Más de un cinéfilo se habrá encantado con la película Moneyball en la que Brad Pitt encarna al gerente general de un equipo de béisbol y, a base del estudio de las minuciosas estadísticas establecidas por un joven economista que no está familiarizado con el deporte, consigue realizar fichajes con jugadores que finalmente le terminan dando éxitos a lo largo de la temporada. Y a los gamers fanáticos del Football Manager, versión moderna del antiguo y más básico PC Fútbol, juegos en los que uno puede ser entrenador o manager de un club, no les parecerá nada descabellado que los números sean parte tan importante del fútbol actual. Los videoanalistas, flamantes integrantes de los cuerpos técnicos, llegaron para quedarse: estudian números, movimientos y editan imágenes para facilitar las victorias.
La moda de los entrenadores de mirar los partidos propios para corregir errores y resaltar virtudes data de hace mucho tiempo. A fines de la década del 70, cuando Carlos Salvador Bilardo y Carlos Timoteo Griguol ya tenían unos cuantos años de experiencia en el banco en el lomo, comenzó esta práctica tan obsesiva como beneficiosa. No había grandes televisores ni pendrives ni nubes y ni siquiera DVDs, pero estos técnicos que marcaron época en el fútbol nacional se las ingeniaban con las antiguas grabadoras de VHS para instruir a sus dirigidos.
No hace tanto, el Doctor Bilardo abrió las puertas de su hogar para exhibir la inmensa videoteca que dos agencias le quisieron comprar. En su departamento todavía conserva unos 8.500 VHS que contienen grabaciones de todo tipo: partidos, entrenamientos, programas, compilados, resúmenes deportivos y hasta videos caseros.
La obstinación que mantuvo durante años para tratar de sacarle una mínima ventaja al rival también reflejada en Timoteo Griguol, quien ya en su época dorada con Ferro Carril Oeste (campeón en el 82 y 84) reunía a sus planteles en una pequeña habitación o directamente utilizaba el comedor de la concentración para reproducir la repetición de los partidos. El periodista Adrián Paenza, ligado afectivamente al club de Caballito, le conseguía el material que luego analizaba con sus dirigidos. El Viejo también solía reunirse con León Najnudel (básquet) y Julio Velasco (vóley) para rescatar ideas y aplicarlas en sus equipos.
Con el paso del tiempo muchos entrenadores fueron tomando nota sobre esta actividad. El joven y estudioso Marcelo Bielsa los imitó a principios de los 90, momento en que debutó como entrenador profesional en Newell’s. Tal fue la identificación con Griguol que, a la postre, terminó heredando a su histórico preparador físico durante su paso por las selecciones argentina y chilena (trabajaron por primera vez juntos en el Atlas mexicano), el recordado Luis María Bonini.
El avance tecnológico le permitió al Loco dar un salto de calidad. El libro Lo suficientemente loco (Ariel Senosiain) detalla cómo fueron sus inicios, en los que le encomendaba a sus ayudantes Guillermo Lambertucci y Daniel Carmona la recopilación de diarios, revistas y videos de los rivales antes de afrontar cada compromiso. “Marcelo nos pedía que, a más tardar, el martes estuvieran los videos, los informes del rival, los resúmenes de las entrevistas. (...) Un día me pidió que fuera a buscar a las 11 de la noche un cassette que llegaba de Buenos Aires y que lo llamara apenas lo tuviera”, reveló Carmona.
Adquiría cuanto suplemento deportivo saliera a la venta en el kiosko de diarios y hasta importaba material gráfico desde el extranjero. Durante su época en América de México (1995/1996) se instaló en la oficina del ex vicepresidente y la pobló con VHS totalmente despreocupado por las incomprendidas miradas ajenas. Cuentan que al Mundial de Corea-Japón 2002 llevó alrededor de 7.000 cassettes con los que se entretuvo en los tiempos libres.
Bielsa se fue perfeccionando en el espionaje y se rodeó de gente de confianza que lo ayudara a saciar su sed de información. Dio un paso en falso en la que fue su primera temporada con el Leeds United en la segunda división inglesa y quedó en el foco de la polémica por el llamado Spygate. El rosarino envió a uno de sus colaboradores a observar el entrenamiento del Derby County dirigido por Frank Lampard y fue descubierto. Tuvo que pagar una multa y su club recibió un apercibimiento. “Tengo toda la información de todos los rivales. Si me preguntan por qué mandé a alguien, creo que por estúpido”, declaró en conferencia.
QUÉ APORTAN LOS ANALISTAS DE VIDEO EN LA ACTUALIDAD
Son una de las herramientas básicas de las que disponen los entrenadores principales para la preparación de cada partido. Ayudan a corregir errores, sacar dudas, tomar decisiones y optimizar virtudes. Algunos técnicos los consideran piezas vitales en el andamiaje semanal. Otros los resistieron hasta que se percataron de que quedaban en desventaja si no los implementaban a su dinámica. Hoy por hoy la gran mayoría de los equipos tiene a disposición al menos un encargado de esto.
