La pandemia de coronavirus obligó a cambiar el calendario del circuito mundial de tenis. Es por eso que Roland Garros se postergó para septiembre, algo que causó una situación muy particular para los tenistas. Son muchos los que se han quejado abiertamente de las bajas temperaturas en París y que han marcado esto como un problema para el normal desarrollo de su juego.
Tradicionalmente, el Grand Slam parisino suele disputarse entre fines de mayo y comienzos de junio, cuando la primavera europea está en su esplendor y las temperaturas son agradables para la práctica deportiva al aire libre. Esta vez, el certamen está enmarcado por un otoño que trae frío, viento y persistentes lluvias.
Una de las más afectadas por las bajas temperaturas fue la bielorrusa Victoria Azarenka, que viene de perder la final del US Open y es una de las grandes favoritas a quedarse con el título en París. La incomodidad de la décima cabeza de serie causó un momento tenso en su partido de primera ronda ante la montenegrina Danka Kovinic.
Azarenka se quejó debido a que no las mandaron a los vestuarios durante una interrupción del juego por lluvia. “Me voy a congelar. No voy a estar esperando unos minutos porque tengo frío. Son ocho grados, ocho grados. Vivo en Florida. Estoy acostumbrada al calor”, le dijo a la jueza del partido.
Cuando la autorizaron a resguardarse, continuó: “Es ridículo. Está muy frío... ¿Para que nos tienen sentadas como patos”. Finalmente, pudo cambiar el ánimo al lograr una contundente victoria por 6-1 y 6-2.
Otra que habló de la situación que se vive en torno al frío fue Serena Williams. La estadunidense subió una foto a sus redes sociales y escribió: “La cosas que hay que hacer para mantenerse caliente...”. En la imagen se la ve entrenando con un pantalón largo de jogging, un buzo de polar, guantes y tapabocas.
Es que la respuesta a este escenario, sobre todo en el cuadro femenino, ha sido modificar las pautas de vestuario. Lejos quedaron los vestidos, las polleras y los shorts, muchas de las jugadoras han optado por las remeras de manga larga, las leggins y la ropa de abrigo para disputar sus encuentros.
Del lado de la rama masculina también ha habido disconformidad con el tema del clima. Uno de los más críticos ha sido el español Rafael Nadal, quien va por su 13° título en el polvo de ladrillo de la capital francesa. “Las condiciones son por ahora extremas. A nueve grados de temperatura, un torneo al aire libre, lloviendo casi cada día. Es una realidad, estamos al límite”, denunció el número dos del ranking ATP.
El español consideró que el clima podría afectar negativamente su desempeño en el certamen en el que es el Rey absoluto. “He tenido mucho éxito en esta superficie, pero estoy ante una situación especial y las condiciones más negativas que haya tenido nunca”, sentenció.
El dilema por las bajas temperaturas se suma a otra gran polémica: la del cambio de pelotas. Hace ya un tiempo desde el abierto parisino anunciaron que a partir de esta edición dejarían de usar después de casi diez años las pelotas de la marca Babolat para dar paso a un nuevo acuerdo con Wilson. Aquellos tenistas que han podido probarlas, han asegurado que las nuevas bolas son más “duras” o “pesadas” y que afectan negativamente el juego.
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