Este sábado, Likkle Man tendrá la oportunidad que tanto deseó cuando suba al cuadrilátero para enfrentarse por primera vez en un combate de boxeo. Cómo es que un ex presidario logró conseguir cientos de miles de seguidores en todo el mundo con un puñado de publicaciones y ahora podrá debutar como pugilista.
Antes de ser conocido por ese apodo, Henry Age tuvo una vida desastrosa, según recordó hace algunos días en diálogo con el sitio The Sun: “Nací luchando, cuando naces la mitad del tamaño de un hombre normal tienes que luchar el doble de duro para llegar a cualquier parte de la vida”. Es que el hombre de 26 años padece enanismo y eso, sumado al abandono de sus padres, provocó que durante su infancia no pudiese disfrutar de una vida similar a la de la mayoría de los niños de Coventry.
“Nací en una vida de pandillas, drogas y crimen, como mucha gente en ciertas áreas. Pero además de eso, soy de este tamaño. No fui a la escuela, no puedo leer ni escribir, no tuve padres".
Rodeado de malas influencias, solo era cuestión de tiempo para que acabe en el asiento trasero de una patrulla, hecho que sucedió en 2017, cuando las cámaras de seguridad de una joyería captaron el momento en el que ingresó por la fuerza para robarse todo lo que estuviera a su alcance.
Un tribunal le dio una pena de 32 meses de prisión que tuvo que cumplir hasta el final, pese a haber pedido en varias oportunidades la oportunidad de salir en libertad condicional. Esta opción no le fue dada por ningún juez, ya que su comportamiento durante su confinamiento no era digno de premiación.
Incluso, en 2018 logró acceder a un celular desde el cual comenzó a publicar en diversas redes sociales videos imágenes sobre lo que sucedía tras las rejas y en repetidas ocasiones acompañadas de insultos hacia la policía. Fue entonces que en menos de 48 horas acumuló 62 mil seguidores, entre los que sumó en Snapchat e Instagram.
Es que los usuarios encontraron fascinante el hecho de poder observar cómo es la vida en prisión y además se toparon con un personaje peculiar, que se divertía haciendo bromas con otros presidiarios. Fue así que rápidamente los principales portales británicos llegaron a su perfil y contaron su historia apodándolo “el preso más pequeño de Reino Unido”.
Tras semejante repercusión Likkle Man, cómo comenzó a llamarse desde entonces, sufrió el bloqueo de sus cuentas en apenas un par de días. Pero ya era tarde.
“Cuando los demás presos se enteraron de lo que estaba pasando con mis videos, se sintieron orgullosos de mí y me animaron a seguir así. Los presos me dijeron que mis videos eran mi oportunidad de hacer algo mejor en mi vida y me ayudaron a hacer los clips. Ellos fueron los que me grabaron los videos”, contó en 2019, en declaraciones publicadas por el sitio británico Metro.
Ese año obtuvo finalmente su libertad y sus fans regresaron por miles. Sus bailes obscenos, sus bromas y su irreverente forma de hablar, habían hecho que sus seguidores se multiplicaran: “La prisión me hizo famoso. El primer día que me liberaron, obtuve 100.000 seguidores en Instagram, celebridades siguiéndome y obteniendo ofertas de patrocinio. Es una locura y abrumador”, reconoció en aquella oportunidad.
Debido a su fama, que le dio el empujón para animarse a tener una nueva forma de vida, Likkle Man decidió cambiar la manera de mostrarse y en lugar de publicar videos insultando a la policía o mostrándose grosero con todos, eligió hacer reír. Así, sus grabaciones bromeando por su altura, vestido de bebé en lugares públicos o escondiéndose en una caja para asustar a alguien en la calle hoy son una constante en su perfil de Instagram. Además, aprovechó para ponerse a entrenar y consiguió la oportunidad de poder presentarse a un enfrentamiento de boxeo real, algo que sus fans apoyan en cada una de las publicaciones que realiza sobre el tema.
"He madurado mucho ahora, pero mi cerebro definitivamente está conectado de manera diferente a todos los demás. He tenido 25 años malos a mis espaldas, he tenido que disculparme por muchas cosas por las que me arrepiento, pero ahora tengo esta oportunidad de cambiar mi vida y la voy a tomar”, reconoció a The Sun.
“Cualquiera que conozca mi historia me respetará más ahora porque sabrá por lo que pasé. Era un pequeño complicado, tengo que admitir que era un pequeño bastardo. Y lo siento por todas las personas a las que lastimé en el pasado, pero tuve que hacer ciertas cosas para alimentarme y sobrevivir. Cometí robos porque no tenía otra forma de vivir, no pude cometer un solo robo de un millón de libras porque sería demasiado fácil detectar al hombre negro de un metro en la fila de la Policía. Pero ese es mi pasado, estoy agradecido por cómo me hizo, pero eso quedó atrás y este boleto dorado me está ayudando a cambiar mi vida”.
Likkle Man se enfrentará este sábado ante Salim Chiboub, un peleador finlandés que tiene tres combates previos, una derrota, un triunfo y un empate, y que ha probado suerte en el boxeo y en el muay thai. El evento será transmitido por internet y sólo podrán verlo aquellos que paguen 5 libras para acceder a él. Pese a la experiencia que ostenta su rival, el británico confía en que podrá noquearlo si puede volcar en el ring todo el mal que supo mostrar durante su pasado.
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