Con una cámara de video y una computadora portátil facilitan el trabajo y hallan soluciones. Su desempeño abarca desde la grabación de los entrenamientos propios hasta el repaso de los últimos encuentros disputados por el próximo contrincante, las estadísticas desmenuzadas y la edición de compactos que no solamente son exhibidos al cuerpo técnico de turno sino también de forma grupal e individual a los planteles. Procesan todo tipo de datos para asistir al DT previo a una conferencia de prensa post partido y hasta pueden llegar a ser contemplados para evaluar la contratación de refuerzos con el scouting, seleccionando alternativas potables del mercado.
La minuciosa planificación de un partido se puede llegar a echar por la borda ante un fallo técnico, una distracción o la mala fortuna, pero los analistas buscan reducir al máximo el margen de error.
EL DÍA A DÍA EN CADA SEMANA
Lógicamente sus labores quedarán sujetas a los intereses determinados del DT principal, que lo empleará para funciones específicas. En caso de que sus tareas se desarrollen de forma integral, acompañarán a toda hora al cuerpo técnico, tanto en los entrenamientos como en las concentraciones y partidos.
¿Qué se analiza con los videos de los entrenamientos propios?
Ubicación en la cancha de los jugadores con y sin la posesión de la pelota, nivel de entendimiento, atención e interacción con el ejercicio. Respeto de las consignas e integración con el grupo. Comportamientos tácticos y posicionamientos. Movimientos personales y colectivos. También sus gestos técnicos. Las bases de datos y estadísticas quedan archivadas para consultar a lo largo de la temporada.
¿Qué se analiza observando al rival?
No existe un número determinado de partidos anteriores para espiar al oponente de turno. Es algo que quedará sujeto al deseo del DT. Analizar el último partido será excluyente, así como también mirar el último en la misma condición (local o visitante) en la que se lo va a enfrentar. Es imprescindible comprender el contexto en el que llega (¿pelea por el torneo? ¿se quiere salvar del descenso?) y tener en cuenta sus bajas (expulsados y lesionados) y altas. Cómo reacciona cuando está abajo en el marcador; cómo lo hace cuando se pone en ventaja. Con qué dibujo táctico arranca; con cuál finaliza.
· El primer día dentro de una semana normal en la que no figuren en agenda compromisos de competencias paralelas como copas nacionales o internacionales, los analistas se abocan a analizar en profundidad la última actuación del equipo. Arman un compacto con las falencias y defectos que más tarde se compartirán de manera interna de forma visual. Y ya empiezan a elaborar en su cabeza el informe del rival con datos de sus últimas formaciones, sistemas tácticos, jugadores disponibles y estilo táctico preferido de su entrenador.
· El segundo día apelan a la utilización de un software que les ayuda a editar los videos del equipo rival. Los dibujos tácticos, movimientos, formas de atacar y defender son vitales para la planificación de los entrenamientos propios. En un compacto de 5 ó 6 minutos el entrenador principal cuenta con un semblanteo general del próximo adversario y sabrá de qué forma planteará los ensayos antes del cotejo del fin de semana.
· El tercer día es completamente dedicado a los recursos con los que cuenta el oponente. Jugadores suspendidos, lesionados, novedades institucionales y estado general de situación. Al resumen general ya listo de los últimos encuentros que disputó se le sumarán las imágenes de las pelotas paradas: cómo defiende y cómo ataca. En el último Mundial un alto porcentaje de goles se concretaron por una vía tan antigua como efectiva hasta estos días (con el 44% fue el más elevado de la historia). No hay entrenador que no haga hincapié en este factor de juego.
· Con el cuarto día la planificación está avanzada y restan detalles para definir la alineación. El fútbol táctico propuesto por el DT principal generalmente suele estar complementado por el análisis grupal del video del rival. En algunos casos se llega a elaborar un análisis pormenorizado con los movimientos de cada jugador rival para luego enviar videos de entre uno y dos minutos a los futbolistas con los que más duelos mano a mano tendrán (por ejemplo, al lateral izquierdo se le muestran las preferencias de ataque del extremo derecho adversario). Además, continúa la búsqueda de novedades respecto a probables alineaciones e imponderables del equipo contrario.
· El quinto día, previo a salir a la cancha, generalmente se efectúan los entrenamientos con ensayos de pelota parada a favor y en contra. El extra entonces será visualizar de forma grupal los ataques y defensas del rival de turno en la bola quieta (tiros libres y córners). En caso de haberlo llevado a cabo, se envían los videos personalizados a los jugadores. La búsqueda de información del oponente a través de los medios de comunicación persistirá hasta horas antes del inicio del match. Incluso hasta que se pegue la planilla oficial.
Claro que si la semana se reduce a partidos entre 48 y 72 horas por copas u otro tipo de compromisos, la agenda y deberes se comprimirán mucho más.
