La historia de Luis Suárez en el Barcelona es historia. Después de seis temporadas en el club culé, el delantero uruguayo se convirtió en una leyenda de la institución. En 283 partidos con la camiseta blaugrana, anotó 198 goles para quedar tercero en la lista de máximos anotadores de todos los tiempos. A pesar de los 13 títulos que logró junto a su amigo Lionel Messi, la despedida de Cataluña no fue la esperada por el atacante. Sin lugar en el nuevo plantel que dirige Ronald Koeman, la directiva impulsó la salida del Pistolero.
Antes de cambiar de camiseta y calzarse la rojiblanca del Atlético Madrid, su nuevo equipo, Suárez fue recibido con honores en las entrañas del Camp Nou para el adiós, pero aprovechó su última vez como culé para hacer un balance de cómo fue su salida.
“Fue un mes de locos. De decir muchas cosas que uno inventaba. Se han inventado, se han filtrado, y hay cosas que a uno le indigna”, dijo el punta que levantó cuatro trofeos de la liga española y otras 4 de la Copa del Rey.
Acto seguido, el uruguayo usó su micrófono para marcar otra de sus grandes victorias en su paso por Barcelona: la amistad que forjó y construyó con Messi en el vestuario, una unión futbolística que la cúpula directiva de la institución forzó para que se termine. “Todo el mundo sabe la relación con Leo. Cuando uno llegó decían ‘cuidado con Leo’. Después de muchos años, dicen que el delantero le hace mal. El tiempo que estuvimos juntos intentamos estar a la altura”, explicó.
La historia dirá que el último encuentro del goleador uruguayo con la camiseta del Barça fue una derrota histórica, de las más dolorosas para el equipo culé. Aquel 2-8 en favor del Bayern Múnich generó un cimbronazo interno en el club que motivó a Messi a querer irse, provocó la salida del DT Quique Setién y provocó los cambios en la plantilla que lideró el nuevo entrenador Koeman. Justamente, Suárez explicó cómo fue el diálogo cuando el holandés le comunicó que no iba a ser tenido en cuenta para su nuevo ciclo.
“Ya se especulaba, se decía mucho y con la llama del DT se confirmó. Ya lo había aceptado. Cuando me lo comunica el entrenador ya lo sabía porque ya se había hecho. Yo iba a seguir trabajando y que me respetaran hasta buscar una nueva solución. El entrenador no tuvo ningún problema”, dijo el charrúa.
Por último, después de mostrarse muy emocionado por la despedida en el inicio del anuncio, Suárez tuvo un gesto que apuntó de forma directa contra el otro protagonista en el escenario. Cuando fue consultado sobre si se reprochaba algo de su paso por Barcelona, Luis se tomó unos segundos para responder y dijo: “reprocharme a mí o a… (miró al presidente Josep Maria Bartomeu) Tenemos que ser autocríticos en Champions. He jugado con molestias, con lesiones... pero no me reprocho nada. Me voy orgulloso”.
Después de lo sucedido, casi tan rápido como cuando le tocaba definir con la 9 blaugrana, el Pistolero remarcó la actitud que tuvo contra la figura de uno de los hombres más cuestionados en los últimos días en Cataluña. “Fue en tono de broma y que la gente lo agarre como quiera. Hoy es mi despedida y no le voy a dar el gusto a nadie”, dijo.
Luis Suárez ya es parte de la historia del Barcelona. Contribuyó para agrandar las vitrinas del club, fue un gran socio para Lionel Messi y se despidió como definió contra el arco rival: fuerte y con algunas sutilezas para recordar.
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