena del movimiento.
Rising Phoenix, que se estrenó en la plataforma Netflix en más de 190 países en agosto pasado, contó con la participación estelar de Bebe, una de las caras elegidas para mostrar cómo se puede llegar a ser una figura de impacto mundial que nació en el mundo paralímpico. “Me sumé al proyecto porque quiero mostrarles a todos el significado del mundo paralímpico y la discapacidad, que hoy en día aún son desconocidos para la mayor parte de la gente”, analizó Vio.
“El documental cuenta la historia de nueve atletas paralímpicos y, al mismo tiempo, la historia de los Juegos Paralímpicos desde el principio hasta Río 2016. ¡Es realmente interesante!”, agregó la esgrimista tres veces campeona del mundo, que deberá esperar hasta el próximo año para seguir acrecentando su leyenda como una de las mejores deportistas del mundo.
“Mi próximo objetivo seguramente son los Juegos Paralímpicos de Tokio. Descubrí que el aplazamiento fue la decisión acertada y para mí no es un problema, tendré más tiempo para entrenar y llegar lo mejor posible”, dijo Bebe. Gracias a que la cita deportiva se aplazó para la temporada que viene, aprovecha el tiempo para estudiar en la universidad con el objetivo de graduarse.
A la distancia, Bebe Vio demuestra el valor que tiene para ella poder ser quien es. “La vida es demasiado buena”, dijo en varias ocasiones cuando le preguntaron cómo hizo para superar aquella enfermedad que la marcó para siempre. Incluso dejándole manchas en el cuerpo. Con el afán de competir en los Juegos Olímpicos, la italiana dejó de lado cualquier análisis sobre su condición física y se convirtió en una de las grandes atletas del mundo, además de ser una inspiración para las nuevas generación de jóvenes. Ese es su mensaje y lo dejó en claro luego de esta charla.
“¡Chicos, tienen que creer en ustedes mismos, en sus sueños y trabajar duro para alcanzarlos! ¡No se rindan y vayan directo a su objetivo!”.
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