El trabajo del analista puede abarcar también el vivo del partido en cuestión. Según las directivas del entrenador y la disponibilidad técnica y tecnológica del estadio en el que se dispute, tendrá labores. Grabando el primer tiempo del encuentro podrá realizar dos o tres observaciones concisas para plantearle en el entretiempo al DT. Deben ser jugadas puntuales o algún pedido específico del entrenador. Si dispone de tecnología adecuada para la conectividad o red wifi se podrá enviar un video de no más de un minuto para graficar el ítem a marcar (los software más populares para la edición de imágenes son Nacsport, Longomatch y Eric Sport). Caso contrario, tendrá que dirigirse personalmente al vestuario para ofrecer el material. Es vital para el colaborador comprender que su intervención en este caso debe considerarse trascendental, necesaria y segura. Antes de generar más dudas, optan por no participar.
Otro detalle básico es entender su lugar y función. El videoanalista puede recomendar jugar con línea de tres abajo y atacar con tres puntas después de realizar un informe exhaustivo del rival. Pero el entrenador principal será quien taxativamente defina el dibujo táctico a emplear. No habrá espacio para la rélica o contradicción si opta por cuatro abajo y uno o dos delanteros. En cualquier caso tendrá que respaldar la determinación del DT.
Facundo Juárez, quien hoy responde a Diego Armando Maradona en Gimnasia La Plata, da un pantallazo de la relevancia que tienen los videoanalistas: “Son una fuente de información importante a la hora de planificar un partido y también para analizar cómo fue el propio. Últimamente se está llevando mucho a cabo el análisis de entrenamiento con contenido táctico o las prácticas de fútbol, que arrojan un montón de datos que son analizados por el técnico y le ayudan a tomar decisiones”.
Comenzó trabajando en hockey femenino (Santa Bárbara de La Plata y Las Leonas) y luego se unión a Pedro Troglio en Gimnasia y Tigre. Más tarde en el Lobo convivió además con Gustavo Alfaro, Mariano Soso, Facundo Sava y el Indio Ortiz antes de la llegada de Maradona, quien lo sorprendió por la importancia que le da a su labor: “Tanto Diego como el Gallego Méndez y el resto del cuerpo técnico analizan mucho el partido propio como a los rivales. También los entrenamientos. Ojo, le dan la importancia necesaria. No es bueno ni que todo pase por el video ni que tampoco se use. Hay que usarlo en término medio. El exceso no sirve”.
Juárez coincide plenamente en un concepto con Nebio Merola, videoanalista de la Selección Sub 23 comandada por Fernando Batista: “El cuerpo técnico que no usa el videoanálisis está dando ventaja. Su implementación no te hará ganar un partido, los que juegan son los futbolistas. Pero sí son una herramienta importante para aportar claridad al entrenador en la toma de decisiones. Somos el 0,01% del resultado del partido. Es mínimo, pero das cierta ventaja si no lo haces. Todos los cuerpos técnicos deberían tener videoanalistas”.
Merola, quien estuvo presente en la última conquista de Argentina en el Preolímpico de Colombia, se ganó la confianza de Batista con el correr de las convocatorias y suele ser fuente de consulta en un cuerpo técnico que presta atención a estos análisis para planificar los partidos. En diálogo con Infobae compartió su parecer: “El videoanálisis es mucho más de lo que se cree, cortar videos y filmar un partido. Yo no soy un gran editor de videos, edito para transmitir lo que veo. El analista habla con el video. Los videoanalistas tienen que estar cada vez más capacitados, deben entender el juego, incluso recibirse de técnicos. Hoy con los datos y GPS se está abriendo un mundo enorme y eso hay que procesarlo. Por eso ya no deberíamos llamarnos videoanalistas, somos analistas de rendimiento”.
En el principio del profesionalismo el fútbol tenía a los entrenadores casi como figura decorativa al costado del campo de juego. Lentamente estos simples ordenadores se convirtieron en directores de orquesta y, en tiempos modernos, hay clubes que priorizan los estilos de determinado entrenador por sobre la funcionalidad de los futbolistas. Su trabajo se expandió y potenció. Los cuerpos técnicos se fueron haciendo cada vez más numerosos con ayudantes de campo, preparadores físicos y entrenadores de arqueros alternos. El último eslabón de esta cadena es el analista de video, que cada vez suma más adeptos pese a las críticas que posiblemente partan desde la ignorancia. “Los partidos se ganan en la cancha, ¿para qué quiero drones en los entrenamientos?”, se escuchó vociferar a más de un técnico en el último tiempo. Lo cierto es que la pulseada tecnológica les juega cada vez más en contra.
No tiran centros, no hacen goles ni atajan penales. Sí estudian, previenen y achican el margen de error. Entonces el cuestionamiento que surge es si en el competitivo fútbol actual en el que cada detalle y centímetro es importante para sacar diferencia sobre el otro algún entrenador puede prescindir hoy en día de contar con un videoanalista a su lado.
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